JOSE MARÍA ALONSO.
Ingresado sin fianza en una de las modernas cárceles españolas, cuyos libros de visitas cada día tienen más firmas de choros oligárquicos de diversos pelajes, el infame Bárcenas piensa en su próxima jugada. El órgano del Estado camuflado bajo la apariencia de partido político cuyas cuentas organizó durante cerca de veinte años y cuyo jefe preside el Gobierno de España dice que respeta la decisión del juez.
El Gobierno teme que Bárcenas tire de la manta y que se descubra lo que todo el país sospecha que hay bajo la manta: putrefacción, inmoralidad y deformación goyesca de los peores monstruos que España haya podido soñar. Lo único que puede sacar a Bárcenas de la cárcel es un indulto, puesto que se da por hecho que será declarado culpable, y todo el tiempo que ha pasado en libertad se sospecha que ha estado intentando negociar la manera de librarse del talego.
El Gobierno de la Nación, sumiso ante potencias extranjeras que le dictan las medidas que ha de tomar y acogotado por el enemigo en casa ve pronto su final. A la Jefatura del Estado no le crecen menos enanos tampoco, hasta sus miembros más impolutos son abucheados en público por sectores de la población que les eran leales. ¨Un tren en Hendaya, un barco en Cartagena¨, se murmura. El partido de la oposición cada vez más débil, con sus barones dimitiendo y su liderazgo cuestionado, infestado de escándalos y corrupción. Muchos dicen ya que acabará siendo menos que el PASOK griego…
Es evidente que el Régimen está tan enfermo y debilitado que no tardará en caer, es cuestión de tiempo y de deslegitimación por parte de los votantes. La ciudadanía ha de estar muy atenta y con la cabeza fría porque puede haber una importante oportunidad para conquistar finalmente la democracia, la de la separación de poderes y la legítima representación, usurpada por el Régimen de Partidos.
Es para ello muy importante mantener la postura abstencionaria, desoir los cantos de sirena regeneradores de IU y de UpyD -¿regeneradores de qué? cabe preguntarse, porque de la democracia seguro que no-. No votar en ningunas elecciones, ni autonómicas, ni europeas, ni legislativas. Dejar que el Régimen se cocine en su propia salsa aislado finalmente de la sociedad civil que le da la espalda, deslegitimado, arrinconado, apestado. España puede ser pionera en conseguir un periodo de LIBERTAD constituyente que traiga la democracia a Europa. Y que esa Libertad Constituyente se esparza como un reguero de pólvora por todas las partidocracias europeas. Está en nuestras manos, esas que rompen la papeleta electoral para no votar, para no substanciar el régimen.