JOSE MARÍA ALONSO.
Gracias al esfuerzo germano con el apoyo polaco se han mejorado las relaciones de la Unión Europea con Rusia, esta vez sin Francia, cuyo Presidente Hollande acaba de visitar de manera oficial Polonia acompañado de treinta importantes empresarios con la intención de reforzar unas relaciones que, si bien tienen una fuerte raíz histórica, han devenido en una dejadez por parte de ambos estados constatable por el hecho de que el porcentaje de inversión extranjera total correspondiente a Francia es hoy de un 6% mientras que la inversión alemana está por encima del 20%, y que un 25 % de las exportaciones de Polonia corresponden a Alemania, lo que representa un 10% del P.I.B. polaco.
No obstante la luna de miel germano-polaca no es tan dulce como parece, veamos por qué: Existe una figura importante y muy criticada en Polonia, el ministro de exteriores Radosław Sikorski, un impetuoso gobernante con un caracter tan fuerte como ambicioso. Como se menciona más arriba, Sikorski ha formado un tándem con su homólogo alemán que ha funcionado muy bien en la proyección europea hacia Rusia. El Sr. Sikorski llegó a declarar que temía más a una Alemania inactiva que a una Alemania poderosa, lo que levantó ampollas en Varsovia. En momentos críticos para la UE se adhirió al lema ¨más Europa¨ , por lo que fue también muy criticado en los ambientes domésticos donde domina el euroescepticismo, máxime cuando expresó el apoyo de su país al liderazgo de Alemania en la UE con palabras inequívocas: “Nadie más puede hacerlo… Os habéis convertido en la nación indispensable de Europa”. Dijo además que Estados Unidos, Reino Unido y Francia eran “amigos y aliados”, pero solo nombró Alemania como “amiga y aliada… por encima de todos los demás”.
Semejantes declaraciones no son frecuentes en la política internacional, donde la retórica deja más espacio a la interpretación subjetiva que al significado semántico objetivo, para poder jugar con más opciones o dejar la puerta abierta a diferentes alianzas. Siempre se ha dicho que Polonia es el caballo de Troya de EE.UU. en Europa (véase por ejemplo la instalación del escudo antimisiles en suelo polaco) y aunque se ha derramado sangre polaca en Irak y Afganistán, los ciudadanos polacos siguen necesitando visa para viajar a los Estados Unidos, lo que es especialmente doloroso. Por poner un ejemplo, sólamente en Chicago residen más de dos millones de polacos.
Volviendo a las palabras del Ministro Sikorski, una vez dicho lo de Alemania ¨amiga y aliada…por encima de todos los demás¨, puso como colofón a modo de condicionante: ¨…siempre que nos incluyáis a la hora de tomar decisiones¨. Sin embargo, es evidente que Alemania no pudo vencer la resistencia de Francia ante las aspiraciones polacas de participar en la toma de decisiones de la eurozona, y el entusiasmo de Sikorski disminuyó. “No seréis un poder hegemónico benigno en Europa y no deberíais ni intentarlo”, dijo unos meses más tarde a sus anfitriones alemanes en la Conferencia de Seguridad de Munich. Desde entonces, Varsovia ha hecho nuevos intentos de ganarse el favor de Francia (con la visita de Sikorski a París en Marzo y el recibimiento del Presidente Hollande en Noviembre de 2012).
A pesar de todo, y recién despojada Francia de su rating AAA, Varsovia no puede por mucho que se esfuerce sustituir a París en su relación con Berlín ni Berlín tiene la intención de abandonar a París en favor de Varsovia, así que habrá que ver cuán fuerte es la relación Varsovia-Berlín y si obedece a una solidificación estructural en política exterior de ambos países o es sólo fruto del buen entendimiento entre dos personalidades que ocupan sus respectivas carteras de exteriores.
Sin embargo, hay motivos para suponer que la buena relación será duradera: Polonia ha apostado definitivamente por Europa y necesita a Europa para salir adelante económica y estratégicamente. En teoría, Polonia puede vivir dentro de una Europa fuerte siempre y cuando el Euro no fracase, pero no al lado de una Alemania fuerte si el Euro y el proyecto europeo se van al traste. Polonia tiene además fuertes presiones populistas euroescépticas y ultranacionalistas. Por consiguiente, Varsovia necesita a toda costa una Europa próspera con una Alemania que trabaje dentro de ella y no vaya por su cuenta por el mundo.
Por su parte, Alemania necesita un socio fuerte en Europa y Francia se está quedando atrás. No está avanzando lo suficiente en las reformas estructurales de la economía, mientras que Polonia sigue sin entrar en recesión e ideológicamente está más en la línea de la filosofía económica liberal de Alemania. Pero Alemania quedó aislada cuando intentó dominar las instituciones europeas e imponer sus propias preferencias en lo económico dentro de la eurozona, y sabe que no debe hacerlo sin ayuda. Las ideas institucionales alemanas sobre “más Europa¨ solían ser escuchadas con optimismo cuando iban acompañadas por Francia. Solas, son rechazadas, y Polonia ha sustituido ya en gran parte a Francia como socio de Alemania en este sentido.
No obstante Polonia sigue fuera del proceso de unión fiscal y se resiste a incorporarse al Euro, aunque parece que se barajan fechas de alrededor de 2016 para la incorporación definitiva a la moneda única, siempre que ésta siga existiendo, por supuesto. Hasta ese momento, Polonia seguirá sin pertenecer a la UE de los 17, y Francia, si sigue distanciándose del tándem Alemania-Polonia se quedaría al margen del núcleo dirigente, previsto ya por el prestigioso analista Zbigniew Brzeziński en su obra ¨El gran tablero de ajedrez¨ (The Grand Chessboard) , en el que se contempla la nueva y amplia posición estratégica de Polonia en una Europa futura, dentro de una supuesta alianza con Alemania, Francia y Ucrania.