Leda Schiavo, poeta argentina, licenciada de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y doctora por la Universidad Complutense de Madrid (UCM), afirma que Puerto Madero, el lugar donde la familia Pujol ha radicado parte de sus “inversiones” en el extranjero, es el refugio “”de los nuevos millonarios del soborno y el cohecho”. La investigación fiscal y policial sobre los Pujol actualmente en curso asegura que la familia posee un 30% de Puerto Madero en Argentina, según desveló El Mundo.
¿Qué es Puerto Madero? Una especie de Marbella argentina construida por el peronismo. Refugio de los ricos seguidores del presidente argentino Carlos Menem, a los Pujol parecía gustarles la similitud entre “peronismo” y “pujolismo” si daba como fruto este resultado. La mejor descripción de Puerto Madero es de la poeta Leda Schiav, cuando escribe “Cómo no hablar de Buenos Aires si es una manera de saber quien soy…”, un retrato contemporáneo del lugar.
“Hoy ya pasaron los veinte años, los veinte años que no eran nada para el zorzal criollo y que para mí son demasiados y además ya sé que no puedo ni siquiera volver en barco, el lugar donde volvía Gardel se transformó en un complejo residencial llamado Puerto Madero. Los antiguos diques y edificios de ladrillos otrora llenos de ratas, ahora son residencias y oficinas y restaurantes para ricos”.
“Puerto Madero se llamaban los tres diques comenzados a construirse en 1897 y terminados diez años después. Fue el puerto moderno que por fin tuvo Buenos Aires. Gracias a las privatizaciones menemistas, el Estado pudo vender sus inmuebles y así se construyó el actual Puerto Madero. Ahora Puerto Madero es un lugar de la Argentina feliz, un lugar donde el dinero fluye y se oye hablar inglés, un lugar mentiroso, un lugar de la Argentina menemista. Con Menem se acentuaron las contradicciones del sistema, como querían aquellos chicos de la izquierda peronista que tantas ilusiones tenían en 1973, precisamente el año en que yo me fui -porque esos mismos chicos me echaron de la Universidad de Buenos Aires-, me fui sin ilusiones y sin pensar que volver iba a ser tan difícil.
La poeta añade que “con Memen los ricos fueron más ricos y los pobres más pobres y los del medio se fueron deslizando hacia abajo. El Buenos Aires de Menem tuvo -tiene- dos caras: la cara del dólar dilapidado de los nuevos ricos, de los que viven cerca del “shopping” de Palermo en rascacielos convertidos en fortalezas, como la Torre Le Parc, por ejemplo, y la cara de la miseria de las villas miserias, cada vez más pobladas, cada vez más fuertes en la desesperanza y el delito”.
“El otro día escuché por Radio Mitre -yo escucho Radio Mitre de Argentina por la computadora, mientras trabajo- que en un diario chileno salió la noticia de que Menem y Cecilia Bolocco, al casarse, irían a vivir en un palacete de Buenos Aires, valuado en un millón de dólares, regalo de Yabrán a Menem. La noticia, de tan fantástica, creo que debe de ser de un enemigo, pero “si non e vera e ben trovara” decía mi abuelita. Porque en la Argentina de los nuevos millonarios del soborno y el cohecho todo es posible y el relato sigue las leyes de la verosimilitud”.
Y concluye: “En la Argentina menemista y posmenemista lo verosímil son los cuentos de “Las mil y una noches”, es en ese contexto de fantasía oriental que Menem (70 años) vuelve a casarse, y con la modelo y reina de la belleza chilena Cecilia Bolocco (36 años), y puede irse a vivir en un palacete regalo de Yabrán (superempresario supermillonario acusado de ser autor intelectual del crimen del periodista Cabezas; oficialmente se aceptó suicidio, pero todos creen que se fugó del país”.