LORENZO ALONSO.
El simple anuncio del envío de los Presupuestos Generales del Estado para el ejercicio 2013 (PGE-2013) al Congreso de los Diputados es una noticia importante (o lo debería ser) pues dicha norma será un recipiente repleto de instrumentos de política económica en manos del Gobierno para intervenir en el sistema económico, un augurio de influencias públicas en la sociedad civil española y un espejo en el que se mirarán muchos inversores extranjeros. Sobre todo porque durante el año 2013 pasarán por las dependencias del Estado 382.048, 83 millones de euros (M€), casi un 36% del Producto Interior Bruto (PIB) esperado para dicho ejercicio.
Pero la realidad nos muestra que esta norma viene cargada de muchas letras firmadas con antelación, como son los gastos financieros de toda la Deuda Pública emitida en estos últimos años para adelantar el pago a los proveedores de las Comunidades Autónomas y de las Entidades Locales, para mantener la liquidez de muchas Comunidades Autónomas mediante múltiples adelantos, líneas de crédito o un Fondo de Liquidez Autonómico, para poder salvar a una buena parte de nuestro sistema financiero “quebrado” y para mantener multitud de ayudas imprescindibles con las que muchos agentes económicos puedan seguir respirando.
Esta norma vuelve a estar cargada de promesas de convertir a España en una Arcadia feliz en la que los jefecillos de las tribus autonómicas y locales puedan ofrecer a sus habitantes todos los bienes y servicios de forma gratuita sin mirar su coste, porque saben que “papá Estado” está ahí para salvarles de las aguas de la tormenta financiera que amenaza con arrastrarlos al precipicio. También viene cargado de promesas de reformas, de futuros comportamientos y de muchos sacrificios (más tributos, menos desgravaciones en los ya existentes, más recortes de gastos y menos dinero disponible).
Los representantes del Gobierno también nos han anunciado que en el Congreso de los Diputados mejorarán la norma y ajustarán algunas partidas a la realidad, de acuerdo con las exigencias de los diputados del Parlamento (como si estos señores fuesen representantes de los ciudadanos y tuviesen mandato imperativo de éstos). Pero una vez más la realidad nos demuestra que casi todo está decidido de antemano, pues el 81% de las partidas presupuestarias están comprometidas: pensiones públicas y cobertura del desempleo (121.557 M€ y 26.994 M€), amortización e intereses de la deuda viva (62.588 M€ y 38.660 M€), financiación complementaria a la cacareada autonomía financiera de las Comunidades Autónomas y de las Entidades locales (24.422 M€ y 16.136 M€), financiación de la Unión Europea y aportación al Mecanismo Europeo de Estabilidad (15.410 M€) y dotación a un Fondo para contingencias (2.560 M€). Al final, el Estado solamente puede disponer, a través de los diversos Ministerios, Organismos y Agencias, de 73.717 M€, el 19 % de los PGE, una cantidad algo mayor que la suma de los presupuestos que elaboraron Andalucía, Cataluña y Castilla-La Mancha para 2012. No es extraño que muchos ciudadanos pensemos que el Estado ha quedado como una gran Agencia de reparto de fondos públicos, la gran ubre de la que todos chupan.
No se debe olvidar que, además del grupo estatal analizado en los PGE (formado por el propio Estado a través de los Ministerios y Órganos Constitucionales, 64 Organismos Autónomos, 8 Agencias y 9 Entes Públicos administrativos), existe un amplio bosque de empresas y entes públicos que viven adheridos al presupuesto: más de 150 Sociedades Mercantiles y Entidades Públicas empresariales (Grupo SEPI, Grupo AENA, Grupo Puertos, Grupo ADIF, Grupo RTVE, Grupo Correos, FNMT, ICO, etc.); varios Entes de Derecho Público con presupuestos estimativos; 46 Fundaciones Públicas de titularidad estatal; 10 Consorcios y varios Fondos carentes de personalidad jurídica. ¿Dónde está la racionalización administrativa del Estado anunciada a bombo y platillo?
Para hacer frente a esta ingente lista de gastos, el Estado necesitaría ingresar otra ingente cantidad de dinero para mantener saneadas sus finanzas, sin embargo estima ingresar 271.466 M€ (incluidos la posible enajenación de activos financieros), así que prevé una necesidad de endeudamiento bruto de 110.582 M€ (10,4% del PIB). El Estado sueña con ingresar 239.783 M€ por vía de tributos (192.500 M€ por impuestos directos y cuotas sociales, 39.594 M€ por impuestos indirectos y 7.689 M€ por tasas y precios públicos. Todo ello supondrá una presión fiscal por parte del Estado del 22,6% del PIB. Además piensa ingresar 17.400 M€ por transferencias, 8.922 M€ por otros ingresos de carácter patrimonial y 5.352 M€ por enajenación de activos financieros (2.554 M€ son de la Seguridad Social). Esta bonita fantasía se hará realidad si la actividad económica nacional se mantiene en unos niveles aceptables, si hay empresas abiertas que tengan beneficios o esperanza de conseguirlos y si quedan suficientes ciudadanos con capacidad de pago.
Ante esta situación ¿Cuál es la fuente de financiación que le quedará al Estado? El informe económico y financiero de estos Presupuestos nos muestra que el Tesoro estatal necesitará durante el año 2013 dinero suficiente para financiar el déficit no financiero previsto (38.062 M€), para saldar la variación de activos financieros (9.958 M€) y para hacer frente a las amortizaciones que se produzcan durante el ejercicio (159.153 M€: Letras del Tesoro, Bonos y Obligaciones y otros). En definitiva el Tesoro necesitará realizar emisiones de deuda pública por valor de 207.173 M€. Pero, si se tienen en cuenta los compromisos que se pueden adquirir con la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera (FEEF) o el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), esta locura financiera situará la ratio Deuda estatal /PIB por encima del 70% y la ratio del conjunto de Administraciones Públicas españolas por encima del 90% del PIB. ¿Quién prestará esta ingente cantidad de dinero, los prestamistas privados con sobrecostes financieros (prima de riesgo) o prestamistas públicos de la Unión Europea (Banco Central Europeo directa o indirectamente y/o los “Fondos europeos de rescate”?