PACO BONO SANZ
Lo saben y los periódicos hegemónicos se entregan al régimen, participan del fraude para no perder su posición privilegiada. Así titulaba el diario El Mundo el pasado domingo por la mañana: “EXAMEN AL BIPARTIDISMO EN LAS URNAS”. Y subtitulaba: “La abstención y la pujanza de los minoritarios miden el desapego social. Los partidos han planteado estos comicios en clave de generales”. ¿No descubrís la maldad? Por un lado relacionan abstención y pujanza de partidos minoritarios como si ambas fueran una acción unitaria, como si significaran lo mismo. Por otro lado otorgan a unas elecciones el grado de las generales para tratar de movilizar a ese 60% de súbditos que todavía creen que votando eligen o pueden cambiar algo en este régimen.
¿Examen al bipartidismo? El bipartidismo es algo natural, no tiene nada que ver con la partidocracia, el fraude de la partidocracia no tiene nada que ver con el bipartidismo, sino con la no separación de poderes, con la falta de representación ciudadana y con el sometimiento de la función judicial por la oligarquía de partidos. ¡No se dejen engañar! En Italia no hay bipartidismo, hay listas abiertas y, sin embargo, también se produce un fraude electoral porque la forma de gobierno del régimen es la misma. Por eso afirmamos que no hay peor enemigo de la libertad que esos nuevos partidos que piden el voto para cambiar el régimen desde dentro. ¿Os dais cuenta del engaño? ¿Cómo unos cuantos diputados van a tumbar el sistema? ¡Si el Congreso de los diputados es una opereta!, ¡no digamos el Parlamento europeo! Son centrifugadoras, blanqueadoras de la política, como esos negocios tapadera que utilizan los delincuentes para lavar el dinero negro. Los parlamentos de las partidocracias no deciden nada, sino que sancionan lo que los aparatos de los partidos han aprobado y pactado fuera. ¿Quién redacta las leyes? ¡También las redactan fuera! ¿Cómo van a derrotar al actual poder político en un hemiciclo donde ese poder no se halla presente? El poder está en el Estado, en su oligarquía, en la subvención a los partidos y a la patronal y a los sindicatos, cuya financiación sigue el modelo franquista de la falange. Ellos son el Estado, ostentan un poder incontrolado, y son por ello enemigos de la sociedad civil.
Si nos fijamos en los titulares del diario electrónico El País en su edición del pasado domingo por la mañana, se podía leer: LA UE AFRONTA UNOS COMICIOS QUE DEFINIRÁN SU PRÓXIMO PRESIDENTE. ¿Desde cuando tiene la Unión Europea poder político? ¿Desde cuándo hay un presidente de la Unión Europea? ¡En verdad piensan que todos somos imbéciles! ¿Qué es la Unión Europea sino un club de oligarcas? Sus instituciones no deciden nada, son los Estados miembros los que determinan la acción y, entre ellos, Francia, Alemania y Gran Bretaña, porque el resto va a remolque. ¡De nuevo descubrimos una tapadera y cómo los periódicos se prestan a otorgar credibilidad a una farsa, a un fraude, a una mentira! Porque en democracia no se vota, se elige, y no se eligen partidos, sino personas, una por distrito en elecciones por mayoría absoluta y a dos vueltas. Las reglas de la democracia están perfectamente definidas, por eso no necesitan consenso, sino aplicación; por eso no existen grados de democracia, ni más democracia, ni se puede mejorar la democracia, porque democracia la hay o no la hay. Y en Europa no hay ningún país cuya forma de gobierno pueda ser considerada democrática según las reglas de juego.
