ILLY NES.
“Tengo amigos homosexuales que creen en Dios y votan al PP. Ya ven ustedes qué manga más ancha. Todos están enfurecidos ante el hecho de que Rajoy, con fervor mariano, haya pedido, por boca de Acebes, ese ángel, la asistencia de sus fieles a la manifestación contra las bodas gay. Pero uno de esos amigos es muy gráfico en su malhumor: el PP, dice, se ha bajado los pantalones ante el báculo obispal. Hay una derecha tan civilizada como ingeniosa, ya se ve. Y por haber hay hasta una Plataforma Popular constituida por homosexuales y lesbianas militantes del PP. Su portavoz, Carlos Alberto Biendicho, ha declarado, haciendo honor a su apellido, que la Plataforma, igualmente indignada, está considerando dar nombres de altos dirigentes de su partido con doble aunque semioculta militancia: peperos y maricones. Puestos al outing, hay quien aventura que podría incluso revelarse el nombre del periodista fundador de una mítica revista ácrata (después renacida en el seno de la derecha), hoy hombre in péctore de Rajoy. Pero quizá esa noticia no pase de ser una polución. Informativa” *.
Si mis amigos levantaran la cabeza… Desgraciadamente toda la gente con la que conviví en Málaga ya no está, la mayoría murieron de Sida. De aquellos tiempos, alguien que traté en Málaga y de la que guardo un grato recuerdo es Bibiana Fernández. La conocí haciéndose el cambio de sexo y asumiendo su nueva identidad sexual. Me parece que es una persona muy íntegra, el trato que tuve con ella fue mínimo pero me pareció muy sincera y hoy como transexual la admiro. Ella ha sabido mantenerse al margen de la prostitución, trabajar y luchar por lo que ha querido ser y dentro de su cultura y su formación, ha ido superándose día a día.
Fue la misma sorpresa que me llevé con Pedro Carrasco, que era una persona que preservaba su intimidad, jamás se supo nada de su orientación sexual. Él frecuentaba en Málaga los mismo locales gays que yo, “La Gorila”, “El Nácar”, “El Pipermint”, “El Bronx”… Y lo entiendo. En un momento dado, yo puedo conocer a una persona a la que puedo querer sin necesidad de tener relaciones sexuales. Podría incluso enamorarme platónicamente de ella, pero no habría atracción sexual.
Ha podido pasarle lo mismo a Pedro Carrasco con Raquel Mosquera en este caso, jamás me hablo de ella la verdad, pero sí lo hizo de Rocío Jurado, de la que me dijo estaba muy enamorado y que la quería. Yo no le preguntaba por su vida privada, sólo tomábamos copas, hablábamos de lo guapos que eran unos, lo locazas que eran otros y poco más. La extrañeza por estas afirmaciones es comprensible: la gente confunde sexo con amor. Kinsey lo explica muy claro, en su escala del 1 al 6 no todo es sexualidad sino que existe la afectividad. Por eso cuando me pregunto por qué muchos políticos siendo homosexuales, gays o lesbianas, se casan, creo que a veces posiblemente entre ellos exista una complicidad, una afectividad. Existe un amor e incluso pueden tener hijos y no necesariamente tener relaciones sexuales estables. O pueden recurrir a técnicas de inseminación artificial, eso es algo bastante habitual de hecho. Pueden ser magníficos padres de familia sin haber tenido que mantener una relación sexual estable con la madre. Muchas lesbianas se quedan embarazadas sin tener que mantener relaciones sexuales con un hombre, simplemente porque quieren ser madres y no por ello son heterosexuales, ni siquiera bisexuales. Muchos gays quieren ser padres y recurren a madres de alquiler. ¿Por qué no? Pueden hacer un pacto, yo te dejo embarazada y tenemos un hijo a medias porque los dos queremos ser padres. Ambos queremos educarlo y es un niño deseado. El sexo no tiene porqué significar amor…
¡Cuantas mujeres hay que critícan a las prostitutas que se ponen en la calle Montera y que cobran 30 ó 60 euros la hora!. Mientras que ellas por un abrigo de visón o un chalet se abren de piernas cada noche con un marido al que no quieren. ¿Quién es más puta? ¿Quién es más digna de recibir críticas?. ¿Es que la que limpia una escalera, o el que está detrás de un torno, o en una cadena de montaje, no está vendiendo su cuerpo? Está vendiendo su trabajo… ¿Qué diferencia hay entre vender media hora de sexo y media hora de apretar tornillos? ¿Quién es más puta? ¿Quién es más chapero?
Y algo de esto está ocurriendo también en el Partido Popular, desde que se ha producido la contrarreforma gay y se ha tornado la inicial simpatía y solidaridad con la igualdad homosexual a una posición de enfrentamiento, rechazo y hostilidad que nos está trayendo, además de un descenso en el número de votos, la enajenación de la modernidad y tolerancia con la que se expresa actualmente la mayoría de la sociedad española y europea.
* Molina Foix, Vicente: El País, 17/06/2005.
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