Paco Corraliza

PACO CORRALIZA

Continuemos, con -y contra- la «Psique» de Kant y sus «racio- psiquistas» epígonos germanos (todos, con o sin su querer, de ascendiente hobbesiano; y, sin poder dejar de querer, descendientes cartesianos y deudos de feudos roussonianos; «XXIII»). ¿Acaso nos divierte contrariar? ¿Acaso buscamos, contrariando, alimentar algún tipo de vanidosa vanidad? No, no; eso no es ni conveniente ni necesario. ¡Qué se contraríen ellos solos! Dejémosles hablar: ellos solos se contradirán. Porque la «Psique», arrastrada por su ciego y despótico impulso vital (su «poder-en-sí») si ha sobrevivido, si sobrevive, es debido a su dialéctica auto-contradictoria; es debido, y gracias, a sus continuas contradicciones. ¿Por qué? Porque su continuo interés le obliga a mudar, continuamente, sus paradójicas opiniones; el interés, a cada instante, insta a la «Psique» a dar volantazos…, ¿por qué?: por el esquivo interés instantáneo. ¿Por qué lo «hace»?: porque «puede»; y, precisamente, por «Poder»; por «poder-hacer»En el terreno del puro interés «psiquista»«Poder-es-querer»; y no al revés, como se cree (de hecho, ya solamente «creerquese puede» es también una clase de «Poder»). [«XXXVII»].

Y si, expresándose, no aparecen contradicciones, que nos muestren sus pareceres en los evidentes claroscuros de sus dicciones; y con sus definiciones; y con sus omniscientes aserciones. Así, quizá, en su propio relato, aparecerá, al menos, su blanquinegro autorretrato.

Comenzamos con Kant. Esto escribió en su obra “Contestación a la pregunta: ¿qué es la Ilustración”  (1784): “Ilustración significa el abandono por parte del «hombre» de una minoría de edad cuyo responsable es él mismo. Esta minoría de edad significa la incapacidad para servirse de su entendimiento sin verse «guiado» por algún otroUno mismo es el culpable de dicha minoría de edad cuando su causa no reside en la falta de entendimiento, sino en la falta de resolución y valor para servirse del suyo propio sin la guía de algún otro. Sapere aude! [¡atrévete a saber!] ¡Ten valor para servirte de tu propio entendimiento! Tal es el lema de la Ilustración.”(1) [cursivas de Kant; negrita y comillas españolas nuestras].

Esa misma «magistral» recomendación de Kant fue expresada (propagándola como sumiso papagayo obnubilado) por su discípulo Herder [alumno de Kant en 1762(1a)]: “tuve la suerte de tener de profesor a un gran filósofo [Kant], al que considero un auténtico maestro de la Humanidad ; sus alumnos no recibían otra consigna sino la de pensar por cuenta propia”.(1a)

Ahora bien, Kant, ese universal y superlativo “maestro de la Humanidad(1a), ese «psiquista» adorador de «“la” Razón» (razón única y total, o sea, totalitaria), el mismo Immanuel Kant que en 1762, con treinta y ocho años, ya imponía esa “consigna” (1a), en 1781, con cincuenta y siete años, [otra vez «XXXVII»] escribirá: “que no hay una sola cuestión metafísica que no haya «yo» [Immanuel] resuelto aquí, o dado al menos la clave de su resolución.[…] La «razón pura constituye una unidad perfecta».”(2)

¿Qué quiere eso decir? Pues que si tú, amigable lector, o sea, tu «yo», y «yo», o sea, tu «tú» queremos, bajo mandato de Kant, «tener valor para servirnos de nuestro propio entendimiento» (que si optamos, con Herder, por no seguir “otra consigna sino la de pensar por cuenta propia”(1a)), resulta que tu «yo» mi «yo» deben someterse al «Yo» de Kant, pues Immanuel es «El» mayúsculo «Maestro». Su despótica e inhumana «Razón» universal, «La Razón» ha hablado; y, por tanto, si tu «yo» mi «yo» (insisto) quieren jugar a pensar «independientemente», tendrán que jugar al «yoyó» fabricado por Kant. Y, entonces, eso sí, amigable lector, ¡ten el “valor” que te falta! y… ¡¡atrévete a saber…; atrévete a pensar como piensa el sabiondo Kant!! El sabiondo e irresistible «poder-en-sí» de «el-hombre-en-sí» que lleva dentro de sí el «súper-mega filósofo-en-sí», de Nombre Immanuel (que, encima, significa -¡no, irónicamente no; sino, según parece, muy, muy certeramente: «Dios con/entre nosotros»!). ¿Se comprende ahora lo que, «en-verdad-y-en-mentira», en «mentirosa verdad»  significa la famosa «autonomía» (imponerse, cada homínido «yo», leyes a sí mismo; «IV»; «XII») del «divino-adivino» Kant, Immanuel?

Y, ¿qué «hace» Kant después de «instaurar “La” Razón» (el «Logos» racional) en el mundo? ¿Qué «hace» entonces el desenfrenado y frenético frenesí del «poder-en-sí» de la «divina Psique» del ilustradísimo y «racionalísimo» Kant, ese «Immanuel» que nos ordena: ¡«piensa-por-ti-mismo»!? Desembarca, a su antojo racional, en el mundo moral; o sea, según él, en el mundo de la «Ley Universal». Cuatro años después de construir (1781) “La arquitectónica de la razón pura”(2) (en cuyo edificio “nuestros conocimientos no pueden formar una rapsodia, sino necesariamente un sistema” (2)), este «Supremo Arquitecto» impondrá al mundo su “imperativo categórico”(3)En 1785, sólo un año después de contestar a la pregunta «¿Qué es la Ilustración?» y de regalar tan graciosa como condescendientemente, al mundo universal, «su» “Idea para una Historia Universal en clave cosmopolita”; en 1785, digo, cuatro años después de la “Crítica de la razón pura”, la «Psique» de este «Gran Arquitecto» de «los sistemas» (del «Sistema») proclamará al mundo su doctrina universal, al publicarse su “Fundamentación para una metafísica de las costumbres” . En esta obra, a implacables «golpes de Razón», «de “la” Razón», propone someter a todos los homínidos hombres a la «“la” Ley suprema» de «su» metafísico «hombre» (del «meta-hombre», del…, en fin, «súper-hombre»).

Así nos habló la «Psique» de Immanuel(-Zaratustra) (1785)“la moralidad consiste, pues, en la relación de cualquier acción con la única legislación por medio de la cual es posible un reino de los fines. Esta legislación tiene que «poder ser» encontrada en todo «ser racional» y tiene que «poder emanar de su voluntad», cuyo principio, por tanto, es éste: no acometer ninguna acción con arreglo a otra máxima que aquélla que «pueda ser» considerada una «ley universal»; y, por consiguiente, sólo de tal modo que la voluntad «pueda» considerarse a sí misma por su máxima al mismo tiempo universalmente legisladora.”(3) Dejando aparte esa metafísica (vacía y absurda) «ley universal», no es difícil entresacar del texto la muy física, la prepotentísima «Voluntad de Poder» universal que, más de un siglo después, proclamara nuestro amigo Friedrich Nietzsche, el, supuestamente, «gran renegado» de la moral.

“El principio kantiano de «que se haga todo por la máxima de una Voluntad tal que pueda tenerse a sí misma, al mismo tiempo, como universalmente legisladora respecto del objeto» es también el objeto del «Superhombre» [de Nietzsche]; su voluntad no es menos despótica que la del imperativo categórico.”(4) Eso escribían, certeramente, Horkheimer-Adorno en 1944. [otra vez «XXIII»].

¿Desdeña usted, Sra. «Psique» del solterísimo Kant la “rapsodia”, quizá, porque no pretende ni quiere formar un imperativo sistema que se convierta en subyugante déspota? ¿Sabe usted, Sra. «Psique», que el espíritu “es poeta” (5) como escribió nuestro gigantesco Santayana? ¿Sabe usted, Señora, que “lo primero a que el espíritu debe renunciar, si ha de comenzar a ser libre es a toda pretensión de dominio” (6)? Y que eso lo escribió, también, nuestro espiritual amigo, el español Jorge Ruiz de Santayana, ¿lo sabía usted? ¿no lo «adivinó» divinamente?. ¿Sabe usted, Sra. «Psique» kantiana, lo que escribió un «rapsoda», un Poeta judío?. ¿Sabe lo que escribió, en 1834, el Poeta Heinrich Heine? Lo transcribimos en «XXI» y, ahora, lo repetimos, Sra. «Psique»:

“La revolución alemana no será más suave ni comedida por el hecho de que la hayan precedido la crítica kantiana, el idealismo trascendental de Fichte y hasta la filosofía de la Naturaleza. Por estas doctrinas se han desarrollado fuerzas revolucionarias que sólo esperan el día en que puedan mostrarse y llenar al mundo de admiración y espantoAparecerán kantianos que tampoco querrán saber nada de compasión en el mundo de lo fenoménico y revolverán sin misericordia el suelo de nuestra vida europea con la espada y con el hacha, hasta arrancar las últimas raíces del pasado. Entrarán en escena fichteanos armados que, en su fanatismo de la voluntad, no son refrenables ni por el temor ni por el egoísmo(7).

El espíritu del Poeta Heinrich Heine «vio»: vio y, con acierto profético, «previó». Ahora nos habla Santayana (1922): “Él [espírituvelo cual es un misterio para ella [Psiqueporque, aunque ella siempre ha actuado como si, de algún modo, notara las cosas a distancia, nunca ha visto ni ha podido ver nada […a pesar de que] gélidas lágrimas caen de sus ojos ciegos.”(5) Eso escribió nuestro español Santayana. ¡¡Tú sí que sabes, amigo Jorge, Poeta-filósofo Jorge Ruiz de Sanayana!!

Los «a priori» de la «Psique» se derivan de su «poder-hacer»; de su «poder-en-sí». La invidente «Psique» reclama su propia «Voluntad de no-ser»; o sea, reclama «Poder»: así tienta la Voluntad del espíritu, exigiendo «Voluntad de Poder». Si el espíritu sucumbe, éste abandona su propia «Verdad»; su propia «razón-de-ser», que es «Voluntad de Amar»; que es «Voluntad-de-Amar- y-comprender». El espíritu quiere el «» cuando la «Psique» exige el «NO».

“El ego [«yo»] mismo no es más que una «patraña superior», un ideal». […] Yo contradigo como jamás se ha contradicho y soy, a pesar de ello, la antítesis de un espíritu que dice «no» […], obedezco a mi naturaleza dionisíaca, la cual no sabe separar el hacer «no» del decir «sí».(8) Así se expresó Friedrich Nietzsche en “Ecce homo cómo se llega a ser lo que se es” (1888) Nietzsche no dejó de ser un contradictor y contradictorio filósofo «psiquista» y espasmódico; pero también un inteligente compositor rapsódico: un espiritual Poeta episódico.

 

(1) KANT, Immanuel. “Contestación a la pregunta: ¿Qué es la Ilustración”. En libro “¿Qué es la Ilustración?”. Alianza Editorial, S.A. 2011. [Ed. original: 1784].

(1a) Según cita del apartado “Cronología-1784” de esta edición, que contiene, en un solo libro, varios opúsculos de Kant.

(2) KANT, Immanuel“Crítica de la razón pura” (I y II). Ediciones Folio, S.A. 2002. [Ed. original 1781].

(3) KANT, Immanuel. “Fundamentación para una metafísica de las costumbres”. Alianza Editorial, S.A. 2012. [Ed. original: 1785].

(4) HORKHEIMER, Max; ADORNO, Theodor W. “Dialéctica de la Ilustración”. Editorial Trotta, S.A. 2009. [escrito 1944; corregido 1947].

(5) SANTAYANA, George. “Soliloquios en Inglaterra y Soliloquios Posteriores”. 49-“La Psique”. Editorial Trotta, S.A. 2009. [Ed. original: 1922].

(6) SANTAYANA, George. “Los reinos del ser”. IV- “El reino del espíritu”. FONDO DE CULTURA ECONÓMICA. México, D.F. 1.959. 2ª Reimpresión-2.006. [Ed. original 1.942].

(7) HEINE, Heinrich. “Sobre la historia de la religión y la filosofía en Alemania”. Alianza Editorial, S.A. 2008 [escrito 1834].

(8) NIETZSCHE, Friedrich. “Ecce homo. Cómo se llega a ser lo que se es”. Alianza Editorial, S.A. 2011 [escrito 1888].

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