ROBERTO CENTENO.
“Yo no actúo bajo presión, excepto si es de Maricospe o de mis barones favoritos, de banqueros o de empresarios monopolistas amigos de Montoro”. ¡Así se habla Presidente, que se enteren los europeos! Pero como en Bruselas son unos desconsiderados y no digamos la señora Merkel que además es una hereje, le darían a Rajoy un portazo en toda la barba: “¿No dice que no necesita rescate? Pues que bien, porque nosotros ya no queremos rescatarle, así que búsquese la vida solito. Nada de recapitalizar directamente sus bancos, hágalo usted si es que desea mantener toda la basura abierta y arregle como le venga en gana el desastre descomunal que tiene montado en su país”. Pero Rajoy es inasequible al desaliento, así que va y nos dice: “La cumbre de Bruselas ha sido un éxito para España”. Y uno primero se queda mudo de asombro y después se pregunta: ¿Este señor es tonto de concurso o solo se lo hace?
La canciller Merkel parece que quiere repetir la operación de agosto 2011, que le saldría bordada. Remontémonos a julio 2011: los mercados se cierran para España sin previo aviso, y nos ponen al borde de la suspensión de pagos, apenas quedaba dinero para un mes. El indigente mental entra en estado de pánico y llama a Rajoy, y desde entonces se harían más amigos que Zipi y Zape. Tanto que en los meses siguientes se llamarían dos o tres veces al día, como auténticos enamorados y, al final, el indigente recibiría de Rajoy la Gran Cruz de Isabel la Católica en reconocimiento a su gran labor de Gobierno. Juntos deciden enviar un SOS al que Merkel y Sarkozy, atrapados hasta las cejas en España, responden encantados. El BCE empezará a comprar deuda y facilitará liquidez a los bancos al 1% y a tres años. Ustedes a cambio tienen que prometer ser buenos y reducir el déficit.
El indigente y Rajoy casi se ponen a llorar de emoción y, en cuanto al déficit, están dispuestos a modificar la Constitución para prohibirlo nada menos que en la Carta Magna. Dicho y hecho, cambian la Constitución y limitan el déficit pero solo el estructural. Es decir: para cuando exista pleno empleo, o sea una tomadura de pelo en toda regla. “Pero que listos que somos”, debieron pensar los dos prohombres. Merkel y Sarkozy, aunque vieron de inmediato la trampa y además sabían perfectamente que la propia Constitución española es papel mojado y cualquier cacique local se fuma un puro con ella, hicieron como que se lo creían porque ellos estaban a otra cosa. Los bancos y cajas españolas debían a sus homólogos alemanes y franceses, cuya irresponsabilidad en la concesión de préstamos había sido pavorosa, cientos de miles de millones de euros, y eso era mortal de necesidad.
El BCE empezó a prestarnos dinero como si fuera escombro, abriendo la barra libre por dos veces, y con ello Merkel y Sarkozy conseguirían su objetivo esencial, los bancos y cajas españoles amortizarían buena parte de su deuda con las entidades de estos países con el dinero del BCE: ahora la deuda era con el BCE, los bancos y cajas alemanas se habían ido de rositas. Los dos irresponsables estaban encantados, pues el efecto colateral de este rescate encubierto de las cajas y bancos alemanes y franceses fue que los bancos españoles comprarían deuda española a carretadas y la oligarquía política seguiría despilfarrando sin límite ni control. Pero la ganadora fue Merkel. Como Alemania tiene un 18,9% del BCE, había reducido el problema creado por la insensatez de sus bancos y cajas a menos de la quinta parte.¡Olé por la prusiana!