ROBERTO CENTENO
Me dice un viejo amigo venezolano exdirectivo de PEDEVESA que lo ocurrido el domingo en Madrid le recordaba a Venezuela antes de la toma del poder por Chávez. “En España oigo mucho eso de que ‘aquí no puede pasar’, pero eso es exactamente lo mismo que decíamos nosotros”. Los resultados del 24-M, con el acceso al poder de una ultraizquierda apátrida, con programas demenciales en lo económico y separatistas en lo político que prevén subidas brutales de impuestos (vivienda –un 50% de incremento del IBI a las vacías– y patrimonio particularmente) y la ruptura de España o “derecho a la autodeterminación” de quien lo desee, acelerarán el hundimiento económico, político y social iniciado por Zapatero y llevado a un nivel irreversible por Rajoy. Pero el tema puede pasar además al plano del enfrentamiento civil.
El domingo por la noche, militantes de Podemos, algunos con gorras milicianas de CNT/FAI que por el Paseo del Prado pidiendo venganza –uno con una soga en forma de horca que se cruzó ante mi coche, levantó la soga y me dijo “os vamos a colgar a todos”– recordaban febrero del 36. Harían bien los dirigentes de Podemos si frenaran en seco a sus sectores más radicales como está haciendo Tsipras en Grecia, empezando por la señora Carmena, que propone la vuelta a su “memoria histórica”, o sea, al guerracivilismo, incrementar el empleo público sin tocar los dos millones de enchufados actuales o liberar al 94% de los presos. ¿Imaginan a asesinos, violadores y atracadores de nuevo en la calle? ¿Y esto lo propone una jueza? En el mundo civilizado la encerrarían en un psiquiátrico. Solo le falta apoyar los “grupos de autodefensa contra la violencia empresarial”.
A nivel económico, la deriva suicida de Pedro Sánchez, un irresponsable patológico a quien Susana Díaz ha reprochado duramente sus prisas por apoyar a Carmena cuando a ella la han rechazado en Andalucía, ha frenado en seco la inversión extranjera. Las opiniones de las agencias de rating y de los bancos de inversión son devastadoras. Para Merrill Lynch Bank of America, “con los mercados crecientemente preocupados por Grecia, estos resultados van a tener efectos mucho más negativos que los que pensábamos”. Para el influyente Financial Times, lo ocurrido es “la victoria de la fragmentación, la confusión y la incertidumbre” y todas la agencias de rating advierten a los inversores del riesgo que supone la izquierda radical en las dos mayores capitales del país y les aconseja “esperar y ver”. Solo en marzo, los inversores extranjeros retiraron 19.400 millones.
Dicho sea esto, lo ocurrido el 24-M tiene un culpable inequívoco: Mariano Rajoy Brey. Este insensato, vago e incompetente hasta la náusea, que recibió un poder casi absoluto en 2011 con el que podía haber regenerado España, hizo justo lo contrario. Arruinó a las generaciones futuras con el mayor incremento de deuda de la historia, la mitad de la cual estaba destinada a tapar los agujeros de los oligarcas del Ibex, elevó los impuestos sobre las familias y las pymes al mayor nivel de la OCDE para financiar el nepotismo y la corrupción mayores de Europa. Rajoy se tiene que ir: nunca nadie dilapidó tanto poder en tan poco tiempo. Es un desastre sin paliativos. Y el insensato de Pedro Sánchez, que va a apoyar los gobiernos de separatistas y ultraizquierdistas de todo pelaje, acabará con el PSOE y con España. Y el PP, con su caos interno, está finiquitado, como UCD. La derecha tendrá que refundarse.
España necesita 21.300 millones/mes para no quebrar
Y es que la situación económica de España, a pesar de las mentiras de Rajoy, es de ruina pura y dura. Este año tendremos que hacer frente al mayor pago de deuda de la historia, y solo la prima de riesgo baja y el QE del BCE, que mantiene artificialmente abierto el mercado de bonos, evita la quiebra. Pero, si España recibiera hoy el mismo tratamiento que Grecia, suspendería pagos en cuestión de meses. Que para obtener un incremento irrisorio del PIB en 2014 de 9.300 millones de euros hayan tenido que incrementar el endeudamiento PDE en 67.000 millones da una idea del inaudito disparate en el que estamos inmersos. Y con un sector exterior que cada vez resta más al PIB, con las exportaciones a la baja, -1% el 4T14 y -1,3% 1T15 en volumen a pesar de la caída del euro, e importaciones al alza, +7,2% 4T14 y +3,9% 1T15 a pesar del precio del petróleo, el gasto corriente y la inversión en ruinas como el AVE son el gran motor del crecimiento, justo lo que nos faltaba.
Grecia necesita 1.700 millones de euros este mes para no quebrar. No es claro que los consiga, y paradójicamente el triunfo de Podemos hace mucho más difícil el que lo haga. Como señala el WSJ, “Grecia debe llegar a un acuerdo con sus acreedores esta semana o la próxima, pero curiosamente el triunfo de su partido ‘hermano’ en España hace mucho más difícil el acuerdo. Una cesión a Grecia llevaría a España a pedir lo mismo, y si la Eurozona pudo haberse permitido ser generosa con Grecia, no se lo puede permitir con España, porque sencillamente no tiene capacidad para ello”. Y continúa: “La ironía es que en España el partido antiausteridad haya ganado fuerza a pesar de que el Gobierno sigue manteniendo unos déficits enormes”.
El déficit de las AA.PP. de España crecerá en 2015 y 2016 por encima del de 2014, el déficit primario (sin contar los intereses de la deuda) será este año del 2,5% –o el 4% si sumamos el de la Seguridad Social–, que, con independencia de que se cubra con la caja de las pensiones, sigue siendo un déficit y que además va a peor, mientras que Grecia tendrá superávit primario del 1% del PIB. Para el WSJ, “los socios de la Eurozona se han acostumbrado a los enormes déficits oficiales de España, permitiéndole sobrepasar los generosos objetivos que le fijaban. La austeridad en España es una broma al lado de la que se obliga a Grecia”. “Los efectos de la crisis económica en España van a durar años”, concluye.
Sin el QE del BCE el Gobierno de España, lo mismo el griego, no tiene dinero para pagar. En 2015, entre refinanciación y deuda nueva, España necesita 21.300 millones al mes de media, aunque con puntas notables en julio y octubre, ¡12,5 veces más que Grecia cuando nuestro PIB es solo 5 veces mayor! Las autonomías tienen que devolver 35.900 millones –la suma de las deudas autonómica y municipal supera los 240.000, la mitad entregada a interés cero por el irresponsable de Rajoy en lugar de intervenirlas, que es lo que dijo que haría– que no pueden afrontar y será el Tesoro quien tendrá que asumir no menos de 8.000 millones de los vencimientos, y la banca y proveedores que los tendrán que aplazar. Es obvio que esto no se sostiene. De hecho, Draghi ha tenido que incrementar sustancialmente la compra de deuda española desde el lunes pasado.
EL PSOE, con un insensato al frente, tiene la llave
Pero por lo que parece, España ha decidido suicidarse, pues los votantes de esta oligarquía de partidos no conocen límite en su descenso a los infiernos, y contra tal decadencia no parece haber otra salida que el sálvese quien pueda. No está claro quién pactará con quién, pero sí hay algunas certezas: subirán los impuestos a familias y empresas, que son ya los más altos de la OCDE. Es lo primero que sucederá en Madrid y en Barcelona, pero no serán los únicos. Rajoy tiene comprometidas varias subidas con Bruselas en 2015, 2016 y 2017, todas sobre la clase media; y la inversión extranjera se reducirá drásticamente, pues “no hay nada más tímido que un millón de dólares”. ¿Quién en su sano juicio va invertir hoy en Barcelona o en Madrid, o por extensión en España, con un Gobierno en situación de caos, sin ninguna seguridad jurídica ni institucional, donde hasta los datos de Hacienda, sacrosantos en el mundo civilizado, se filtran sin que nadie esté a salvo?
La posible conquista de las alcaldías de Madrid, Barcelona, Valencia y otras capitales por la extrema izquierda ha dado la impresión de un triunfo de estas formaciones mucho mayor de lo que es en realidad, porque el PP y el PSOE han sacado un 52% de votos –27% y 25% respectivamente–, frente a solo un 10% de Podemos y sus listas vinculadas, 7% de Ciudadanos, 5% de IU, 15% de partidos nacionalistas y regionalistas y 11% de partidos locales y otros. Es patético ver al PSOE mendigando ayuda a Podemos para ganar poder local y ocultar así el peor resultado de su historia, 670.000 votos menos que su menor registro. Si Susana Díaz no le planta cara en junio y lo desbanca, un personajillo de cuarta que es Pedro Sánchez, no ya irresponsable sino lo siguiente, nos llevará al desastre. La evidencia empírica es aplastante e inequívoca: el populismo solo consigue más paro y más pobreza y, si le dan tiempo, la ruina total.
De todas formas, la gran triunfadora del 24-M ha sido la incertidumbre, que se incrementará exponencialmente en septiembre con las elecciones en Cataluña. Gracias a la cobardía de Rajoy, permite a los secesionistas incumplir la Constitución y la Ley cuando les viene en gana, no impidió –como era su deber– la patochada de referéndum, donde muchos votaron 7 o 10 veces, y ha evitado la quiebra de una Cataluña desastrosamente gestionada, entregando a un traidor más de 40.000 millones de euros a interés cero. Pues bien, en lugar de intervenirla como había prometido, los secesionistas actúan con total impunidad en una España completamente a la deriva, con un Gobierno en estado de caos que, si es incapaz de poner orden en su casa, calculen lo que ocurrirá en septiembre con Colau/Podemos en el bando secesionista.
El mayor problema, tal como señalan todos los medios económicos internacionales, aparte la irrisión de que “una okupa es ahora la excelentísima señora alcaldesa de Barcelona” (WSJ), o que un comparsa de chirigota sea alcalde de Cádiz, o “marea atlántica” en Galicia, etc., es el hecho de que CC.AA. y Ayuntamientos son los responsables de los dos tercios del gasto (excluida la Seguridad Social), algo inédito en el mundo, donde hasta en los estados federales solo un tercio del gasto es descentralizado. La España de las autonomías es un disparate sin precedentes, y con esos dos tercios del gasto que ya estaban fuera de control, ahora eliminado cualquier atisbo de austeridad, iremos al default antes de lo previsto.
Pero el verdadero drama se producirá antes. Como no hay dinero e incrementar el endeudamiento a niveles mayores que los actuales puede empezar a tropezar con dificultades, nos van a freír a impuestos desde todos los ángulos, y van a ir no solo a por la renta, que también, no solo a por más impuestos indirectos, que con la tomadura de pelo de “impuestos ecológicos” nos subirán por todas partes. Irán sobre todo a por nuestra riqueza, acumulada con esfuerzo, sudor y lágrimas por la mayoría durante décadas, es decir, por el patrimonio, por la vivienda, por las donaciones, por las sucesiones, y por todo lo que se les ocurra. Por ello, a nivel individual solo hay una cosa que se puede hacer: sálvese quien pueda.
Cada persona sabrá cómo, pero hay dos cosas claras. La primera, vender los activos más líquidos y tener el dinero que se pueda fuera de España, legalmente, por supuesto, pero fuera. Y otra precaución elemental: mantengan en billetes en su casa el dinero necesario para vivir al menos dos años. Pagarán menos de Patrimonio, el impuesto más injusto imaginable –que no existe en casi ningún país del mundo y donde existe es solo a efectos comprobatorios, con tipos cinco veces inferiores a los de España–, y tendrán el dinero a salvo de cualquier radical necesitado de capital para financiar el primer dislate que se le ocurra, aunque difícilmente superarán a los que ha cometido Rajoy. De momento, la situación no es para preocuparse, pero sí para ocuparse, porque la radicalización, si el irresponsable de Sánchez se decanta por el Frente Popular, es la opción más probable. Históricamente el partido socialista siempre ha conducido a España al desastre.