ROBERTO CENTENO
En el artículo anterior hablaba de “el nacionalismo catalán contra España”, pero es más exacto hablar de oligarquía. Un nacionalista catalán de a pie, de buena voluntad, o sea, la inmensa mayoría, no pinta nada, es una persona manipulada y utilizada –una versión moderna de los remensas del siglo XV– por una oligarquía de características mafiosas, pues se trata de un grupo profundamente endogámico, donde “la famiglia” es el centro de intereses y los lazos de sangre esenciales. Esta posee un amplio abanico de excelentes profesionales a su servicio, economistas, policías, jueces, catedráticos, artistas, etc., y controla las principales instituciones, desde la Generalitat a las universidades, las organizaciones profesionales o el FC Barcelona, que es su altavoz esencial.
Tiene infiltradas la Delegación de Hacienda y la Administración de Justicia y controla férreamente la prensa y la televisión en Cataluña, pero también, y gracias a la potencia publicitaria de La Caixa y sus participadas desde Telefónica a Repsol, el resto de medios nacionales. Como toda mafia, la oligarquía catalana es una organización implacable que no tolera la disidencia. A finales del siglo XIX y principios de XX consiguen de Madrid un mercado colonial propio que es España y, para ello, hacen aprobar enormes aranceles que impidan la competencia extranjera.
Pero esta oligarquía no se conforma con tener a España como colonia, donde vende más del doble que lo que compra, ni que el ahorro captado en otras regiones de España por los bancos catalanes vaya a financiar el 70% de las inversiones en Cataluña, ni siquiera con el control de los monopolios energéticos. Aprovechando la cobardía de Rajoy, han puesto todos sus medios a favor del independentismo, que como acaban de reconocer no es en absoluto su objetivo, sino sacar nuevas prebendas fiscales y de todo tipo.
Pero el tema se les ha ido de las manos. ERC, enemigo histórico de la oligarquía, –serían los que en 1936 tiraron a los abuelos de los actuales oligarcas por las ventanas o los metieron en los hornos de sus fábricas, y asesinaron a todos los curas, frailes y monjas de Cataluña– ha capitalizado a su favor el movimiento que estos insensatos han puesto en marcha envenenando con sus mentiras la conciencia de muchos catalanes, aun a sabiendas de que llevará a Cataluña a la ruina.
El asalto al sistema financiero
Dentro de los desastres de la Transición, la destrucción del sistema de cajas de ahorro, una institución con más de 160 años que constituía la columna vertebral del ahorro popular y de la financiación de los autónomos y las pequeñas y medianas empresas, fue el más grave después del modelo de Estado. Aunque fue este el que permitió situar al frente de las cajas a políticos ineptos y venales, que las utilizarían para su servicio y provecho –dicho en corto “robar a manos llenas”– con la impunidad que les garantizaba el control del poder judicial por la casta política. Lo que ha pasado no tiene nombre: se llevaron el dinero a carretadas, multiplicaron sus sueldos por diez o más y, en lugar de ir a la cárcel, han cobrado jubilaciones de escándalo. Esta es la España de la Transición.
El río de dinero fácil que siguió a la entrada en el euro, donde estos insensatos se endeudaban a corto (2-3 años) para prestar a largo (20-30), debido a la dejación criminal de sus responsabilidades por parte del Banco de España (Caruana y MAFO), hizo que la crisis financiera llevara a casi todas las cajas a la quiebra. Fue la hora de La Caixa y el Banco de Sabadell, los grandes bastiones de la oligarquía catalana. El 20 de abril de 2010 se produce un hecho crucial, la renovación de los órganos de gobierno de la Confederación de Cajas de Ahorro (CECA). Se daba por hecho que el nuevo presidente sería un hombre tradicional de las cajas, Amado Franco. Sorpresivamente, con el apoyo de Rodrigo Rato, que era presidente de Caja Madrid, es nombrado Isidro Fainé y desde ese momento empieza el reparto en serio de cajas y bancos con problemas.
En diciembre 2011, el Banco de Sabadell se hace con la CAM con el dinero de todos los españoles. El esquema de protección de activos (EPA) fue absolutamente escandaloso: 17.500 millones ampliables a 20.000. Pero el asunto es infinitamente peor. Otras entidades que habían intentado lo mismo con EPA muy inferiores habían sido rechazadas por el Banco de España. Si el dinero y las EPA entregadas a dedo y con total opacidad a La Caixa y el Sabadell hubieran sido entregadas a las propias entidades, estas se habrían salvado solitas. ¿Por qué no se les dio opción a otras entidades nacionales o extranjeras para que presentaran sus propias ofertas?
Así, Caja Murcia había intentado fusionarse con la CAM solicitando una ayuda de sólo 2.500 millones, ¡y los esbirros del Banco de España a las órdenes del poder le dicen que no! Entonces se integran en un proyecto de fusión Caja Astur, Caja Cantabria, Caja Badajoz y la CAM. En el último minuto, Manual Menéndez de Caja Astur –que era el líder del grupo– pide una EPA de 3.500 millones, y no sólo le dicen que no, es que además le echan del Banco de España con cajas destempladas. Menos de un año después, sin concurso alguno, se adjudica la CAM al banco Sabadell, cuyo primer accionista es el Sr. Lara, soporte mediático principal de Rajoy.
La siguiente gran operación, en enero 2012, auspiciada por La Vanguardia y El País, fue la absorción de Bankia por La Caixa, con ayudas que hacían empalidecer las de la CAM, aunque eso presentara problemas insolubles incluso con un Gobierno de cobardes a su servicio. La Caixa pretendía que la sede social se instalara en Barcelona, algo imposible de aceptar porque desmantelaba la primera institución de ahorro de la Comunidad de Madrid y Esperanza Aguirre puso pies en pared; y, más importante aún, la nueva entidad escaparía al control del Banco de España y pasaría a estar controlada por la Generalitat.
Como el inútil de Rato –que ha sido el primer director del FMI expulsado por inepto después de haberse puesto un sueldo de 10 millones de euros– había profundizado aún más la ruina de Bankia, esta recibe ayudas por 24.000 millones de euros. La Caixa se queda, de momento, sin su presa y como consolación se le da el Banco de Valencia ¡por un euro! Y con ayudas de 10.000 millones, a pesar de que el conde de Godó, primer accionista de La Caixa, estaba desarrollando a través de La Vanguardia una feroz campaña secesionista. La mafia catalana pasa a controlar todo el ahorro de la Comunidad Valenciana, cuya anexión es objetivo declarado de los separatistas.
Si las operaciones descritas hubieran sido realizadas por cualquier otro banco español, Santander o Popular, por ejemplo, habría sido una golfada y un presunto caso de malversación de caudales públicos. Pero es que La Caixa y el Sabadell no son “cualquier otro banco”, sino que han puesto los medios de comunicación que controlan al servicio de los enemigos de España. Han apoyado sin pestañear el que en Cataluña no se respete ni la ley, ni la Constitución ni el Estado de Derecho. Que se ignoren las sentencias del Constitucional y el Supremo que obligan la enseñanza del español. No movieron un dedo para evitar la persecución y la discriminación de todo lo español, y apoyaron la falsificación de la Historia y el “España nos roba”, cuando como profesionales de la banca y con potentes servicios de estudios sabían que era totalmente falso.
Ahora confiesan públicamente que no era la independencia lo que querían, sino prebendas y ventajas fiscales similares a las del País Vasco, algo que saben imposible, porque el País Vasco es el 6% del PIB de España y Cataluña es casi el 20%. Este sistema destruiría económicamente la nación española, por lo que sería mejor que se independizaran y se llevaran su deuda, sus productos y sus empresas, salieran del euro y se buscaran la vida por su cuenta, y que España buscara la formación de un Estado confederado con Portugal con 750 millones de personas hablando español o portugués y unos lazos profundos con decenas de países.
Rajoy regala 50.000 millones a la oligarquía y se hace con el 33%
La siguiente operación era la de Novacaixagalicia (NCG), que ya había recibido 9.000 millones de ayudas que jamás serán devueltas. España es el único país donde las ayudas a la reestructuración del sistema bancarias no han sido reembolsadas y han recaído sobre los ciudadanos. Ya van más de 50.000 millones perdidos y pueden llegar a 100.000, a pesar de las promesas de los que nos gobiernan que han jurado y perjurado que no costarían un euro a los contribuyentes.
En NCG todo estaba precocinado para regalársela a La Caixa con una EPA de 10.000 millones de euros adicionales a los 9.000. Un disparate ininteligible pero que tiene una explicación sencilla: era lo comprometido por Rajoy con Fainé. En junio del 2011, colocan a J. M. Castellano de la mano de José Blanco, Borja Prado e Isidro Fainé, que “convencen” a Elena Salgado el ordenar a MAFO que le acepte. Nada más ser destituida, es nombrada por Borja Prado consejera de Endesa Chile y por Fainé consejera de Abertis, saltándose a la torera las incompatibilidades. Esto ya no es un país, es Alí Babá y los cuarenta ladrones a gran escala.
Pero la operación se ha ido al garete por la oposición frontal de Feijóo. La oferta de Bandesco gracias a Merrill Lynch ha sido tan contundente que ni Rajoy ni Guindos han podido evitarlo, aunque lo han intentado hasta la náusea. Por primera vez, el Estado ingresa dinero, en vez de tener que poner decenas de miles de millones a costa de los contribuyentes. Y esto pone una cuestión crucial sobre la mesa. ¿Por qué todas la adjudicaciones anteriores se han hecho sin concurso, en condiciones de total opacidad, rechazando ofertas más ventajosas, y con un costo salvaje para los ciudadanos?
El sistema financiero valenciano, el canario, el navarro, y parte del andaluz, han desaparecido a favor de la oligarquía financiera catalana. En 1980 las entidades financieras catalanas representaban el 16% del sistema, hoy suponen el 33% y todo sin poner un duro, financiado con la miseria y la pobreza de los españoles, catalanes o no. Veamos lo que ha costado a los españoles. Dinero aportado por el robo legal del FROB, 25.000 millones totalmente irrecuperables –6.000 el Sabadell y 6.000 Caixa Bank y 9.000 Caixa Cataluña– a los que se suman 25.000 de las EPA. Total 50.000 millones. Y a pesar de ese río de nuestro dinero, su situación bordea la insolvencia, Caixa Cataluña ha sido nacionalizada y CaixaBank no lo ha sido porque Rajoy les ha permitido ocultar su volumen de activos tóxicos, que es su secreto mejor guardado.
Según Goldman Sachs, el montante de activos tóxicos en La Caixa, Bankia y Banco Base ascendía a 118.000 millones. No podemos saber con certeza cuánto de esto le corresponde a La Caixa, pero sí podemos estimar no sólo el montante de sus activos tóxicos, sino también las pérdidas latentes a base de compararlas con Bankia, que era de su mismo tamaño, y Caixa Cataluña, que era la mitad. Las pérdidas de Bankia derivadas de sus activos tóxicos han sido de 23.000 millones, las de Caixa Cataluña de 10.000, por lo tanto una cifra entre los 20 y los 23.000 millones sería la estimación más razonable de la pérdida latente de los activos tóxicos de La Caixa, que el Banco de España ha permitido ocultarlos en la matriz, La Caixa, ya que CaixaBank ha nacido sin activos inmobiliarios.
Ahora bien, de acuerdo con la Ley de Sociedades de Capital, (art. 363-E), las causas de disolución de una sociedad son “pérdidas que reduzcan el patrimonio neto a una cantidad inferior a la mitad del capital social”. Los fondos propios son 23.776 millones y el capital social 5.355 millones. Si restamos las pérdidas potenciales de los fondos propios, estos quedan reducidos a una cifra casi igual a los 2.677 millones, que es la mitad de su capital. Es decir, si se la hubieran aplicado los mismos criterios que a Bankia o Caixa Cataluña estaría también nacionalizada. Y en lugar de esto, Rajoy está negociando un “intercambio de cromos”, renuncia al soberanismo a cambio de Bankia, que va a ser privatizada. Si CaixaBank consiguiera su objetivo, la oligarquía catalana pasaría a controlar el 40% del sistema financiero, tanto como el Santander y el BBVA juntos, pero con nuestro dinero. La rendición de Rajoy ante la oligarquía catalana no hay por dónde cogerla.
Feliz Navidad a todos. Desearles un próspero año 2014 sería un sarcasmo. El 90% de los españoles perderá poder de compra, no se creará empleo, millones de familias estarán en la miseria y muchos en el hambre.