El 6 de julio de 1947, Franco, realizó un llamado <<referéndum>> que no lo era, sino un plebiscito, para votar y ratificar la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado.
Por un lado, se criminalizaba la abstención desde el Estado, apelando al voto como deber y jamás como un derecho; de esta forma, los partidarios de la participación, aquellos llamados a votar, criticaban con dureza la abstención a esas urnas.
Los resultados fueron con un 89% de participación donde el voto era obligatorio. Esta obligatoriedad era asumida por todos los españoles, aquellos que se abstuvieron, además de ser chantajeados a través de la propaganda estatal, eran minoría.
El régimen franquista, para legitimarse propuso un plebiscito para dotarse del apoyo legítimo de los votantes, la opción que se proponía como validante desde el Estado era el <<Sí>>.
Hoy en Grecia, sin haber Democracia, como en España, se llama a las urnas a ratificar una decisión que, desde el Estado, se propone con un <<no>> como respuesta. Se busca legitimar una decisión donde el voto, también, es obligatorio. Recordemos que el partido gobernante de Grecia lo es con un 37% de los votos.
Los partidarios del <<no>> son llamados a votar desde un Estado que impone la obligatoriedad del voto menospreciando a la opción que no sostiene el partido gobernante, el <<sí>>.
En ambos casos, español y griego, partimos de la misma base, no hay Democracia, de la misma estructura de manipulación, estatal y de la misma obligatoriedad del voto.
Ni en Grecia hay Democracia ni en España ha existido jamás, y todo el que vota ha sido llamado a la misma farsa, legitimar una mentira para que la Dictadura de Franco, la Oligarquía de partidos español y griega, sigan perpetuándose.