PABLO SEBASTIÁN.
El ministro Gallardón se ha convertido en una caja de sorpresas -para algunos-, desde que llegó al Gobierno de Mariano Rajoy. En un abrir y cerrar de ojos colgó en el perchero de su trayectoria política su pretendido progresismo y se colocó a la cabeza del sector confesional y anti abortista del PP. Desde ahí pasó a liderar una demencial reforma de la Justicia y de sus órganos reguladores que constituye una involución democrática y la liquidación de la ya muy escasa independencia del poder judicial, como lo han denunciando las asociaciones e instituciones más relevantes de este ámbito. A su vez, el titular del ministerio de Justicia ha aparecido como el inductor de los esfuerzos de la Fiscalía del Estado para que la infanta Cristina no fuera citada a declarar en el caso Nóos, sumario donde ahora podría acabar imputado el propio Gallardón, lo que obligaría a Rajoy a una crisis de Gobierno, en la que también podría caer la ministra Mato, tocada por Gürtel.
El juez Castro que instruye el caso Nóos de Urdangarin ha pedido que las partes personadas -la Fiscalía ahí incluida- en el caso se pronuncien sobre la oportunidad de llamar a declarar al ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, como presunto responsable del delito de malversación de fondos públicos que se investiga en el sumario de Nóos por los 144.000 euros que Urdangarin recibió del Ayuntamiento de Madrid sin concurso público cuando Alberto Ruiz Gallardón era el alcalde, y sabido es que en ese tiempo nadie tomaba decisiones sin su conocimiento y menos si afectaban a un miembro de la familia del Rey. Asunto que se veía venir, porque la actuación de Gallardón es similar a la de Camps y Barberá en Valencia o la de Matas en Baleares, que están siendo investigados por sus respectivos ‘regalos’ a Urdangarin.
Y la pregunta que emerge en esta tesitura es: ¿qué hará el fiscal general Torres Dulce ante la posible llamada a declarar y la imputación del ministro, precisamente ahora que el fiscal acaba de decir que el ministro Gallardón ni el Gobierno de Rajoy le dieron órdenes de solicitar al juez Ruz prisión incondicional sin fianza para Luis Bárcenas, preso y con razón en la cárcel de Alcalá de Henares? Sería llamativo que la Fiscalía pidiera prisión incondicional a Bárcenas y que la Infanta y Gallardón no vayan ni siquiera a declarar.
La fuga permanente de Rajoy -quien dice no sentirse amenazado por lo que pueda revelar Bárcenas tras su entrada en prisión- de los muchos casos de corrupción del PP va a resultar inútil y puede que nefasta para Rajoy, el Gobierno y el PP, por negarse Rajoy a depurar las flagrantes responsabilidades políticas y/o puede que incluso penales.Empezando por la ministra de Sanidad, Ana Mato, y siguiendo por una inagotable lista de imputados y otros sospechosos del PP en las cuatro esquinas de la gran corrupción nacional como son Nóos, Bankia, Bárcenas y Gürtel. Caso este último donde se acaba de confirmar por la Audiencia Nacional la validez de la grabación que dio pie al inicio de la investigación de Gürtel, lo que cierra las puertas a la anulación del proceso como lo pretendían los jefes de la trama, Correa y Crespo, entre otros.
Lo ocurrido en la vistilla del juez Ruz que llevó a Bárcenas a la cárcel, tras pedir el fiscal anticorrupción prisión incondicional y sin fianza, sigue siendo un misterio. Una portavoz del PP dijo que la orden la dio Gallardón, lo que ha sido interpretado en algunos sectores del PP como una ‘puñalada’ a Rajoy, a quien siempre se ha dicho que Gallardón pretende sucederle al frente del PP y del Gobierno de la nación. Pero el fiscal general, Torres Dulce, se ha apresurado a desmentirlo, al parecer por indicación de Rajoy, que sí esta preocupado y mucho por lo que pueda contar Bárcenas a partir de este momento (en capilla andan ya Arriola y Cospedal, su primeros objetivos), para señalar Torres Dulce que eso era solo cosa de la fiscalía anti corrupción, lo que no se cree nadie.
O ha sido un golpe de mano de Gallardón contra Rajoy, o ha sido el propio Rajoy quien ha dicho basta y ha decidido que es mejor tener a su extesorero Bárcenas en la cárcel que lanzando todos los días amenazas permanentes con la ayuda de ciertos medios de comunicación.
Y mientras se aclara todo esto en el PP crecen los nervios por lo que pudiera salir del entorno de Bárcenas a partir de ahora.Y no digamos los nervios del Gobierno ahora con el ministro Gallardón en el punto de mira del juez Castro del caso Nóos. El mismo juez al que los fiscales de Gallardón impidieron imputar a la Infanta, y que sigue tras los evidentes indicios fiscales de la hija del Rey, a pesar de los disparates y la misteriosa ‘mano negra’ de la Agencia Tributaria, donde acaban de cesar a su directora, Beatriz Viana, la nueva víctima de este tobogán infernal de la corrupción nacional.