ANDRÉS GONZÁLEZ.
Ayer, con la Bolsa cerrada, se anunció la salida de Bankia del Ibex desde 2013. Hoy, sus accionistas asisten a su destino con un rictus probablemente similar al que borrara la sonrisa de los accionistas de Banesto 20 años atrás, otro día en que se recordaba, como hoy, la masacre de los Santos Inocentes.
Otro 28 de Diciembre se hace necesario explicar que acumular deuda más allá de lo aceptable no es síntoma de inteligencia, sino de temeridad. Es una bomba, cuya onda expansiva, además, afecta no solo a quien asume los riesgos del comportamiento osado, sino también a quien solo pasaba por allí.
En el video Intervención de Banesto pueden ver a los portavoces del gobierno de 1993 (Rubalcaba y Griñán) dar explicaciones que resonarán en sus oídos con encanecido acento. Imposible, visto lo visto, seguir creyendo en alguna forma de concepción ilustrada de la historia, seguir confiando en el progreso, y no exasperarse ante la constatación de que el dinosaurio (¡hace ya veinte años!) estaba allí.
http://youtu.be/BaK2JXq_Dwo
La historia es ya añeja: poco antes de aquel fatídico día de los Inocentes de hace dos décadas (¡que veinte años no es nada!) Mario Conde, por aquel entonces un habitual de la corte, había sido elegido personaje del año y doctor honoris causa. No cabe duda: el Engominado fue un Lance Amstrong de las finanzas. Otro más, pues en banca el truco suele ser, precisamente, que no hay truco, sino estafa.
Con Bankia la historia no es muy distinta. Si acaso, cuenta con el agravante de que el volumen en juego es unas diez veces mayor y, sobre todo, que aquellos negocios oscuros se beneficiaron de que quien los ejecutó era parte del sistema y lo hacía desde puestos partidistas y con la alfombra roja tendida por la dirección política del Banco de España, la Comisión Nacional del Mercado de Valores, el Partido Socialista Obrero Español y el Partido Popular, que contaron por su parte con la untuosa complicidad de la patronal, Izquierda Unida y los sindicatos. No es extraño, por tanto, que todavía ayer el PP rechazara pedir en la Asamblea de Madrid responsabilidades penales a los gestores de Caja Madrid -ante lo cual la abstención de IU fue también una escena de esperable lavado de manos.
Existe un hilo común entre las dos efemérides de la masacre de los Santos Inocentes, la que nos despertó con la estruendosa intervención de Banesto y la que ha amanecido con la expulsión de Bankia del paraíso financiero patrio IBEX: crecimiento irracional del crédito, ambición, connivencias políticas, estrellato, caballeros blancos fallidos y -en la caída- venta de acciones con créditos a empleados y clientes y/o promesas de rentabilidades anuales aseguradas del 7%, todo ello aderezado con una impúdica y pretendidamente impune presión a la red comercial para colocar el papel de cualquier manera.
Sofico, Banesto, Bankia: la historia se repite y los que venden amor sin espinas compran a empleados, clientes, despistados y víctimas del timo de la estampita por menos de nada.
La ignorancia financiera en España es notable y hasta se llega a exhibir con orgullo. Un rebaño inocente es más manejable, y quizá por eso la asignatura de Economía perderá peso en el bachillerato y será una opción disponible solo en algunos centros.
El español que “invierte” toda su riqueza en ladrillo (¡cuánta riqueza emparedada!) o que se deja “asesorar” por el director de su Caja de ahorros es carne de cañón para el cacique. ¿Seguiremos siendo inocentes? Espero que no, y espero además que no solo no sean inocentes los inversores, sino que tampoco se les declare tal a los Bankeros y sus cómplices -como no se declaró inocente tampoco a aquellos que en su día, 20 años atrás, tuvieron menos Fortuna.
Cotización de Bankia vs Dow Jones (Fuente: Yahoo.com/finance )