ROBERTO CENTENO
Igual que el año pasado las exportaciones eran el motor que iba a sacarnos de la crisis, la recuperación económica de Rajoy se ha desvanecido. Ha durado la mitad que los brotes verdes de Zapatero. La bolsa, que la pasada semana perdió un 1,9%, ha marcado un punto de inflexión en la percepción del riesgo, y si la agencia de calificación Standard and Poor’s hiciera su trabajo honestamente degradaría el rating de España el viernes. Frente a una estimación de subida bursátil del 27% para 2014 por los mismos que llevan meses afirmando que hemos salido de la crisis, ahora estamos en cero. El jueves, y por primera vez, el Tesoro no pudo colocar todo el dinero previstoa pesar de pagar intereses más altos. Y lo que es más grave, todos los supuestos macroeconómicos del Gobierno son falsos. Las exportaciones se desplomaron un 5,2% en agosto, la mayor caída en cinco años, lo que eleva el déficit comercial a 16.481 millones de euros en los ocho primeros meses, el doble que en 2013.
La producción industrial, que está ya en mínimos históricos, se ha desacelerado significativamente. El mercado de la vivienda ha cambiado de tendencia y la tasa interanual, que venía siendo positiva, ha pasado a negativa en agosto, 1,2%. El consumo privado, el 60% del PIB, ha comenzado a desacelerarse en el tercer trimestre: de un crecimiento interanual de ventas de grandes empresas de 2,4% en el segundo trimestre, se ha pasado al 2,3% en el tercero, y el índice de comercio al por menor, del 0,7% al 0,1%. En inversión, un 20% del PIB, la variación interanual de disponibilidades de bienes de equipo ha caído del 7,6% al 5,3% y la de vehículos de carga se ha reducido a la mitad. Para la inversión en construcción –un 45% de la total– todos los indicadores empeoran. Un festival de recuperación.
¿La tercera recesión? ¡Pero si no hemos salido de la primera!
Vamos a la cifra agregada, el PIB: como el deflactor de los primeros nueve meses se puede estimar en el -1,1%, y el PIB real ha crecido oficialmente un 0,9%, el PIB a precios de mercado (el único que de verdad mide la riqueza creada porque está medido a los precios a los que los bienes y servicios se han vendido en realidad y no a precios constantes) ha caído en un 0,2%. O sea, enseptiembre la economía estaba cayendo, no subiendo. Y para octubre y lo que queda, después del descalabro bursátil, la crisis europea y el proceso de deflación interno, que está reduciendo la renta disponible de más del 80% de las familias, la situación será peor que en meses anteriores porque cada vez es más evidente que los bancos centrales han hecho lo que han podido y no pueden hacer mucho más.
Se habla de tercera recesión, pero ¿de qué tercera recesión hablan? ¿Es que acaso hemos salido de la primera? Si somos optimistas, España está ante un largo periodo de estancamiento y, si somos realistas, la situación va de mal en peor, mientras Rajoy y sus secuaces siguen sin cambiar el paso, diciendo que todo lo han hecho bien. ¿Pero qué rayos es lo que han hecho bien si lo han hecho todo al revés? Mantienen el gasto público improductivo, mientras presumen de reformas. Y De Guindos afirma que “las medidas comienzan a dar sus frutos”. ¿Pero de qué frutos habla un señor que nos decía que el rescate de la banca no costaría un euro a los españoles y que las exportaciones eran el gran motor que nos estaba sacando de la crisis?
Y mientras la desaceleración se acentúa, ‘la receta de España funciona’, afirma este irresponsable. ¿Funciona para quién? ¿Para los nuevos millonarios? ¿Para los especuladores y los corruptos? ¿Para los dos millones de enchufados? Lo previsible es que 2014 se cierre con un crecimiento negativo o cero en términos de PIB a precios de mercado, y es difícil ver por qué razón 2015 iba a ser mejor. De hecho, hay más probabilidades de que sea peor que 2014 que de lo contrario. En este contexto, los Presupuestos Generales del Estado 2015 son pura fantasía. ¿Qué van a decir los burócratas de Bruselas que los acaban de recibir? Si les dan el visto bueno, sería para echarlos a todos, porque no se tienen en pie.
A la economía española le pasa justo lo contrario que a las bolsas más importantes. Los fundamentales están mejorando en EEUU (la producción industrial subió un 1% en septiembre, frente a un 0,4% esperado y las demandas de empleo se han desplomado al menor nivel en 14 años). También en otros países, por lo que la corrección bajista de las bolsas de valores no puede durar. En la economía española los fundamentales están estructuralmente mal, por lo que la recuperación es imposible y, aunque la economía mundial se recuperase, la española no podría hacerlo en forma sostenida, porque carece de las bases para mantener ningún crecimiento. Estamos gobernados por lo más necio y corrupto de la sociedad o tal vez es que nos merecemos no ser gobernados por personas normales. ¿Cómo es posible que Pedro Sánchez afirme que hay que suprimir el Ministerio de Defensa? ¿Cómo un majadero así puede aspirar a gobernar España? Zapatero a su lado era un gran estadista.
¿Por qué España no puede salir de la crisis?
El carácter estructural del gasto público, donde casi 100.000 millones son puro despilfarro a pesar de los impuestos confiscatorios sobre la clase trabajadora y la clase media y los recortes sociales, nos obliga a una espiral de endeudamiento imposible de detener y a un nivel de deuda imposible de devolver. A ello se suman los precios de la energía y otros los inputs esenciales a la cabeza del mundo desarrollado por la connivencia entre la oligarquía política y la oligarquía monopolística. Esto hace imposible que España pueda salir de la crisis.
El “hacer los deberes” para estos irresponsables que nos gobiernan ha consistido exactamente en lo contrario. Su objetivo es que una élite empresarial y financiera se enriquezca sin límite y la oligarquía política mantenga sus privilegios y sus dos millones de enchufados, mientras más de la mitad de las familias españolas tiene dificultades para llegar a fin de mes, y el endeudamiento brutal (unos 5.000 millones cada semana) arruina la vida a 40 millones de españoles y la de sus hijos. Esto es lo que han hecho:
- Subir impuestos hasta un nivel confiscatorio –han incrementado o subido más de 80 figuras impositivas–, la mayor carga impositiva de nuestra historia. Y si consideramos la presión fiscal soportada por una familia media española (matrimonio y dos hijos), esta es la más alta de toda la OCDE. En algunas de las comunidades autónomas más corruptas y gobernadas por lo peor de lo peor, hay que pagar además impuestos extraordinarios (patrimonio, recargos en el IRPF, etc.), como Cataluña o Valencia. ¿Por qué la Agencia Tributaria no investiga los viajes de algunos mandamases a paraísos fiscales? Por ejemplo, a Panamá.
- Mantener el gasto público improductivo, en particular el gasto corriente, que ha pasado de 159.900 millones en 2007 a 173.834 en 2013 en moneda constante; y sigue creciendo sin pausa. Solo las duplicidades entre Administraciones suponen un despilfarro anual de 34.000 millones de euros. Tenemos más coches oficiales que los EEUU. El salario medio de los empleados públicos casi dobla el de empleados del sector privado, algo que no sucede en ningún otro país desarrollado. Sobran más de 3.000 de las 4.000 empresas públicas, creadas en su mayor parte para colocar familiares y ocultar deuda. Hay dos millones de empleados públicos nombrados a dedo. Tenemos el doble de ayuntamientos de los necesarios, pero como dice Rajoy: “Eso no se toca”.
- Se han dedicado más de 300.000 millones de dinero público y avales pararescatar al sistema bancario, sin molestarse en analizar siquiera qué entidades deberían haber sido salvadas y cuáles haber sido cerradas. Se llevan perdidos ya más de 50.000 millones y probablemente la pérdida final se acercará a los 140.000.
- Poner en marcha una reforma laboral que ha consistido básicamente el abaratar el despido, fomentar el trabajo basura y facilitar la reducción salarial, recortando así la renta disponible de las familias en el porcentaje más alto desde la Guerra Civil.
- Seguir gastando mucho más de lo que se ingresa –unos 80.000 millones de euros en 2014–, lo que ha elevado la deuda real de las Administraciones Públicas (pasivos en circulación) a más de 1,4 billones de euros, cifra que no podrá ser devuelta.
- El sistema de pensiones está quebrado, todos los estudios actuariales lo demuestran. Hasta julio, los recursos habían caído un 5,1% y los gastos subido un 3,8 %. Están sosteniendo el tema con alfileres y con recortes lo más disimulados posible, porque no quieren soportar el coste político de un recorte abierto y significativo de las mismas, pero la cuestión no se sostiene. Estos insensatos lo saben y no están haciendo nada excepto ganar tiempo hasta las elecciones.
- Permitir a los monopolistas de petróleo, gas y electricidad abusar de su posición dominante como jamás habían osado en el pasado, ante la inacción absoluta de la Comisión Nacional de la Energía, del Servicio de Competencia y de la Fiscalía Anticorrupción. Un ejemplo actual: las gasolinas y los gasóleos. Los precios internacionales han bajado un 30% desde el verano, lo que significa que, como más o menos la mitad del precio al público (precio antes de impuestos más IVA) es proporcional al precio del producto, estas deberían haber bajado la mitad, un 15%. ¿Y cuánto lo han hecho en realidad? Un 8%. Esto es lo que De Guindos y Rajoy llaman “un ejemplo a imitar por Europa”.
- La distribución de la renta y la riqueza es la más injusta conocida en España en más de cien años. A día de hoy es la más injusta, no solo de Europa, sino de la OCDE. Aparte, lo que esta concentración de la riqueza significa en términos morales y de sufrimiento humano tiene un efecto económico extremadamente pernicioso: la propensión al consumo de las rentas más altas es mucho menor que la de las rentas más bajas. Ello se traduce en que, para un mismo nivel de renta en un país con una distribución más igualitaria, el consumo es mucho mayor que en otro con una distribución más injusta. Y el consumo, como se ha dicho, es el 60 % del PIB.
¡Y todo esto es para proteger los intereses de una minoría! Resulta patético ver a Rajoy defendiendo aún la “salida de la crisis” como un boxeador sonado. Y más que patético, vergonzoso, hablar de que estamos creando empleo, cuando se están perdiendo cientos de miles de horas de trabajo, cuando lo que ocurre es que se están destruyendo empleos dignos de 40 horas semanales y sustituyéndolos por empleos indignos de 10, empleos que en muchos casos ni siquiera respetan la legislación laboral. Y lo más grave, si es que lo relatado no fuera ya lo suficientemente dramático. Los tipos de interés están en cero, y aunque eso no sucederá de inmediato, los tipos volverán a subir y ese aciago hará saltar por los aires la economía española y la vida de varias generaciones de españoles quedará arruinada. La escoria que nos ha gobernado y que nos gobierna ha puesto una bomba de tiempo bajo nuestros pies, bomba que engorda cada semana con las subastas de deuda, por lo que cuanto más tiempo pase, más devastadores y duraderos serán sus efectos.