JUAN SEOANE.
Sinceramente, decidí hace algunos meses dejar de denunciar la caótica situación que vive este País en manos de este gallego incapaz de dar solución a los problemas que tenemos planteados y cuyo único lema es; si no les puedes convencer, confúndelos. Pero es tal el cúmulo de mentiras y de manipulación de los hechos de evidencia diarios, que uno se siente en la obligación como simple ciudadano de revelarse contra esta corte de impostores que nos llevan directamente a la pobreza más absoluta.
Para situarnos, podemos tomar el programa con el que el Partido Popular se presentó a las elecciones del pasado año. Con él pretendía arreglar la situación heredada de un incompetente Zapatero pero, a resultas de lo visto hasta la fecha, ha sido superado por el ínclito Mariano.
De los quince puntos sobre el empleo no han cumplido ni uno solo de ellos. El más llamativo es el referente al “empleo seguro y flexible para todos”. Actualmente han conseguido un record histórico de parados. Seis millones doscientos mil desempleados.
Sobre la educación, de los cuatro puntos, todos incumplidos. El más significativo de todos ellos es el punto número cuatro que hace referencia a las “nuevas fronteras para la ciencia y el conocimiento”. Los sabios peperos han diseñado nuevas barreras que impiden el desarrollo de las nuevas tecnologías, al no dotar de un presupuesto real a la investigación y desarrollo sino todo lo contrario. Han tenido que emigrar toda una generación de universitarios al no disponer de un puesto de trabajo donde poder desarrollar sus conocimientos.
Sobre el bienestar, este apartado consta de nueve puntos. Todos ellos incumplidos sin excepción. Hemos pasado del estado de “Bienestar” al de “Malestar” en tan solo año y medio de popular periplo.
En el capitulo de la Administración como motor de cambio, ni un solo cumplimiento no habiéndose efectuado una reforma mas que necesaria para promover una reestructuración a fondo en las Autonomías, Diputaciones y Ayuntamientos donde se refugian los pesebreros del régimen. El actual gobierno regido por el partido popular, ha iniciado un expolio impositivo a las clases medias para poder financiar a la banca y a la casta política parasitaria para mantener el tinglado autonómico y local donde dan cobijo a los genuflexos del régimen.
Existe un apartado de lo más curioso y llamativo. Me estoy refiriendo a lo que catalogan como “Democracia Ejemplar”. Todo un sarcasmo en cuanto a la regeneración democrática de los partidos e instituciones con una justicia al servicio del poder a la que insultantemente nos la definen como ágil y previsible, donde la libertad política es inexistente. En una de sus proclamas nos deleitan con esta declaración de principios; “el balance de los últimos años resulta desolador: cinco millones de parados, un millón y medio de hogares con todos los miembros desempleados, con un sistema educativo incapaz de crear oportunidades, una generación de jóvenes expulsada del mercado laboral, y unas cuentas publicas fuera de control. En definitiva, un mal gobierno que no genera confianza para que el país obtenga el crédito que precisa y que pone en riesgo las prestaciones básicas del sistema de bienestar. La sociedad española está hoy empobrecida y desesperanzada”.
Tras esta lectura de la línea programática popular con la que engañaron a 11 millones de devotos e ilusos “porta papeletas”, podemos fácilmente concluir que estamos ante la gran estafa y la gran mentira. Si el fracaso se debe al incumplimiento de un programa, la dimisión es el acto ejemplar para generar la vida pública. La peor mentira, es la que lleva al engaño permanente de un partido que se atrinchera en un poder que el ciudadano no puede controlar y que queda indefenso ante semejante fraude político.
Rajoy y sus colaboradores han demostrado sobradamente, su incapacidad y su nula competencia para llevar a este país a una senda de crecimiento y de empleo. Y si aún les quedara un mínimo de dignidad, dejarían paso a una nueva alternativa fuera de este bipartidismo agotado y corrupto, que nos ha llevado a esta situación de no retorno.