ROBERTO CENTENO.
¿Cómo se ha podido llegar hasta aquí?, ¿cómo ha podido perpetuarse esta saga, la más larga de la Historia de España, de mentirosos, irresponsables y/o traidores? La iniciaría Suárez, un mediocre cortoplacista sin el menor sentido del Estado, que sentaría las bases de la desintegración y el desastre con el “café para todos” primero, y restaurando después un fuero fiscal medieval al que se oponía Paco Fernández Ordóñez, que deseaba una Hacienda única para todos los españoles, porque los cabezas de fila de UCD -Marcelino Oreja y Sahagún, en Guipúzcoa y Vizcaya- le presionaron con la increíble tesis de que, si no lo hacía, ellos perderían las elecciones, instaurando así un expolio inaceptable que hace que el País Vasco pague hoy a la hacienda española 8.000 millones de euros anuales menos de lo que le correspondería en el régimen común, incluyendo los IVAs de productos vascos (70%) vendidos fuera de la región pero que se ingresan en las diputaciones vascas y de los que se apropian en casi su totalidad.
Saga continuada y ampliada por González, que en 1984 en lugar de formar una coalición de gobierno de izquierdas con el PSUC, ERC y PSA (52,8% de los votos) prefirió ceder el poder a Pujol y Familia S.L. (27,8 % de los votos), un conjunto intrigante, desleal y sin escrúpulos que iniciaría la senda de la secesión con el “España nos roba”, cuando eran ellos, los nacionalistas, quienes robaban a los catalanes a manos llenas con mordidas del 3, del 10 y del 15 %. Luego Aznar que, en vez de dar marcha atrás, cometería el error histórico de transferir la Justicia, la Sanidad y la Educación, cuando la Educación es lo primero que hay que rescatar si se quiere consolidar la unidad de España. No es de extrañar que después, como en Cataluña donde desde niños se lava el cerebro de los ciudadanos diciendo “somos una nación”, algo que jamás han sido, y “España nos roba”, el tema se les vaya de las manos.
Luego Zapatero -el indigente mental que negaba la realidad de España- junto a su mano derecha, Rubalcaba, pasaría de las cesiones irracionales a la alta traición, rindiendo España a una banda de asesinos completamente derrotada, a la que entregaría el Gobierno de Guipúzcoa y abriría el Parlamento de la nación que quieren destruir; y alentando y aprobando un Estatut abiertamente inconstitucional que convierte a España en una colonia política y económica de Cataluña. Y ahora Rajoy, un cobarde patológico a quien como acertadamente denunciaba el Financial Times, no le importa España sino solamente “lo suyo”, y que continúa y amplía la traición de Zapatero incumpliendo todas sus promesas y llevando al país a la ruina por su desastrosa incompetencia.