BERNARDO RABASSA.
El sábado como de costumbre, en minoría, nos reunimos los republicanos en el Ateneo de Madrid, mientras en una sala adyacente y creo que con tan poca gente como nosotros, se presentaba el partido deMario Conde, fracasado en las elecciones gallegas, y no porque lo que diga, este fino polemista, pero también falto de ética y moral, desde que le viví en laboratorios Abelló, a quien seguí más tarde en el chanchullo entre el PSOE de Felipe Gonzalez y el PSI de Humberto Craxi quien tuvo que exiliarse a Tunez por la venta fraudulenta, de Antibióticos S.A a Montedison, y que yo sepa nadie le ha dicho nada a los socialistas españoles, ya que el placet tuvo que darlo su gobierno, en tanto se “suicidaban” los dos directivos de Montedison, que mediaron en la compra por algo así, como diez veces el valor real del Laboratorio español. Luego ya, lo de Banesto es conocido y por ello acabó en la cárcel, de la que una vez salido, nos ha estado dando lecciones de “moralina” desde su tribuna en Intereconomía TV.
Los republicanos, en cambio, no teníamos porque ser tan pocos, ya que por lo general, hemos sido gente honesta, a la que timaron en las elecciones de 1977, y más tarde en la redacción de la constitución de 1978, y en general en los pasados 30 años. Es más, nos habíamos reunido la Red Inter Cívico Republicana, Prorepública, Agrupación Ateneísta Juan Negrín, Izquierda republicana y Progresistas federales. Contando con que yo asistía como liberal, a título personal, seriamos como mucho 150 personas, la mayoría peinando canas, debiendo valorar todas las intervenciones como plenas de razón pero aparentemente sin atractivo, por la escasez de público, y por ninguna de la prensa, radio y TV, como puso de relieve la periodista Concha Barral y Manuel Murillo que se alegraba de que Izquierda Unida, fuera tomando un carácter progresivamente republicano. Juan Armindo moderador de categoría, trajo a la mesa a dos jóvenes arquitectos, que centraban el futuro en la tecnología, como si un fuera algo mucho más profundo..
Naturalmente, todo el contenido de las intervenciones, me hizo pensar que debe de haber alguna razón, por la que, el pueblo español, que no es especialmente monárquico, sin embargo tampoco sea republicano, y creo que la básica estriba, en la identificación del republicanismo con la izquierda. No hay republicanos, ni de centro ni de derechas, como en USA, Francia, Italia países en que, como dijo Leo Bassi, ni se plantean el tema, siendo otras sus preocupaciones políticas, pues la República en si, no es de ningún color, en todo caso el blanco, como destacó uno de los ponentes, ya que contiene todos los colores del arcoíris. En cambio, para mí, que el problema de los colores, sí que es importante para los republicanos de izquierdas, que intentan conectar con la nefasta II República Española, que acabo siendo solo de izquierdas, añadiendo el color morado a la bandera nacional. Las derechas, salvo unos pocos e ilustres emigrados, se adhirieron al golpe fascista del General Franco, que acabó con el fascismo, en sus 40 años, transformado nuestra nación, en un “corralito” personal: la “dictablanda”. No tiene pues, nada de extraño, que una vez muerto Franco, la traumada nación por la guerra civil, se hiciera “Juan Carlista” por no volver a soportar las desdichas de una guerra fratricida, tragándose el “sapo” que los herederos del franquismo montaron en torno a la figura del Rey y de la constitución de 1978, que hoy hace aguas por todas partes. A pesar de ello, sus defensores, hoy en el Gobierno y en la oposición, que han conquistado todos los privilegios de “Casta” que les hace ser oligarquía dominante, no quieren ni oír hablar de cambiarla, en cierto modo con razón, pues desaparecida esta, el desmembramiento de España, por las SubCastas de Catalunya y Euzkadi(Pujol, Más, Urkullu, Bildu y Amaiur etc) en provecho “económico” propio está garantizado. Naturalmente no da tiempo a explicarles a los ciudadanos de estas dos comunidades, que la Economía de escala no favorece al secesionismo. Lo saben muy bien, los empresarios y financieros de ambas comunidades. Solo los que vivieran del chollo estatal local, serían favorecidos, ya que nadie les controlaría, y así se podrían colocar los laureles y medallas de Estados soberanos además de dar de comer a los “amiguetes”, en el concierto internacional. Habría que empezar por educar a los niños, para cambiar tal mentalidad. Es el orgullo etnográfico y el desprecio por “maketos” y “charnegos” el que les arrastra a ese precipicio. Naturalmente, que no se puede constituir un Estado federal, ni confederal bajo una monarquía, pues sería tan fracasada como lo fue la Commonwealth para Gran Bretaña.
En España y como la mejor solución para la República, la da como independiente, desde que presidió la Platajunta, quien ha sido la voz de la República durante mucho tiempo en un programa de debate emitido en TeleMadrid, Antonio García-Trevijano, autor del una genial publicación “Ante la Gran mentira” que agradecía ser invitado por primera vez a un medio público desde el año 1977 y declaraba sentirse feliz al comprobar que otros tertulianos compartían la tesis que sostiene, que la monarquía fue impuesta por Franco. Ante la pregunta que le hizo German Yanke, presentador del programa, sobre el modelo de estado de la República, Trevijano declaró la República como única forma de realización de la democracia. Aludiendo a las numerosas visitas que tenía su página de internet, las calificó como “fiebre del republicanismo”. En la Segunda parte del debate Antonio García-Trevijano abogó por la III República, que debía ser presidencialista y donde hubiera la libertad política que defiende el MCRC y utilizando la inteligencia Institucional para resolver todos los problemas de independentismo y de la partidocracia. En la II República no hubo un presidencialismo, el poder legislativo y el ejecutivo no eran elegidos en elecciones separadas y directamente por los electores. Esto hubiese sido condición necesaria, para que existiese separación de poderes, y no hubiese estallado probablemente la Guerra Civil.
Los partidos hoy financiados por el estado, traicionan a la sociedad civil. Gramsci defendía que las ideas nacen en la sociedad civil y si el partido político abandona la sociedad civil se convierte en una “Casta” con el único objetivo de perpetuarse en el poder que es lo que ocurre hoy, pero tampoco se evitaba, en la II República que era parlamentaria de partidos. Por eso, no se debe volver a la II República, sino a una III que sea una verdadera democracia. Más tarde en un emisora “Libertad constituyente” Federico Utrera y Antonio Garcia Trevijano, dedicaron los “Diálogos de Somosaguas” de la publicación de Ediciones MCRC en versión digital que ha sido considerada por los lectores y los especialistas uno de los mejores volúmenes de su obra. Se trata del primer libro de “Teoría Pura de la República”, en el que lo mejor de su contenido, es el descubrimiento de la unidad mínima de poder, el distrito electoral, que permite construir la reflexión política en forma de ciencia, con absoluto rigor, como ocurre en casi todos los países del mundo y no en listas cerradas oligárquicas. Yo estoy de acuerdo con él, y añadiría que si, la elección de un Presidente Ejecutivo de la República fuera independiente de las legislativas, ello permitiría también, la independencia del poder judicial, y habríamos resuelto todos nuestros problemas de un plumazo. Eso sí, con la bandera roja y gualda, que represente a la derecha, el centro y la izquierda. Si no fuera así, volveríamos a las Dos Españas del pasado “Españolito que vienes al mundo te guarde Dios, una de las dos Españas ha de helarte el corazón “: Antonio Machado.