PACO BONO.
Hablan de los desahucios, del derecho a la vivienda… Todos los días se celebran debates televisivos en los que intervienen demagogos y oportunistas defendiendo consignas reaccionarias y alentando la reacción social equivocada. Sin embargo, ¿quiénes son los responsables de la supervisión del sistema financiero español? Los partidos del Estado repartido. ¿Quiénes controlaban los consejos de dirección de las cajas de ahorro? Los partidos del Estado repartido. ¿Quiénes regulan el suelo y especulan con su calificación? Los partidos del Estado repartido. Los medios hegemónicos, aparato de propaganda del régimen, se refieren a “los mercados” (cuando en verdad sólo hay un mercado) y a “los especuladores” como los culpables de la crisis posterior a la explosión de la burbuja inmobiliaria. De esta forma, el régimen inventa un enemigo que por indefinido asegura la impunidad.
¡España no ha disfrutado jamás de un mercado inmobiliario como tal!, ¡sino más bien de un mercadeo al servicio del pelotazo!, ¡promovido por los auténticos artífices de la especulación!, ¡los políticos subvencionados! Me gustaría saber cuántos maletines habrán pasado de unas manos a otras en los años previos a la crisis… Ya que para la trama del suelo los sobres se les debían quedar pequeños. ¿Esto quién lo investiga?, ¿el fiscal general del Estado nombrado a dedo por los propios partidos? Permítanme unas carcajadas, tres a lo sumo, jajaja.
Quienes afirman “que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades”, como si el Estado en sí fuera una familia, mienten. La mayoría de la gente, en realidad, ha llevado un nivel de vida acorde con sus posibilidades en cada momento, mucha gente cayó en la trampa porque el régimen se ocupó de que así fuera. ¿Acaso hemos perdido la memoria? ¡Si el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero anunciaba el pleno empleo pocos meses antes del comienzo de la crisis! ¿Cómo pretendían que la gente se preparara para un golpe tan duro si el propio gobierno lo negaba incluso cuando sentía ya la presión del puñetazo en las narices? No sean canallas y no condenen a la gente porque quiera disfrutar de una mejor calidad de vida, cuando ustedes además se la prometen. No pueden responsabilizar a la nación por su credulidad, porque ustedes mismos gritaban a los cuatro vientos que España era un ejemplo, ¡el país con mayor crecimiento de Europa! Debieron decir la verdad de lo que se avecinaba. Pero, ¿cómo iban a hacerlo si estaba en juego su jugoso negocio estatal y el de sus socios?
Hoy padecemos una época dramática, no sólo por la amenaza de la quiebra del Estado nacido en la Transición (y de la traición a todo ideal o principio), sino por la miseria moral y económica de una sociedad engañada y sierva que se acaba de despertar del sueño ideal de la España del euro, ese espejismo iniciado por José María Aznar, que fue consecuencia a su vez de la corrupción y los indicios de terrorismo de Estado por parte de los anteriores gobiernos de Felipe González. La crisis es el resultado de una trama corrupta sin precedentes en España, trama engendrada dentro de un sistema político que avanza a golpe de incompetencia. Ni hay separación de poderes, ni hay representación, por lo que no hay democracia. La patria es un solar y la nación ha de hacer frente a una tremenda hipoteca, su ruina. Yo acuso al Rey, al Estado de partidos, de sindicatos, de patronal y demás colectivos subvencionados. Ustedes provocaron la crisis que ahora pagamos nosotros, y pretenden salvarla a nuestra costa, rescatarse a sí mismos para seguir viviendo del cuento mientras los españoles nadamos en la mierda, literalmente.