PACO BONO SANZ
Es más bella la expresión “que la verdad aflore”, que la expresión “la porquería siempre flota”. Sin embargo la flor se nutre de la porquería, como la verdad sobrevive siempre a la mentira, verdad clandestina, oculta por la miserable certeza de saberse perseguida, acorralada por canallas traidores, esos que visten de etiqueta y muestran sus muecas aprendidas, gestos vanidosos de tormento real, pues no hay hombre sano que pueda soportarse viviendo en la indignidad y en la falsedad.
Sin embargo, esto es España, he aquí la España reducida a un nombre y a unas siglas, la España del Estado repartido que aprovechó el rebufo del franquismo para establecer su régimen de traidores, de hombres sin alma, que pretendieron hacernos olvidar el pasado, obviar lo que fue, aquello que nos explica lo que somos. Malditos bastardos. De la noche a la mañana construisteis vuestro negocio estatal negando a los españoles la libertad colectiva. Infundisteis miedo con el ruido de sables mientras la ETA practicaba su juego de terror. ¿Qué es España según vosotros?, ¿según las palabras del filósofo que hablaba de lo que no sabía?; ¿un proyecto sugestivo de vida en común? Debajo de la palabra España firman con su sangre todos los hijos de su historia, sufridores, apasionados o no, pero herederos de una realidad que vivieron en su día como nosotros hacemos hoy. Malditos bastardos que cubrís la sangre con ceniza, malditos vosotros que habéis engañado a cinco generaciones al menos.
¿Qué os puedo decir? La porquería siempre flota y la flor sigue a la luz porque forma parte de ella. Ahora conocemos la verdad, sabemos de las traiciones del Rey, de Suárez, de Felipe González, de Fraga… Sabemos que los padres de la patria fueron unos padrastros, tenemos claro que no hay en vuestro régimen otra constitución más que el consenso, ni otra forma de gobierno más que la corrupción. Estamos ante vosotros, bajo vuestras podridas suelas de inmoralidad, bajo vuestros grandes castillos de imposición, feudos para el saqueo y la trama. Pero ya no tenemos miedo, no tememos a la verdad, no tememos la dureza de vuestros hechos malvados, ya no somos vuestro pueblo, sino la voz de una parte que se exilia de la política para plantaros cara.
Malditos bastardos. No me veréis votar en vuestras estúpidas urnas de justificación. No seré uno de los que legitime esta farsa, no esperéis de mí más que mis gritos, mis escritos, mi rebelión política. Vuestro Estado ya no nos abochorna, porque sabemos que es vuestro, que nosotros somos vuestros súbditos, conocemos nuestra situación ante el mundo… La porquería siempre flota y la flor brota de nuevo. La verdad es el oxígeno del hombre, no podemos vivir sin ella aunque se llegue a negar por mucho tiempo; no hay alternativa, es imposible vivir contra natura; ni siquiera el hombre.
En España hay esperanza porque la historia ha dado la razón a Don Antonio García-Trevijano. Entre la funesta ceniza del rey y todos sus partidos estatales, cuando la crisis deja al desnudo la realidad de sus estrafalarias figuras, brota de nuevo la flor de lo digno y de lo cierto, lo valiente, lo posible, lo probable, lo que da sentido a la España que fue y esperanza a la España que será.