Un sembrador salió a sembrar. Al esparcir la semilla, una parte cayó junto al camino; fue pisoteada, y los pájaros se la comieron. Otra parte cayó sobre las piedras y, cuando brotó, las plantas se secaron por falta de humedad. Otra parte cayó entre espinos que, al crecer junto con la semilla, la ahogaron. Pero otra parte cayó en buen terreno; así que brotó y produjo una cosecha del ciento por uno

(Lucas 8:4-8) Ya somos miles los integrantes y simpatizantes del MCRC, que guiados por una insaciable sed de Libertad, Verdad y Lealtad percibimos, analizamos y comprendemos la terrible realidad política de España, siguiendo el incansable, audaz y valiente ejemplo y magisterio de Antonio García-Trevijano. Un español universal que se jugó la vida, hacienda y prestigio, en pos de la libertad política de su pueblo

Sus impagables semillas de Razón, Ilustración y Verdad han terminado por germinar en la tierra de unas nuevas generaciones de españoles, que ya no pueden ser engañadas

Semillas que arrasarán todo el oprobio, difamación y mentira, que unos irresponsables “periodistas” al servicio de las corruptas y corruptoras oligarquías que tienen secuestrada la soberanía de los españoles, han vertido contra todos aquellos que algún día levantaron su voz en defensa de la dignidad y la decencia en la vida pública española

Una Verdad, la de D. Antonio, que es palmaria por su trabazón con la Realidad y la Razón. Una Verdad que ya no podrá ser “asesinada” por difamaciones y embustes, que ya no podrá ser mancillada por ninguna “política” de estómago satisfecho o de zafia propaganda

La destrucción y depredación a la que ha sido sometida España por parte de los partidos políticos y demás tentáculos de este Régimen, ha sido de tal intensidad y crueldad, que ya nada podrá ser ocultado. Ya no hay vuelta atrás, ya no se pueden seguir poniendo vendas en las heridas por las que se desangra España

La realidad es tozuda, y de la misma forma que operó y sigue operando en el maravilloso despertar de las conciencias de muchas personas, esa realidad, tan brillantemente analizada en las obras de D. Antonio, será la implacable vanguardia que aplaste las últimas resistencias de todo lo que nos ha traído a este estado de postración como pueblo y como nación. Con Fe y con Razón, llegará el momento de disfrutar de la Libertad política colectiva y de la Justicia, del todo irrenunciables para un pueblo que quiere ser digno de sí mismo.

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