HELIODORO RODRIGUEZ MEDINA
Un partido político jamás debe ser financiado por el Estado, sólo puede estarlo a través de las cuotas de sus afiliados.
Un partido político es producto de la libre asociación y como tal, libre y voluntaria, jamás debe estar pagado ni financiado por el Estado con los impuestos de todos nosotros. Una asociación política, un partido político, no debe estar pagado por personas que tienen una ideología diferente de forma coactiva vía impuestos estatales.
Un partido político que reciba subvenciones estatales o privadas se deberá exclusivamente a quien le paga, al Estado o a esas personas con intereses privados.
Un partido político, en su vida interna, nos dará igual si tiene democracia, porque lo que nos interesa es que la desarrolle en su vida externa.
Un partido político podrá elegir a un aspirante a representante que vaya a las elecciones si así lo desea esa persona de forma libre y voluntaria sin que aquella otra persona que desee hacerlo sin pertenecer a este, jamás tenga que estar sometida a la discriminación de otro partido.
Al deberse el partido político a quien le paga, sus afiliados, serán consecuentes con estos en la medida y forma que sus miembros lo acepten o no.
Los partidos políticos en España, al estar financiados por el Estado y ser el Rey el Jefe del Estado, se deben a que sancione las leyes para alcanzar así su legalidad con su firma y publicación en el Boletín Oficial del Estado.
De esta forma se conforma la Monarquía oligárquica de Partidos y ustedes, todos los que votan, no hacen más que dar el sí a que el Rey pague y dé legalidad gracias a una legitimidad vía voto por la pertenencia de los partidos al Estado, y a que no exista sociedad civil, convirtiéndose esta, con servidumbre, en súbdito del Estado.