JOSE MARÍA ALONSO.
La secretaria general del órgano estatal conocido como Partido Popular, María Dolores de Cospedal, ha retado recientemente a los movimientos sociales que cuestionan la representatividad de los partidos políticos instándoles a que se presenten a las elecciones, ya que según ella, el sistema político español da cabida en las instituciones a las opciones minoritarias.
Está claro que esta señora, a pesar de su formación como abogada del estado (de partidos) o quizá precisamente por ello, desconoce lo que es la representación. Desde estas páginas, órgano de expresión de un Movimiento civilizado –pues pertenece a la sociedad civil al contrario del partido cuya secretaría ostenta la buena señora- repetiremos de manera constante e incansable que los partidos políticos hoy en día en España NO REPRESENTAN a la ciudadanía, puesto que no existe representación si los partidos políticos no intermedian entre la sociedad civil y el Estado.
El PP, así como el PSOE, IU, UpyD, Izquierda Plural y TODOS aquellos partidos y movimientos que reciben subvenciones del Estado dejan de manera automática de pertenecer a la sociedad civil, ésto es, dejan de intermediar entre el ciudadano y el Estado, y lo único que representan es a sus respectivos jefes de partido, quienes a través de la disciplina de voto, evitan cualquier atisbo de libertad de sus miembros en el Congreso de los Diputados.
Hemos repetido aquí hasta la saciedad que la Ley Electoral vigente debe ser derogada, puesto que el sistema proporcional plurinominal de listas no es representativo de los ciudadanos, que sólo de manera uninominal (votar a UNA sola persona y su suplente y no a una lista de amiguetes, y poder apartarla del escaño si no cumple lo prometido o no defiende los intereses de su distrito ), y que esa persona ocupe un escaño que pertenezca a una circunscripción electoral o distrito electoral y no a un partido; es lo único que puede ser llamado representación democrática.
Jamás un movimiento ciudadano, civil o social que se precie y que quiera mediar entre los ciudadanos y el Estado debe ceder a la tentación de entrar en el juego indigno de la irrepresentación vigente, por mucho que la señora de Cospedal quiera de manera torticera engañar a los incautos y tentar al estilo bíblico igual que el diablo en el desierto:
¨Y dijo Cospedal: A tí te daré toda esta potestad y la gloria de las subvenciones, porque soy un órgano del Estado, y a quien quiero la doy, pues si tú me adorares, todo será tuyo. Y respondiendo el ciudadano, le dijo: Vade Retro, Cospedal, porque escrito está, no hay representación sin distrito uninominal, ni Constitución sin separación de poderes¨