ROBERTO CENTENO
El absoluto desprecio de Rajoy por los ciudadanos y las instituciones es tan abrumador que escapa a toda comprensión. Golfadas financiadas con dinero público como la del “último tongo en París”, protagonizadas por Wert y su novia, dentro de un país con más de cinco millones de parados y casi un tercio de los niños viviendo por debajo del umbral de la pobreza, es algoinimaginable en cualquier presidente de Gobierno. Pero si este comportamiento destruye cualquier tipo de credibilidad, las mentiras de Rajoy en los PGE sobre una supuesta reducción del IRPF, de la que ha hecho bandera principal de su campaña; la supuesta subida de las pensiones o su afirmación del carácter social de unos Presupuestos, donde se aplasta a los dependientes y los parados, deberían poner en pie de guerra al conjunto de la oposición. No es solo que los ingresos estén sobrevalorados más que nunca o que el déficit y la deuda sean ciencia-ficción, es que se miente públicamente afirmando lo contrario de lo que aparece en las cifras.
Y es que al leer el Libro Amarillo, el formato en el que se presentan los PGE al Parlamento, no me parece correcto esperar a septiembre para denunciar las grandes víctimas de unos Presupuestos chapuceros hechos deprisa y corriendo, cuyo único fin es engañar a los españoles para que el PP alcance el objetivo “mágico” de 140 escaños con los que Rajoy cree que conseguirá salvar su cabeza. Y las grandes víctimas de esta gran patraña aparecen con toda claridad en el Libro Amarillo para quien se tome la molestia de leerlo: los contribuyentes, esencialmente la clase media que cobra por una nómina y que no puede escapar a un solo impuesto –favoritos de Rajoy para hacer caer sobre ellos el peso de la crisis–: los 9 millones de pensionistas, los 1,2 millones de dependientes y los más de 5 millones de parados, de los cuales 2,5 están sin prestación alguna y sin posibilidad real ( véase la última EPA) de encontrar empleo.
Desde 2008, con la primera gran plaga bíblica que supusieron Zapatero (“no hay ninguna crisis”) y Solbes (“cuanto más se endeuden los españoles, más ricos serán porque los pisos nunca pueden bajar de precio”), hasta el día de hoy con la segunda plaga mucho más letal que suponen Rajoy (“no hay más opción que subir impuestos”, de un Presupuesto de 450.000 millones de euros no había de dónde recortar) y Montoro (“enviaré a los hombres de negro a las CCAA que no cumplan”, les proporcionó 120.000 millones de euros sin intereses y sin mecanismo de devolución alguno para que siguieran despilfarrando sin freno), los Presupuestos han sobreestimado consciente y sistemáticamente los ingresos e infravalorado los gastos. Pero en este año electoral la magnitud del engaño ha superado todo lo conocido.
IRPF: por cada euro de rebaja te quitan tres
La primera gran estafa de Rajoy en los PGE2016 de la que ha hecho banderín de enganche para recuperar votos es la bajada de tipos del IRPF. Con ello, presumen, por un lado, de “devolver” a los contribuyentes parte del dinero expoliado nada más comenzar la legislatura y, del otro, lo presentan como el gran motor de la recuperación dado que incrementará la renta disponible de las familias y, en consecuencia, su capacidad de gasto. Y en este punto lo primero que resulta sorprendente es cómo la oposición, los medios y la mayoría de analistas no atados al pesebre no se han percatado de ello. Y, sin embargo, el aviso del Sindicato de Técnicos de Hacienda fue contundente: “Anuncian una bajada de la tarifa del IRPF pero simultáneamente calculan una bajada de los beneficios fiscales que la anula”, y en cuanto al cumplimiento del déficit, “el cálculo se hace con una liquidación sobreestimada que no se va a cumplir”. ¿Se enteran en Bruselas o solo miran para otro lado como hicieron con Grecia hasta que fue demasiado tarde?
El Libro Amarillo, en el apartado de Beneficios Fiscales, lo cuantifica perfectamente: “Los beneficios fiscales en el IRPF se reducen un 45,4%, o 6.907 millones en términos absolutos, sobre todo por los descensos de la reducción por rendimientos del trabajo, de las deducciones por inversiones en la vivienda habitual y la reducción por tributación conjunta”. Nunca en la historia de la Hacienda española se habían reducido los beneficios fiscales a la mitad. Si ahora comparamos esta cifra con la reducción que supone a los contribuyentes la bajada de tipos del IRPF en 2016 y que es de 2.300 millones, nos encontramos con un engaño épico: la cantidad a pagar por IRPF en 2016 por los contribuyentes españoles no se reduce, sino que se incrementa, en 4.607 millones. O sea, por cada euro de rebaja te quitan tres. Este es el “gran recorte fiscal” que Rajoy ofrece a los ciudadanos para que los voten. Para eso, ‘Virgencita que me quede como estoy’.
En lo referente a la Seguridad Social, frente a una previsión de crecimiento de las cotizaciones sociales del 7% en 2015, la realidad hasta marzo ha sido de fiasco total: solo han crecido un 1% a pesar de los 500.000 nuevos empleos. Extrapolado a fin de año esta cifra, nos llevaría a unos 100.000 millones de euros de ingresos y a unos gastos por prestaciones de 127.000 millones, de los cuales 116.000 corresponderían a pensiones que están creciendo al increíble ritmo del 3,7%. Cara a 2016, los PGE prevén unos ingresos por cotizaciones sociales de 117.000 millones de euros, un 17 % más que los ingresos reales en 2015, una cifra tan disparatada que uno no entiende cómo osan utilizar. Los gastos por prestaciones los estiman en 136.800 millones, lo que llevaría a un agujero respecto a las cotizaciones, si estas crecen al doble del ritmo actual, de 34.800 millones.
Que en estas circunstancias Rajoy se permita una subida simbólica de las pensiones del 0,25% para transmitir a los pensionistas que sus percepciones no están en riesgo es otro engaño consciente y masivo a 9 millones de pensionistas. Esto es así porque ha liquidado en sólo tres años más de la mitad de la caja de la Seguridad Social, que dispondrá de menos de 40.000 millones a fin de año. Además sabe, porque así lo ha afirmado en sede parlamentaria el gobernador del BdE y luego ha reiterado y cuantificado la Autoridad Fiscal Independiente, que el nivel actual de pensiones es insostenible y que tendrán que reducirse en un 20% en cuanto se agote la caja, lo que sucederá en 2017. Pero el futuro de los pensionistas es algo que importa poco a Rajoy; solo quiere su voto, y en un par de años dirá sin inmutarse que las pensiones eran imposibles de mantener. Entonces, las bajará en un 20% y después se fumará un puro y se pondrá a leer el Marca. Claro que la culpa no la tendrá este tramposo que carece totalmente de empatía; la tendrán los pensionistas que hayan sido tan ingenuos como para creer sus mentiras y haberle votado.
En cuanto al perfil social de los presupuestos es solo una burla hacia los más necesitados. Para empezar, reducen las prestaciones por desempleo un 21,7 % o 5.500 millones de euros, cuando el paro se reduce menos un 10%, más de un 80% con empleos temporales, como muestra la última EPA, lo que significa que el número de trabajadores sin prestación alguna se incrementará en otros 500.000 y llevará a tres millones los trabajadores tirados en la cuneta sin prestación alguna. Las becas suben un 0,2% menos de la inflación prevista y luego el número de demandantes crece en 30 veces más. Pero donde más escandalosa es la contradicción es en la dependencia. Rajoy afirmó que la ley de dependencia es inviable, y 100.000 dependientes han muerto durante su legislatura esperando unas ayudas que jamás llegaron. Pero los miles de coches oficiales, las 3.500 empresas publicas inútiles, el Senado, las diputaciones o los más de mil diputados autonómicos, de los que el 90% esta “tocándose los cojones”, no son inviables.
En 2016, según el Observatorio de Dependencia, habrá 450.000 dependientes moderados nuevos que el Gobierno se había comprometido a incorporar al sistema y los presupuestos destinan 70 millones adicionales a este fin. Unacifra tan clamorosamente insuficiente que ha puesto en pie de guerra a los afectados. Hay 1,2 millones de dependientes con derecho a asistencia, pero el 37% no recibe prestación alguna, la aportación del Estado debería cubrir por Ley el 50% del coste y solo cubre un 11%. Las listas de espera son interminables y solo se van atendiendo a nuevas personas cuando fallecen los que reciben asistencia, a pesar de lo cual a Rajoy no le tembló el pulso para engañar el pasado uno de julio a 314.000 dependientes moderados, a los que extendió también el derecho a asistencia. Entre dependientes y familiares que también votan, hay más de 4 millones que deberían tener muy en cuenta su situación a la hora de votar. Y digo lo mismo que con pensionistas y contribuyentes, si votan a Rajoy, serán responsables de que éste mentiroso compulsivo que les desprecia continúe al mando.
Ni el menor atisbo de política económica
Aunque con todo, lo más grave de los PGE 2016 es que carecen de orientación alguna de política económica, en particular hacia una nueva pauta de crecimiento capaz de garantizar una recuperación sostenible. De los dos elementos clave para ello, inversión productiva y productividad, la primera crece un ridículo 1% (baja en términos reales) y la segunda cero. España está en el último lugar de Europa junto con Portugal en inversión productiva, con menos del 18% del PIB frente al 29% en 2007, y sin inversión productiva hoy, no hay creación de empleo mañana. La Organización Mundial del Trabajo (OIT) denuncia que “el modelo de crecimiento español no ha variado en absoluto: sector inmobiliario y turístico y baja productividad, pero aún más deteriorado y con salarios más bajos y precariedad”.
La OIT niega que la subida del PIB equivalga al inicio de un crecimiento sostenido y se pregunta algo que llevo meses denunciando desde estas páginas: “¿Cuánto crecería España sin esa especie de Santísima Trinidad de la Economía de tipos de interés cero, petróleo a mitad de precio y políticas expansivas del BCE?. Hoy el volumen de la economía española es menor que en 2007, y el ingreso medio de los españoles ha disminuido un 8%”. “Encuentroimposible hablar de un círculo virtuoso –explica el director de estudios internacionales de la organización– cuando se están creando empleos por un día o una semana, difíciles de justificar desde el punto de vista de las necesidades de la economía”.
No es de extrañar que la inversión extranjera directa en España se haya reducido en 100.000 millones de euros en dos años, porque cuando tenemos la energía más cara de Europa –a veces hasta el doble– y una población crecientemente empobrecida que ha perdido un 8% de su salario desde 2008, mientras batimos el crecimiento en el incremento del número de millonarios, en este auténtico paraíso de los monopolios y de las grandes fortunas, a lo que se añade el mayor grado de discrecionalidad e inseguridad jurídica, con 17 reinos de taifas cada uno con su leyes y sus reglamentos, ¿quién, excepto especuladores, va a invertir en España?
PD: Hablando del paraíso de los monopolios, es escandaloso el increíble abuso de posición dominante del oligopolio petrolero, encabezado por los nacionalistas de Repsol. El precio del crudo y el de los productos se ha desplomado este mes y apenas han trasladado al público la décima parte. ¿Qué diablos hace la Fiscalía Anticorrupción dedicada a perseguir chorizos, que no procesa a los consejos de administración de las tres grandes petroleras, que abusan como nunca antes de su posición dominante a través de conductas conscientemente paralelas? La Fiscalía debe obligar a Repsol a vender el 50% de sus estaciones de servicio y a Cepsa el 25%, porque este abuso, aparte del expolio millonario a los ciudadanos, es un lastre gravísimo para la productividad y el crecimiento. El precio de la energía es más importante que los salarios en la mayor parte de las industrias exportadoras.