ROBERTO CENTENO.
Mientras los ingresos fiscales se hunden por enésima vez consecutiva, como consecuencia de que la actividad económica -el PIB de España- es en realidad un 21% inferior al que refleja la cifra oficial (830.000 millones y no 1,05 billones) que llevan manipulando desde 2008; mientras, además, se baten todos los récords de déficit justo por lo mismo, el PIB estimado por sus componentes se ha desplomado el 5% interanual a abril, frente a la cifra grotesca dada por estos tramposos; mientras la renta de las familias se desploma en otro 4,2%, resulta absolutamente escandaloso el espectáculo de unos barones disputándose como alimañas un dinero que España no tiene, escenificando sin tapujo alguno la fragmentación política y económica de una nación que Rajoy es ya incapaz de controlar. Estamos en manos de truhanes, es decir, de sinvergüenzas (como quería Unamuno designar a los que carecen de ella) que viven del engaño y del expolio.
Pero es que además Rajoy, el nuevo Judas de la política española, digno sucesor de Fernando VII, ha traicionado a sus votantes, ha traicionado a su partido, ha traicionado a los medios afines ayudando a Prisa a refinanciar su deuda de más de 3.000 millones, y ahora traiciona a sus barones y traiciona a España pactando con los separatistas la entrega de más de 10.000 millones, a la vez que inician el montaje de un Ejército propio -supongo que de mercenarios, ya que los de ERC y los de CiU lo de quemar banderas españolas impunemente sí, pero lo de subirse a los tanques, como que no- con el dinero que les da Rajoy. Y su última traición: pactar con Bruselas ampliar el límite de déficit en 20.000 millones para mantener el despilfarro político, a cambio de subir el IVA, impuestos verdes, recortar en sanidad y farmacia y, sobre todo, reducir drásticamente las pensiones. Rajoy, aparte de un cobarde patológico, es un auténtico sociópata.
Sin embargo, la gente no entiende la gravedad de las traiciones de este nuevo Judas, y muchos creen que se lo han impuesto, aunque lo ha pactado libremente. Sin embargo, muy pronto las van a sentir cuando destrocen sus vidas y les empujen hacia la miseria. Tampoco comprende el pueblo la gravedad de que el partido gobernante adopte el principio de la pluralidad oligárquica para repartirse el dinero de la nación. El Gobierno se ha convertido en una mezcla entre la cueva de Alí Babá, donde prosperan desigualmente los jefes de la banda (barones y baronesas) y la ley de la mafia, donde el botín se reparte en función del poder de cada cabecilla. ¿Qué pueden esperar los españoles de este grupo de malhechores legales, más peligroso que los bandidos desalmados, ya que nada les importa? Ni la patria, ni la nación, ni la Justicia, ni siquiera su propio honor y menos que nada, el bienestar de los ciudadanos.
Hemos entrado en un estado de descomposición que no habían conocido hasta ahora los Estados surgidos en el Renacimiento. Se conocen perfectamente las causas que llevaron a la desintegración a los imperios antiguos, de los califatos en reinos de taifas, de los imperios monárquicos en Estados nacionales, pero lo que no se conocía era la desintegración de un Estado nacional en regiones sin Estado, una dislocación no sólo de la realidad histórica, sino del mismísimo concepto de nación que estos truhanes que nos gobiernan, tan faltos de moral como de conocimientos, están fraguando delante de unos gobernados atónitos. Ello nos está llevando a la miseria y al caos, hasta llegar a la aniquilación definitiva de España. Este es el paisaje donde el tancredismo del rey Juan Carlos arbitra y modera.
Factor de sostenibilidad para pensionistas, no para los mafiosos
La cuantificación de la traición de Judas Rajoy a los pensionistas actuales y, sobre todo, futuros, la están realizando Fátima Báñez y un ‘comité de sabios’ que, ingenuamente o no, están poniendo sus conocimientos y su prestigio al servicio del mal, ya que su análisis servirá de coartada para llevar a la miseria a millones. Estas personas han llegado a la conclusión de que para mantener unas pensiones, aunque sean de hambre, hay que introducir un “factor de sostenibilidad”: gastar sólo lo que se ingrese. ¿Que se ingresa un 10% menos? Se bajan las pensiones un 10 %. ¿Que la relación entre activos y pasivos sigue bajando, o sube la esperanza de vida? Se bajan las pensiones lo que sea menester. Porque según esta teoría, el Estado no puede endeudarse para la Seguridad Social, pero para la chusma separatista puede no sólo endeudarse, sino vaciarse, y para la casta política la caja del Estado se convierte en su fuente de riqueza privada.
Yo no sé al final la recomendación del ‘comité de sabios’, cuyo buen juicio me consta en algunos casos, pero desde aquí me atrevo a hacerles dos reflexiones. La primera, que no pueden ignorar que las cotizaciones sociales hoy insuficientes, pero pagadas con creces por aquellos a quienes ahora se va a negar el pan y la sal, les fueron robadas por los Gobiernos socialistas entre 1984 y 1996 cuando no existían cajas separadas, y utilizadas en financiar el AVE a Sevilla, los fastos del 92 y todo el gasto corriente que les dio la gana. La cifra publicada fue que 250.000 millones -traducidos a euros- de cotizaciones sociales fueron utilizados para financiar gasto e inversión del Estado. Sea esta u otra diferente, simplemente no pueden ignorarla: el Estado debe devolver a los pensionistas la cantidad robada.
La segunda, si prevalece el factor de sostenibilidad o cualquier otro similar, tienen la obligación grave, profesional y moral de exigir que este factor sea aplicado por igual y simultáneamente a la totalidad del gasto público. Y si el Gobierno se niega a ello, que por supuesto lo hará, rehusar firmar la propuesta explicando por qué. No sé si lo harán o no, pero si no lo hacen no duden que pasarán a la historia como doce hombres y mujeres sin piedad para satisfacer a un Gobierno de desalmados, irresponsables y corruptos, cuyo desmoronamiento final está cantado. Sería una cobardía incalificable y se convertirían en colaboradores necesarios de una monstruosa felonía contra quienes no pueden defenderse.
Y esto, señoras y señores pensionistas actuales y futuros, no es para 2025, es para ya mismo. Los pensionistas actuales perderán de media un 20% en no mucho tiempo, y los millones que se jubilarán a partir de ahora cobrarán la mitad o menos de lo que pensaban, y todo para que a Judas Rajoy le permitan en Bruselas despilfarrar 20.000 millones de euros más este año para financiar a las oligarquías política y financiera. Porque ¿qué pasa con la mafia política y sus dos millones de enchufados? ¿Qué pasa con los miles de empresas públicas, las decenas de miles de coches oficiales, las más de 200 embajadas? ¿Qué pasa con los bancos inviables, que se llevan nuestro dinero a carretadas? ¿A estos truhanes, malhechores y corruptos no se les aplicará también el factor de sostenibilidad? Pues no, como le dijo Judas Rajoy a Rosa Díez: “Eso ni se plantea”. Para ellos, Judas Rajoy y sus secuaces endeudan a España en 5.000 millones de euros cada semana.
El desastre presupuestario
El vuelco dado por las cuentas públicas desde 2008 en adelante no tiene precedentes ni a nivel internacional ni en nuestra propia historia: en cinco años la recaudación ha caído en un 30%, pero la tendencia al alza del gasto de las Administraciones Públicas, fundamentalmente comunidades autónomas y ayuntamientos, no ha cesado y se ha incrementado en un 10% (un 13% los gastos de personal), y para financiar esta orgía de despilfarro público, ZP y Rajoy han multiplicado la deuda 2,3 veces, de forma que los intereses superan ya de largo a los gastos de personal: es algo que no está en los anales de ninguna Hacienda Pública, estamos haciendo historia.
Lo primero que deben tener muy claro si quieren entender este desastre y lo que nos espera en el futuro es que se trata de un hecho estructural, el más estructural de todos: la riqueza nacional no es la que nos dicen que es, sino mucho menos, y ese es el factor principal que explica el hundimiento de las bases imponibles. Luego hay otros factores: los ricos no pagan, el fraude es muy alto y varios más, pero que no son una novedad, sino endémicos en el sistema fiscal español. “Hay que rediseñar el sistema fiscal”, dicen estos cretinos que nos gobiernan con la esperanza de seguir chupando del bote. ¡Que no, que ese no es el problema, el problema es que no hay, porque la riqueza que produce la nación no es la que se supone que es! Han venido sobrevalorando el PIB desde 2008 y Rajoy, en vez de ponerlo al descubierto, no sólo lo ha aceptado como válido, sino que sigue haciendo lo mismo.
Si el PIB es de 830.000 millones, como es, en lugar de 1,05 billones, ¿de dónde narices van a sacar una recaudación por mucho que nos suban los impuestos o se inventen 80 nuevas figuras tributarias como en las comunidades autónomas si las bases imponibles son las correspondientes a un PIB un 21% más reducido? Es como si a un enfermo de anemia trataran de curarlo con sangrías cada vez mayores. Esto no tiene solución, la respuesta de estos descerebrados que no saben lo que tienen entre manos es subir más los impuestos -más sangrías- lo que sólo hunde más deprisa la actividad económica y aporta menos ingresos. Luego sale Montoro y montones de seudoanalistas y nos cuentan sin saber lo que dicen, que lo que pasa es que la presión fiscal en España es muy baja.
Hay que ser un mentiroso compulsivo para afirmar o un ignorante cum laude para creerse que partiendo de una presión fiscal del 41,3% en 2007, y habiéndose realizado las mayores subidas de impuestos de la historia de España, en 2012 la presión fiscal ha bajado al 35,1% ¿Pero cómo puede nadie en su sano juicio afirmar tamaña sandez? Según los datos de la OCDE, la presión fiscal soportada por la familia media española con dos hijos es la más alta de largo de los 30 países que forman esta organización a día de hoy. Después de las brutales subidas de estos irresponsables tenemos los tipos impositivos marginales más altos -si añadimos Patrimonio- no sólo de Europa, sino de toda la OCDE, y resulta que la presión fiscal es baja. Cambien ustedes el PIB por su valor real y la presión fiscal es España es del 44,3%, esa es la cifra; pero como además los ricos no pagan, el resultado es que esta en España es la más alta del mundo desarrollado sobre los que cobran una nómina y, además, con gran diferencia.
¿Y cuál es la solución a esta espiral hacia el desastre? Aplicar el factor de sostenibilidad que les van a imponer a los pensionistas bajando el gasto de las Administraciones Públicas un 40% para gastar lo mismo que se ingresa, porque de donde no hay no se puede sacar. Entrando en los datos concretos, las cifras de realización de ingresos incluida la participación de las comunidades autónomas y Administraciones locales, a pesar de las subidas hasta los niveles más altos del mundo, el IRPF ha caído un 5,3%, sociedades un 36,9% y el IVA un 4,4%, un auténtico desastre que se verá superado por las nuevas subidas de impuestos, ya que nos encontramos en la parte descendente de la curva de Laffer con una pendiente negativa creciente, con lo que el desastre que ocasionará la nueva presión fiscal añadida será multiplicadamente mayor.
Y si la realización presupuestaria del Estado está siendo un desastre, calculen ustedes las de las CCAA y ayuntamientos, que siguen gastando a chorro libre y han perdido un 6,9% de ingresos por impuestos que el Estado ha tenido que compensar entregándoles 2.000 millones de más para falsear su déficit. La parte de impuestos del Estado ha caído un 12,2% en abril, y a las CCAA les han dado de más, de forma que ¡sus ingresos por impuestos han crecido un 1,7%! De todas maneras, señores de Eurostat, señores del BCE, lo primero antes de seguir dando un euro a estos mafiosos es que calculen de una santa vez el PIB real de este desgraciado país, porque todo se ha instalado sobre una gigantesca mentira. Con un PIB de 830.000 millones que no se puede recaudar, ni podemos endeudarnos en 5.000 millones a la semana ni podremos devolver jamás nuestra gigantesca deuda, en la que si dividimos los pasivos en circulación (deuda total a devolver) por el PIB real estamos en el 144%.