ROBERTO CENTENO.
Mientras España se adentra en el mayor caos político, económico e institucional desde la Guerra Civil; mientras un presidente que había sido incapaz de dirigir y controlar el poder autonómico y local bajo su mandato carece del carácter y de los recursos mentales para resolver los graves problemas de la nación; mientras una Justicia lenta y sin unidad de criterio, convertida en un circo mediático con los jueces disputándose el estrellato, en la que la fase de instrucción penal, secreta por definición, está en los medios a los cinco minutos ante el asombro de Europa y EEUU, sectores enteros de la población se deslizan inexorablemente hacia la miseria y el hambre.
La España actual se asemeja cada vez más a la reflejada en la conocida película de ciencia-ficción de Gary Ross Los juegos del hambre, en la que una élite vivía en la opulencia mientras la mayoría sobrevivía entre la miseria y el hambre. Los economistas denominan duales a estas sociedades donde el grueso de la población se empobrece y se lleva al paro y a la pobreza a millones, mientras las élites políticas, financieras y monopolistas se enriquecen escandalosamente. Un 90% de las familias españolas han venido perdiendo renta y riqueza desde 2008, pero en 2012, en un solo año, perdieron el 10% de su renta y el 24% de su riqueza, las pérdidas más altas conocidas jamás. Y aunque en España siempre ha habido ricos y pobres, la distancia entre ambos nunca había sido tan grande. Somos el país con mayor desigualdad social no sólo de Europa, sino de toda la OCDE.¿Cómo llamar a un país que es actualmente el noveno del mundo por número de millonarios -personas que declaran unos ingresos anuales superiores al millón de dólares- y al lado de ello un 60% de la población ocupada es mileurista o menos, con la media en 800 euros, donde tres millones de personas viven, según Cáritas, en la miseria y 10 millones más se encuentran por debajo del umbral de la pobreza? Pero además, los ocho países que se encuentran por encima de España son de una población muy superior como EEUU, Alemania y China. Si referimos los datos a la población, España es el tercer país en número de millonarios.
A pesar de las mentiras continuas de Rajoy y su banda de tramposos, la situación empeora cada día. El presidente del BBVA acaba de presentar a la SEC, la Comisión del Mercado de Valores norteamericano su informe anual, según el cual “las condiciones económicas en España seguirán deteriorándose” y “la duda de que el Gobierno no pueda atender la deuda y el saneamiento del sector bancario podría obligar a solicitar el rescate a la Eurozona”, toda una enmienda a la totalidad de los engaños de Rajoy. Aunque nada comparado con el deterioro de los salarios, que ha llegado a alcanzar el 50% en algunos sectores y quieren recortarlos más, mientras la remuneración de los grandes directivos crece escandalosamente aunque sus resultados sean desastrosos. Simultáneamente, la clase media, el mayor logro no ya del régimen de Franco sino de toda nuestra historia, está siendo destruida.
Sobrevivir en la España de Rajoy
Pero las grandes cifras no revelan la profundidad del drama que día a día sufren millones de familias españolas para sobrevivir. Una gran multinacional acaba de realizar un análisis pormenorizado de los cambios de comportamiento de la familia media española con dos adultos y dos niños. Su renta disponible ha caído a 24.000 euros, pero la mediana o valor centrales es de 16.000 quitando consumos imprescindibles como gas, electricidad, teléfono e hipoteca si la hubiere, por lo que esta familia media dispone de 800 a 1.000 euros al mes para vivir. Y estas son las principales conclusiones de a dónde ha llevado a la clase media española esterégimen de partidos incompetente y corrupto y un modelo de Estado inviable.
La situación económica de la clase media española ha empeorado mucho. Hace tres o cuatro años apenas se fijaban en los precios, pero hoy muchas personas hacen la compra contando literalmente los céntimos. Cambian de producto por un solo céntimo de diferencia. Conocen los descuentos y promociones mejor que el propio comercio. Siempre están buscando la mejor opción, dos por uno, cupones descuento. Detectan pequeñas subidas y bajadas de precios. Hacen eco de las ofertas. Compran marcas blancas porque los productos de marca son más caros y la diferencia de calidad no lo justifica. Sólo cogen alguna específica si les gusta a sus hijos.
La familia media se ha vuelto radical. No se permite ninguna tontería que les pueda encarecer el carro de la compra que necesita. Tonterías las justas. Antes de ir a comprar saben lo que van a gastar, tienen un control absoluto del presupuesto.
Ejemplos: Si bebían agua embotellada, beben ahora agua de grifo. Comían carne y pescado, comen garbanzos, alubias, pasta y arroz. Comían pizzas y lasañas preparadas, compran las bases y las hacen en casa. Comían yogures y jamón, no los compran. Compraban varios productos de limpieza, uno para cada cosa; hoy usan un solo producto (lejía o amoniaco) para gastar menos. Limpiaban todo con papel de cocina, utilizan trapos de camisetas viejas. Llevaban los trajes a la tintorería, ahora los limpian en casa con el spray de las alfombras. Compraban cigarrillos, compran tabaco de liar. Tomaban café con leche, lo toman con agua cuando se acaba la leche.
La familia media realiza compras a diario para estar pendiente de las ofertas y racionar más el presupuesto. Muchos no compran colas ni cervezas porque no se lo pueden permitir, sino que sólo adquieren zumos para los niños. No compran yogures porque son caros: los han sustituido por leche, que es más barata. Se buscan la vida tratando de encontrar soluciones de ahorro, “desde el pollo que me lo troceo yo y el fiambre o el queso que lo compro en pieza y lo corto en casa: todo lo que pueda hacerme yo, eso que me ahorro”. “Compro paquetes de tres barras de pan y congelo dos, es mucho más barato”. “Antes hacía lasaña de carne cualquier día, hoy sólo los primeros días de mes utilizo carne picada; después, con el fiambre que queda en la nevera, me cuesta la tercera parte que con carne”. Hacía la cantidad de pasta que tocaba para cada comida; ahora cuece toda la pasta junta para ahorrar gas y la congela. Tiene en cuenta el tamaño de los productos para no tener que tirar nada.“Estoy apuntada en unas cuantas páginas de internet de las que te envían muestras y vales descuento: yo lo aprovecho”.
Esta es la descripción del día a día de millones de familias que se están deslizando sin pausa hacia la pobreza, porque la economía ni se estabiliza ni mejora, mientras Rajoy, como desde que llegó al poder, sigue anunciando que la recuperación será “el año que viene”, y ya van tres. ¿Y cómo se recupera un país con más impuestos, menos crédito, 600.000 parados y un endeudamiento creciente para financiar el despilfarro? Es un auténtico farsante. Y ahora Montoro sube el IRPF a 3,5 millones de familias eliminando con efectos retroactivos la deducción por vivienda, un nuevo robo de 1.800 millones a los más desfavorecidos. No habrá recuperación porque su catastrófica gestión económica la hace imposible: es sólo un camino imparable hacia la miseria. Pero dentro de esta orgía de expolio, de despilfarro público y de corrupción, lo más asombroso es la sumisión y la pasividad con la que los españoles ven arruinada su vida y la de sus hijos, a los que legaremos una deuda brutal que crece como la espuma y que arruinará su futuro.
De los ahorros y del hambre
Bloomberg acaba de explicar cómo la Eurozona y los grandes banqueros europeos piensan ahora que “utilizar los depósitos y otros activos como bonos y similares, para cubrir las pérdidas de los bancos con problemas, es algo perfectamente aceptable”. “La Eurozona debe introducir reglas idénticas en todos sus Estados miembros” concluyen.“Los tiros no van por Chipre, es la excepción”, dicen. Pues es la regla. Justo lo que necesita Montoro para entrar a saco en el ahorro de los españoles. “Ha sido Bruselas”, dirá el de la barba. Como afirmaba el Financial Times la pasada semana, “mantener depósitos en España es irracional”. Los ahorros en los bancos ya no son una garantía de futuro, y quien afirme lo contrario miente como un bellaco.
Y el gran drama: el hambre. Cáritas denuncia cómo miles de niños están aquejados ya de malnutrición en Canarias, Andalucía y Extremadura al haber suprimido las becas de comedor y perdido la “única comida equilibrada que hacían”. Además, muchos carecen de ropa adecuada o libros para el colegio. Y lo inimaginable: profesores denuncian desmayos de niños que llegan a las clases sin haber cenado la noche anterior. A Rajoy y sus secuaces les da igual: lo suyo es subir impuestos, bajar salarios y recortar gasto social. UBS acaba de publicar una nota en la que manifiesta su asombro porque el 97% del dinero de las pensiones se ha invertido en deuda española: “El potencial para el desastre es inmenso”, afirma. No les importa nada llevar al hambre al 25% de los niños que viven ya por debajo del umbral de la pobreza, ni recortar las pensiones y el paro, algo en lo que ya están trabajando. No tienen perdón, por supuesto, de Dios; pero tampoco de los hombres.
P.D: La infanta Cristina ha sido imputada por un presunto delito de tráfico de influencias, un hecho tan habitual en la España de la Transición que forma parte del paisaje, pero a ella por su exposición pública le ha tocado la china. ¿Cómo tiene la desvergüenza la casta política, y particularmente la izquierda, de afirmar que “la ley es igual para todos” cuando lo primero que hicieron fue acabar con la independencia del poder judicial? “Montesquieu ha muerto”, diría Alfonso Guerra. ¿Cuántos políticos que han hecho y hacen lo mismo han sido procesados? ¿Cuántos gestores de cajas nombrados por el PP y por el PSOE, que han arruinado a cientos de miles de familias y se han llevado el dinero a carretadas, están en la cárcel? O un felón como Zapatero, que ha rendido España a una banda de asesinos y puesto en marcha la secesión de Cataluña, ¿cuándo va a ser juzgado por alta traición?
Peor aún, si la cobardía patológica y la inacción suicida de Rajoy, mientras Mas sigue burlándose impunemente de la Constitución y de los derechos humanos, acaba en la independencia de Cataluña, ¿serán procesados por alta traición él y todas las altas instancias desde el Rey, al Tribunal Constitucional pasando por todos los jefes de partido estatales, que juraron defender la unidad de la nación y no han movido un dedo para hacerlo?, ¿qué cerebro fuera de los manicomios puede entender la esquizofrenia de Rajoy al hablar en secreto con Mas y entregarle ríos de nuestro dinero para pagar las nóminas de los enemigos de España y dotarse de estructuras de Estado, algo manifiestamente delictivo, mientras Mas proclama en público que la independencia es irreversible? O Aznar, que entregó a Pujol en 1996 el control de la enseñanza, que ha utilizado para tergiversar la historia e inculcar el odio a España y a todo lo español a dos generaciones de catalanes, ¿acaso no va a responder por sus acciones?