PACO BONO SANZ
Don Cosme y Don Damián
- ¿Se da cuenta usted? ¡Qué obsesión la de borrar del mapa cualquier recuerdo del franquismo! ¡Ni una estatua!, ¡ni una calle!, ¡ni un general! Pero no crea usted que lo hacen por las víctimas del franquismo. ¿Cree usted acaso que lo hacen por la libertad? ¡No! ¡Quieren borrar a Franco como quieren borrar a Trevijano!
- ¿Cómo dice? ¿Qué tiene que ver Trevijano con Franco? Si son antagónicos, son polos opuestos. Trevijano está junto a la libertad y Franco era un perfecto ejemplo de dictador. ¡Eran enemigos!
- Ahí voy, amigo mí¡Hay que borrar a los enemigos para ocultar la verdad de lo que pasó! Ellos, los oligarcas del Estado de partidos, saben de dónde procede su poder y se detestan por ello, tienen complejo de sí mismos. Su régimen procede del franquismo. Fue Franco quien nombró Rey a Juan Carlos contra la voluntad de su padre, Don Juan. Trevijano fue testigo y protagonista de excepción de este hecho y de muchos otros. ¡Franco derrotó a Don Juan!
- ¡Kissinger derrotó a Trevijano!
- Dos enemigos. ¿Acaso no fue Don Antonio García-Trevijano el mayor enemigo político de Franco? Quién sino él fue calificado por el espionaje norteamericano como el “Maverick” español. Para borrar el pasado franquista tenían que eliminar al enemigo del franquismo, la conciencia de la libertad soterrada por la ambición de reinar de un príncipe y por la ambición de poder de unos jefes de partido capaces de abandonar sus ideales de la noche a la mañana.
- ¡Sólo se nombra a los traidores!
- ¡Cómo no! Fraga, Carrillo, Felipe González, Mújica, Suárez… Ellos han escrito la historia y han convertido en su obsesión la ocultación de la verdad de su régimen, la gran mentira de la Transición española, del todo inexistente. ¡Cómo van a permitir unos oportunistas herederos políticos del dictador Francisco Franco que Don Antonio García-Trevijano tenga voz! Su voz es el fuego que prende sus mentiras, la verdad de una historia bochornosa para España. Temen a Trevijano, activista político en primera línea durante aquéllos días, dos veces mandado asesinar en sendos Consejos de Ministros presididos por Franco, víctima de un atentado del que salió con vida de milagro, perseguido, preso político, difamado; fundador, coordinador y redactor del manifiesto de la Junta Democrática de España, que abanderaba la ruptura democrática. Célebres fueron las palabras que afirmó Don Antonio cuando fue liberado tras cuatro meses de encarcelamiento político en el año 1976; gritó: ¡amnistía y libertad! ¡Y de nuevo se activó la oposición contra el franquismo todavía imperante!
- ¡Quieren borrarlo!, ¡pero no pueden! ¡Han de esconderlo! Trevijano representa la verdad ante una traición y una gran mentira oficial. ¡Lo saben!, ¡son conscientes de que gran parte del pueblo español no se enteró de nada! ¡Habían de taparlo! Y lo siguen haciendo, no sólo en los medios de comunicación, también en las universidades y en el resto de la enseñanza pública. Mi amigo Josep Seny, que vive en Lérida, me comentó el otro día que su nieto había vuelto muy enfadado de una clase a la que asistió en la facultad de letras de la Universidad de Lérida. ¡Todo mentira! ¡Todo mentira!
- ¿Cómo? ¡Cuente, cuente!
- Sabe usted que no miento. Su profesora afirmó que durante la Transición se habían convocado Cortes Constituyentes para la redacción de la nueva Constitución
- ¡Dios mío! ¡Qué falacia! Pero si la Constitución la elaboraron las Cortes de Franco. Si ni siquiera se sabía públicamente que se estaba redactando una Constitución. El secreto fue descubierto por el periodista Pedro Altares, de “Cuadernos para el Diálogo”. ¡Fue un escándalo! ¡Menuda profesora!
- No queda ahí la cosa, fíjese. También le dijo a su nieto que el Partido Comunista fue quien llevó las riendas de la ruptura democrática. Ni una palabra de Don Antonio García-Trevijano ni de la Junta democrática de España, tampoco de la Platajunta. Está prohibido decir la verdad. Como la nombres, te suspenden. ¡El verdadero jefe de la oposición al franquismo desterrado de la historia y de la universidad! ¿Se da usted cuenta de la barbaridad que se sigue cometiendo hoy día? Pero lo mejor viene ahora, la señora profesora, que de señora tiene muy poco, y de maestra, nada, sentenció que en España se había pasado de una dictadura a una democracia.
- Como por arte de magia.
- ¡Claro! Ni un detalle del hecho en sí. No contestó cuando le preguntaron los alumnos: ¿cómo?, ¿por qué? Vamos, que prácticamente les dijo: ¡esto es así y punto!
- Prohibida la verdad. Prohibido Trevijano.
- Pero no crea que se van a ir de rositas. A nosotros sólo nos callará la muerte.