ROBERTO CENTENO.
La decisión del Banco Central Europeo en septiembre de no dejar caer a España, que ha reducido los tipos temporalmente, ha demostrado ser un auténtico disparate, porque ha permitido a estos insensatos aplazar los recortes. Los datos del Banco de España conocidos el viernes indican que la deuda de las Administraciones Públicas sigue creciendo vertiginosamente, un 15%, y toca máximos de hace un siglo según algunos medios. Esta es solo la computable, que no recoge la totalidad de la misma, que asciende a 1,03 billones y no a los 817.000 millones publicados. Algunos titulares mediáticos, con el fin de engañar al personal, resaltan que la deuda de las Comunidades se ha “reducido por primera vez en cuatro años”. Nada más lejos. Es solo un camelo contable. El Estado les ha transferido 60.000 millones y, aunque obviamente son deuda de las Comunidades, la restan de su deuda y la pasan al Estado. El camelo consiste en que se supone que se trata de un préstamo comercial a corto plazo, meses, como cuando un banco adelanta 100 millones para pagar la nómina. Pero aquí no es un préstamo a corto, porque estos insensatos no lo van a devolver ni en 6 meses ni en 60 ni en 600. Entonces, ¿qué clase de estafa es esta?
Siendo ya inasumibles los niveles de deuda y, sobre todo, su crecimiento –que además van a aumentar exponencialmente en el último trimestre por la primera parte del rescate bancario, que elevará la deuda en 40.000 millones de una tacada–, menos soportable resulta el déficit de las Administraciones. La cifra oficial a fin del tercer trimestre y en tasa interanual ascendió al 8,6 % del PIB, y queda el cuarto.Todos los datos señalan que la economía está intensificando su caída y destruyendo más empleo que hace un año, por lo que a pesar del aumento de impuestos, la congelación de pensiones y la eliminación de la paga de Navidad a los funcionarios, todos los expertos independientes estiman que el déficit en 2012 no modificará sustancialmente el interanual del tercer trimestre. Pero seamos optimistas y supongamos que baja al 8%.
A esa cifra hay añadir, porque no estaba incluida en el cómputo, no menos de 1,1 puntos de los rescates bancarios, otros 0,3 puntos más por las desviaciones de la Seguridad Social, donde la afiliación está cayendo a un ritmo sin precedentes, y caerá más en meses venideros. Y además, la mayoría de Comunidades ha dado orden de no pagar ni una sola factura desde el fin de octubre, lo que sumará unos 0,7 puntos la deuda real. Estimación del déficit total de 2012 –y da igual como lo escondan–, 8 + 1,1 + 0,3 + 0,7 = 10,1 % del PIB. Pero, ¡ojo!, esto es solo si hacemos como que nos creemos que las cifras de déficit adelantadas por Comunidades y Ayuntamientos a septiembre son verdaderas.
En 2011, la deuda oculta de Comunidades y Ayuntamientos, que solo sería conocida a mediados 2012, ascendía al 2,4% del PIB, ya que hay más de 5.000 entes autonómicos y locales que falsean las cuentas a voluntad. Y como la mendacidad de estos golfos apandadores no ha disminuido, sino que ha aumentado, súmenle entre 0 y 2,4 puntos y tendremos una horquilla de deuda entre el 10,1 % y el 12,5 % del PIB oficial. Si lo comparamos con el PIB real, que es al menos un 10% inferior, nos vamos a las estrellas. El endeudamiento total en 2012, no solo el computable, es consistente con la segunda cifra. Más de 140.000 millones.
Una vinculación letal: banca y casta política
El crecimiento de la deuda pública ya imposible de devolver: lo han financiado casi íntegramente entidades españolas, la banca la mayor parte, aseguradoras y fondos de pensiones. La deuda del Tesoro en manos de la banca superará los 200.000 millones en 2.012, más de un tercio del total, y casi la totalidad de la emitida a medio y largo plazo. La emitida a corto, cada vez más utilizada, carece casi de riesgo, pero es pan para hoy y hambre para mañana. Y esto es el neto. El bruto, ya que ha habido que refinanciar todos los vencimientos, está suponiendo la barbaridad de 4.000 millones de euros por semana, y creciendo. ¿Se dan cuenta las oligarquías de la absoluta insostenibilidad de este disparate? Dicen que están hartos de Rajoy porque no pide el rescate, y son ellos, con sus compras, los que permiten que tal cosa suceda. ¡Dejen de comprar deuda soberana, y verán si este irresponsable puede seguir esperando y arruinando España, que es lo único que sabe hacer!
Comentaba el viernes con mi gran amigo Carlos Sánchez, en el cóctel de Navidad de esta casa, la inaudita irresponsabilidad del Gobierno, felicitándose cada semana por haber endeudado a los españoles en 4.000 millones de euros adicionales. “Es como si un padre de familia volviera cada sábado a su casa y dijera a sus hijos: “Alegraos, que he conseguido endeudaros en otros 4.000 euros para tirarlos por la fregadera”, me comentó Carlos en un símil genial. Es obvio que, antes de un año, los hijos habrían arrojado al padre por la ventana. ¿Puede alguien en su sano juicio creer que una nación que necesita endeudarse anualmente en más de un 20% de su PIB –la mitad para devolver deuda y la mitad para financiar el despilfarro de un modelo de Estado y un sistema financiero inviables– puede sobrevivir?
La vinculación entre la oligarquía bancaria y la oligarquía política está siendo absolutamente letal. Es la banca quien está manteniendo el despilfarro y la corrupción institucional, y, a cambio, ha recibido más de 300.000 millones de euros entre rescates y avales de uno y otro tipo. Aparte de esto, se ha garantizado la impunidad de decenas de presuntos delincuentes responsables del desastre financiero y de la ruina de millones de familias, que en cualquier otro país habrían sido procesados y encarcelados. La banca extranjera había reducido su exposición a España en 90.000 millones hasta octubre, y la española la había incrementado en más de 100.000 millones, siendo esta la que ha sostenido las subastas del Tesoro ante la huida de los inversores extranjeros con un dinero prestado a corto por el BCE con el aval del Estado. Es una auténtica espiral diabólica.
El esquema es un puro disparate. Nadie puede prestar a medio y largo con un dinero que ha obtenido a corto, aunque es exactamente lo mismo que ocurrió con el ladrillo. Cuando estalle la burbuja de deuda –y estallará, porque España ya no puede devolverla–, al Banco Central Europeo le dará lo mismo que los bancos no puedan devolver los 350.000 millones de euros que deben. Quien responde es España, que no lo podrá pagar. La quita será imprescindible y afectará directamente a la banca, que esta vez ya no podrá ser rescatada porque no habrá con qué. Entonces, ni el Estado ni ellos podrán garantizar los depósitos de los ahorradores, que al igual que ha sucedido con bonistas, accionistas y tenedores de preferentes, a los que advertí reiteradamente en vano, van a perder hasta la camisa.
Feliz Navidad a todos
PD: ¿A qué espera Rajoy para aplicar la Constitución y la Ley y suspender la autonomía a Cataluña, como hizo Tony Blair con el Ulster? Su inacción y su cobardía patológica solo hacen más agresivos a los secesionistas, y esto puede acabar en un desastre si no les para los pies de inmediato.