ROBERTO CENTENO
La consigna lanzada por Moncloa es clara e inequívoca: se ha iniciado la recuperación económica y estos presupuestos servirán para consolidarla, y nada ni nadie puede ponerla en duda. Sin embargo, la realidad es otra: no habrá ninguna recuperación para un 80% de los españoles que han visto cómo sus niveles de vida se han deteriorado drásticamente desde 2007, que siguen deteriorándose este año y que seguirán deteriorándose en el que viene y siguientes, algo que no había sucedido desde la Guerra Civil. No habrá recuperación para sus hijos, que por primera vez en siglos vivirán peor que sus padres, de los cuales más de la mitad no encontrará trabajo en años. No habrá recuperación para varias generaciones lastradas con una deuda pública inmensa imposible de pagar (1,45 billones1) y que sigue creciendo sin pausa. Las necesidades de endeudamiento neto 2014 de las Administraciones Públicas superan ya las de 2013. Un incremento interanual de 85.000 millones, porque el déficit no se reduce, sino que sigue creciendo sin control.
No habrá recuperación para un pueblo expoliado por unos impuestos confiscatorios, por unas élites monopolistas2 y rapaces, y por la corrupción institucional y personal más absolutas en casi cualquier parcela de poder. No habrá recuperación mientras se mantenga este Estado de saqueo, el mayor entramado de corrupción y nepotismo jamás conocido, donde el robo es sistémico en todos los estamentos, Corona, partidos, sindicatos, autonomías, ayuntamientos, todos sin excepción, más dos millones de enchufados, un modelo que despilfarra o roba anualmente el 10% del PIB. Y al lado de estelatrocinio sin fin, somos el país con el más injusto reparto de la renta y la riqueza de toda la OCDE, más pobreza –el número de personas atendidas por Cáritas en 2013 ha pasado de 1,9 a 2,5 millones, la cifra más alta desde el comienzo de la crisis– y más deflación interna, un eufemismo que significa menores salarios para trabajadores y clase media. Somos millones quienes ya no soportamos la situación de España. Lo veremos el próximo lunes. Hoy tocan los PGE 2015, otro gigantesco engaño.
Presupuestos y realidad: dos mundos diferentes
Para interpretar y valorar correctamente los PGE 2015, lo primero que los ciudadanos deben tener en cuenta es que desde los PGE 2008, presupuestos y realidad han sido dos mundos completamente diferentes: jamás se han cumplido las previsiones. Lo segundo, que aun sin cumplirse, el PIB ha caído mucho más que lo reconocido oficialmente. La acumulación de sobrevaloraciones ha sido de tal magnitud que el PIB oficial es hoy del orden del 30% superior a la realidad. Somos un 30% más pobres de lo que afirma la Contabilidad Nacional. Este hecho ha sido denunciado repetidamente en numerosos estudios, donde fue de particular relevancia el publicado hace tres años en el Financial Times.
Pero, aparte los estudios que demuestran que la caída de la actividad de los distintos sectores productivos es superior a la del PIB oficial, hay una cifra que es la auténtica prueba del 9. En términos relativos (PIB 2007=100), el PIB 2012 sería 98, es decir, el indocumentado Rodríguez Zapatero tenía razón: no ha habido ninguna crisis. Pero si comparamos la recaudación tributaria también en términos relativos (recaudación fiscal 2007=100), con la de 2012 esta fue de 68. Si el PIB es casi igual y la presión fiscal sobre la familia media española ha subido al nivel más alto de la OCDE, esa caída de recaudación tributaria es imposible. Como cuantificaba aquí Juan Carlos Barba el pasado día 19, “la actividad comercial en estos momentos está un 27% por debajo de la de 2007”, “la actividad de los servicios (casi los dos tercios del PIB) se encuentra hoy un 33% por debajo del máximo de enero 2008”, “la producción industrial se halla en estos momentos un 29% por debajo de los máximos previos a la crisis”, o “la construcción ha descendido un 83% respecto a 2007”. ¿Cómo el Gobierno y sus secuaces del BdE y el INE pueden tener la desvergüenza de afirmar que el PIB hoy es similar al de 2007?
Las grandes mentiras de los PGE 2015
La primera de las grandes mentiras de los PGE 2015 es la previsión de PIB, núcleo central del presupuesto. Y no voy a entrar en la manipulación habitual de que las cifras parciales desmienten las totales, que también, sino en el efecto de la deflación en la que nos encontramos. En una economía en deflación, tal como explica la Teoría Económica, el sentido común, y se demostró en la crisis de Japón, el único PIB que cuenta es el nominal o a precios de mercado, no el real calculado a precios constantes, que al estar en deflación son meros precios teóricos más altos que los de mercado. Es decir, si los precios constantes fueran 100 y el deflactor es -1%, el precio de mercado al que se venden no es a 100 sino a 99, y en consecuencia el PIB real sobrevalora la riqueza creada en un 1%.
El PIB a precios de mercado del primer semestre de 2014 ascendió a 512.723 millones de euros, un crecimiento del 0,2% respecto al mismo periodo del año anterior. Esta cantidad y no otra es la suma del valor de los bienes y servicios producidos en el primer semestre 2014 a precios de mercado, y de esta cantidad y no de otra es de donde salen los impuestos. Habida cuenta de que el IPC en julio y agosto ha caído el 0,3 y el 0,5% respectivamente, el deflactor del PIB puede haber descendido en torno al 1%, lo que significa que el crecimiento del PIB a precios de mercado del tercer trimestre ha sido negativo, por más que mientan como bellacos. Y respecto al cuarto trimestre, las posibilidades de que sea peor que el tercero son mayores que lo contrario, dada la contracción económica de toda la zona euro.
Afirmar que el crecimiento del PIB 2015 nominal será del 2,7%, cuando en 2014 será cero o casi, no es que sea voluntarismo, es un engaño masivo. Y para completar la falsedad absoluta de esta cifra clave, el viernes los PMI de la Eurozona que adelantan el crecimiento de los próximos seis meses han caído a su nivel más bajo en diez meses. A partir de ahí todo es ciencia ficción. El incremento de ingresos del 5,4% (0% hasta julio) después de una bajada de impuestos teórica de 4.000 millones es una tomadura de pelo de las que pasan a la categoría de milagro cuando nos cuentan que los ingresos por cotizaciones sociales subirán un 6,8% cuando hasta julio el crecimiento ha sido del 0,5%. Las exportaciones crecerán un 5% (1,6% hasta julio) ya que suponen que la zona euro crecerá un 1,6% –la OCDE estima un 1,1%, y eso si no entra en recesión–, y el que no se lo crea pues peor para él: es lo que necesita Rajoy y punto.
Las necesidades de endeudamiento solo del Estado se estiman en 47.000 millones, una auténtica salvajada. Serán mayores al igual que este año, y luego súmenle el resto de AAPP, empresas públicas, y demás chiringuitos desde el FROB a la Sareb. Excepto el gasto que está fuera de control (el gasto corriente del Estado se dispara en un 4,6%, ¡pero es que se han vuelto locos!) y el paro, donde a base de aniquilar a la clase media destruyendo puestos de 40 horas semanales y sustituirlos por otros de 10 o 20 horas de contratos basura, pueden crear los que les dé la gana. Pero el número de horas totales, que es lo que importa, seguirá cayendo. El crecimiento es la primera gran mentira, y no hay por dónde cogerla.
La segunda es la demanda interna, el “motor de la recuperación”, basada en la mejora de la renta disponible. La demanda interna subirá este año un 1,4% (la confianza del consumidor caía un 9,6% a septiembre, el índice del comercio minorista un 0,1 hasta agosto, el consumo de electricidad un 0,6 hasta septiembre, fuertemente correlacionados ambos con la demanda interna), y en 2015 un 1,8%. Los PGE 2015 lo fían todo a una fantasiosa recuperación del consumo. Empleados públicos y jubilados, un colectivo de más de 11 millones de personas, verán recortado su poder de compra, y Montoro con su mendacidad habitual revisará al alza el valor catastral de 7,4 millones de viviendas que supondrá una subida de IBI antes o después para millones de familias, y como el IRPF solo supone ¡500 millones de supuesto ahorro!, y los IBI van a incrementarse mucho más, el efecto conjunto será una subida de impuestos.
Y no solo los empleados públicos y los pensionistas. Los salarios del sector privado bajarán un 0,2% en ese proceso perverso de “devaluación interna”, lo que está llevando a la clase media a su desaparición y a los trabajadores al tercermundismo, y destruye el poder de compra de los españoles. ¿De dónde sacan entonces que la renta disponible de las familias va a subir? Solo la de los enchufados y los corruptos. Pero “el IVA recaudará un 7,2% más”, y este es el corazón de la subida de ingresos ¿Con qué dinero, Sr. Montoro, si el ahorro está ya en el mínimo de todos los tiempos y la inmensa mayoría de los españoles perderá renta real? Una estafa mayor incluso que la de “las exportaciones nos sacarán de la crisis” del año pasado, que se han desplomado desde el 5,2% en 2013 hasta el 1,6% acumulado a julio.
La tercera mentira es el déficit público, que, como he mencionado al principio, no se está reduciendo sino que está creciendo, y tienen la increíble desfachatez de hablar de recuperación y de consolidación fiscal. ¡Pero en manos de quién estamos! El déficit del Estado a agosto es del 3,26% (de un PIB hinchado con las actividades ilegales) frente al 3,78% de agosto 2013. Una mejora de 0,52 puntos porcentuales. ¿Pero qué pasa con el resto de AAPP? Para la Intervención del Estado el déficit autonómico presenta una desviación del 0,22% a julio. Por su parte, el déficit de la Seguridad Social era de 0,28% del PIB hasta agosto, frente a un superávit del 0,32% el año pasado, o sea, un empeoramiento de 0,6 puntos de PIB.
El déficit conjunto de las AAPP es ya, en octubre, mayor que el del año 2013, y superará ampliamente el 5,5% previsto en términos homogéneos. Solo el Tesoro se ha endeudado en 5.000 millones más desde primero de año respecto a 2013, lo que supone un endeudamiento interanual de 85.000 millones, por lo que el déficit de las AAPP superará de largo el 8% del PIB en 2014, digan lo que digan Montoro & Asociados. Adicionalmente, el mismo día de la presentación de los PGE 2015, el FMI señalaba directamente a España como segundo deudor exterior mayor del mundo después de los EEUU, y el déficit de balanza corriente sigue creciendo. La deuda externa neta ascendía a 1,021 billones a fin primer trimestre.
Y para 2015 solo hay una certeza: el gasto público consolidado subirá. Según los PGE 440.074 millones un 4% más que en 2014, aunque la realidad, como siempre, lo superará. Y en los ingresos otra certeza: no se cumplirán ni por aproximación. Los del Estado ya se han explicado, 5,4% (0% a julio). La Seguridad Social peor aún, ya que suponen que crecerán en un 6,8% (0,5% a julio), algo que ningún analista se ha creído, ya que aunque se cree empleo basura este no generará apenas ingresos: el objetivo de déficit del 4,2% es pura fantasía. Apuesten por el doble.
En definitiva, un nuevo engaño masivo a los votantes que procurarán mantener vivo todo el tiempo que puedan aprovechando el aplastante control de los medios. Algo inimaginable en una democracia pero indispensable para nuestra oligarquía de partidos, en tanto que es su característica constitutiva. La no separación de poderes –especialmente la no separación del poder ejecutivo respecto del poder legislativo– junto con la no representación de los votantes son los dos requisitos esenciales de la partitocracia. Quiero recordar que la no representación del votante fue la base del sistema proporcional que elevó al poder tanto a Mussolini como a Hitler.
- La deuda computable de 1,02 billones, que es de la que hablan el Gobierno y los medios, es solo una convención contable de los burócratas de Bruselas que únicamente recoge una parte de la deuda total.
- El petróleo alcanzó el viernes el mínimo en año y medio. Las gasolinas han bajado un 18% y los gasóleos un 14%, pero en España los precios al público solo han caído un 3%. Habida cuenta de que el impuesto fijo (especial) viene a ser la mitad, las gasolinas deberían haber bajado un 10% y los gasóleos un 7%, la diferencia es la renta monopolista que cargan impunemente a los consumidores. ¿Qué hacen Competencia, la CNE, el Gobierno y la Fiscalía Anticorrupción? Ayudar a dos empresas 100% extranjeras (Cepsa y BP) y a Repsol, la petrolera peor gestionada de Europa, en manos de los separatistas catalanes y vascos. Tenemos los precios de electricidad, gas y carburantes antes de impuestos más altos de la OCDE.