Roberto Centeno

ROBERTO CENTENO.

Es de sobra conocida la distinción de von Mohl a finales del siglo XIX entre “Estado de derecho” y “Estado policiaco”: el primero es un Estado de garantías individuales, mientras que el segundo es un Estado de garantías de la Autoridad. El Gobierno actual y sus secuaces, ante la necesidad imperiosa de seguir manteniendo el modelo de Estado inviable y corrupto, que es la base exclusiva de su poder cada vez más parecido a un sistema mafioso, ha implantado una variante que podría denominarse“Estado corrupto de exacción”. Es la etapa final del Estado de partidos dondeGobierno, CCAA, Ayuntamientos, y todas las instituciones sin excepción, están instaladas en la corrupción y el despilfarro,  mantenido con la mayor represión fiscal de la sociedad civil de toda nuestra historia.

En palabras de mi amigo Antonio García Trevijano, han puesto en marcha “un auténtico Estado corrupto de exacción, ya que por su propia naturaleza, este tipo de Estado de partidos solo puede sostenerse sobre dos pilares: la corrupción sistemática y la exacción permanente de la riqueza de la sociedad civil”. Han convertido España en el país de Europa con mayor número de millonarios producto de la corrupción. Han institucionalizado un sistema de exacción que no tiene en cuenta la capacidad de los ciudadanos para soportar la inmensa carga  impositiva y el saqueo sistemático de su riqueza, mientras las élites económicas están exentas de la mayoría de impuestos (1). Y la consecuencia inevitable de este binomio despilfarro público-expolio privado es una nueva y profunda depresión en la que el ritmo de caída de la economía se esta intensificando.

Así, la ventas minoristas se han desplomado, -7,8 %; los precios de la vivienda han caído otro 10 % en el 4T; la producción industrial acelera su caída al 7,2 % en noviembre; la morosidad alcanza ya los 200.000 millones de euros; y el déficit sigue fuera de control. Además, hemos alcanzado los 5,96 millones de parados, a los que hay que añadir 521.000 parados ‘desencantados’ que no han seguido buscando empleo; en conjunto 6,5 millones, una tasa de paro del 29 %. Y lo que es peor, la tasa de destrucción de empleo dobla la de 2011. Luego, el PIB oficial en el 4T está cayendo al 2,4 % en tasa anualizada, el doble que el trimestre anterior. Y, mientras tanto, la degenerada clase política sigue endeudando a los españoles en 5.000-7.000 millones semanales para seguir financiando la corrupción y el despilfarro, pues ni un solo euro va a la economía productiva.

La gente, los empresarios, la nación entera se desespera preguntándose cuándo terminará esta pesadilla, y la respuesta es sencilla: nunca con este Estado corrupto de exacción. Una nación no puede remontar nunca con un sistema político inviable y corrupto que despilfarra el equivalente al 10% del PIB anualmente; nunca con una presión fiscal que aplasta el consumo y la inversión; nunca con un sistema financiero caótico que en 2012 ha necesitado entre rescates y avales públicos un 9 % del PIB, que ha reducido el crédito a la economía productiva en 100.000 millones y sigue al borde del abismo por una morosidad inasumible y una exposición suicida a deuda española, y  nunca mientras tengamos la energía, los servicios bancarios y las telecomunicaciones más caras de Europa.

La corrupción es el Régimen, y el Régimen es corrupción.

La muerte de Franco -momento en que España consigue el nivel de convergencia más alto jamás alcanzado con los países centrales (2) de Europa, el 82,4 % frente al 73 % de hoy- inicia la corrupción política y la traición. La coronación de Juan Carlos se basa en la traición a la lealtad dinástica, puesto que usurpa la corona a su padre, y en la traición a las esperanzas de democracia de los españoles, implantando un régimen oligárquico sin elemento alguno de idealismo, político, moral o cultural. Un modelo de poder intrínsecamente corrupto que es el Estado de partidos. “Si tuvieran vergüenza y honor se habrían pegado un tiro”, diría Camilo José Cela de los ‘padres’ de la Transición. Y Antonio García Trevijano, que trató con todos ellos, completa la frase “…y sin excepción alguna, pero no tenían honor: su ambición de reparto de poder ahogó en ellos cualquier vestigio de nobleza”.

Los recientes escándalos de corrupción individual, aunque apunten a la cúpula del Gobierno, no son más que una parte ínfima de un sistema de corrupción masivo e institucionalizado. La corrupción es el Régimen y el Régimen es corrupción, en todas y cada una de las instituciones del Estado sin excepción. La corrupción no se limita a unos sobres clandestinos, cobrara Rajoy o no, ni a los 200 políticos hasta ahora imputados. Ni al Sr Duran, a quien Rajoy ha perdonado diez años de cárcel, y traiciona vilmente a España. Ni siquiera al Rey, que tiene los corruptos en su casa, y se limita a mirar para otro lado ante la amenaza grave a la unidad de la Patria.El Régimen es el triunfo de los mediocres sin un ápice de patriotismo  ni sentido del Estado. España es hoy un país donde, salvo excepciones, solo prosperan los mediocres arribistas, los corruptos y los traidores.

No existe esa patraña de “la inmensa mayoría de los políticos son honrados”; la inmensa mayoría de los políticos son corruptos, personal o institucionalmente (despilfarro, nepotismo e incompetencia), personas que se han dedicado a lo política no para servir, sino para servirse de un sistema donde la corrupción empieza desde jóvenes. Con Franco existían las falanges juveniles, unos boyscouts que hacían marchas, iban a campamentos y cosas así. Han sido sustituidas por las Juventudes del Trinque y del Medro de los partidos, que no van a campamentos, solo a medrar y a pillar. Y mientras a los de Falange les daban un bocadillo, a estos los enchufan a miles con 2.000 euros al mes, o a 4.500 los Carromeros.

El problema no es que cien o mil políticos se lo lleven crudo, que también; el problema es que estamos ante un Estado corrupto en toda su dimensión: en los 430.000 políticos que viven del Presupuesto; en cientos de miles de familiares, amigos y correligionarios nombrados a dedo – más de dos millones de empleados públicos han hecho pruebas a medida o ninguna, según explica el ministro Montoro – para los que se han creado 17 Estados y más de 3.000 empresas públicas que no rinden cuentas a nadie. En los casi 300.000 asesores que no asesoran con sueldos medios de 50.000 euros, un insulto al 80 % de los hogares que vive con mucho menos de esta cifra. En los 30.000 coches oficiales, más que en todo Estados Unidos. En los 54 canales de televisión de propaganda política etc, etc.

Un caso de esta semana, entre mil. La Fundación del Valencia CF, sin patrimonio ni ingresos, recibe un aval de 80 millones del irresponsable de Camps, que no figura en Presupuestos, para hacer una ampliación de capital. Como no pagan ni los intereses, Bankia va a ejecutar el aval, lo que convertirá al club en una empresa pública, con lo que la Generalitat responderá no solo de los 80 millones, sino de toda la deuda, unos 250 millones. En el ínterin se han pagado sueldos millonarios, traspasos de fábula con sus correspondientes comisiones y un estadio fantasma en construcción que está costando doble de lo presupuestado y puede llegar a 300 millones. Los otros dos equipos de la región, Hércules y Elche, están en similar situación, con lo que la Generalitat puede acabar con tres equipos de la Liga Profesional a su cargo y un agujero neto de 400 a 500 millones que tendremos que pagar los ciudadanos.

Una vez más como el caso de las cajas, de las empresas públicas, y de todo lo demás, con malversaciones de caudales públicos de decenas de miles de millones, nadie será procesado ni nadie irá a la cárcel. Así es como funciona el Estado corrupto de exacción. Su desprecio al pueblo es tal que ¿saben que estos mafiosos que nos gobiernan van a cambiar la ley para que los delincuentes y ladrones condenados que han saqueado las cajas puedan seguir dirigiendo y robando bancos en lugar de ir la cárcel? ¿Saben Uds. que hasta hace dos días los partidos políticos y los sindicatos, gozaban de la misma impunidad penal que el rey Juan Carlos, siendo los principales agentes de la actividad publica?

Leyes tiránicas aplicadas tiránicamente.

Explicaba Montesquieu en su obra cumbre El espíritu de las leyes que “cuando el poder legislativo y el poder ejecutivo se reúnen en el mismo cuerpo, no hay libertad, y el resultado es la promulgación de leyes tiránicas que ellos mismos ejecutan tiránicamente”. Calculen Uds. el caso de nuestro Estado oligárquico de partidos, donde el poder legislativo es una mera colección de aplaudidores, en su mayoría mediocres o sin formación alguna que se limitan a aprobar a ciegas lo que el partido que les ordena.

¿Acaso no es una ley tiránica elevar o inventar hasta 30 impuestos, porque según el Sr. Rajoy de un presupuesto de 470.000 millones, de los cuales 100.000 son puro despilfarro, no se podía recortar un euro y, en consecuencia, la subida de impuestos era imprescindible? Además, este expolio fiscal elevaría la inflación en 1,3 puntos, es decir, aparte de saquearnos nos han empobrecido adicionalmente en un 1,3 % de nuestras rentas y ahorros. ¿Acaso no es una ley tiránica recortar el poder de compra de 9 millones de pensionistas a los que se robaron 250.000 millones de cotizaciones sociales entre 1984 y 1996 para financiar el AVE a Sevilla, los fastos del 92 y el gasto corriente del Estado?

¿Acaso no es una ley tiránica reducir sueldos a funcionarios, mientras en ministerios, comunidades y ayuntamientos hay miles de enchufados y de “asesores” innecesarios que cobran el doble o el triple de los primeros? ¿Acaso no es una ley tiránica reducir la sanidad y la educación sin análisis ni plan alguno, “como sea” ordenaría Rajoy, mientras mantienen coches oficiales a los concejales, algo inédito en el mundo, y a cualquier mindundi con mando, además de embajadas, empresas públicas, consorcios, observatorios, diputaciones y un Senado inútil?

Esta semana en la cumbre de Davos, que reúne anualmente a la crême de la crêmede la economía mundial, la percepción sobre España ha pasado de mala a catastrófica. La reunión se inicia con la presentación de una macro encuesta a los 1.300 mayores empresarios del mundo, realizada por la multinacional Price Waterhouse Coopers (PWC), y en la que por primera vez España se sitúa entre los países con peores perspectivas a escala mundial, al mismo nivel que Venezuela y similares. En concreto, PWC estima que España crecerá menos del 1% en el conjunto de los próximos tres años, un desastre inimaginable porque ello significa que la destrucción de empleo continuará a toda marcha. Tal vez por eso el 63 % de los empresarios españoles entrevistados por PWC dicen temer que este año comiencen las revueltas sociales. 

“España necesita ineludiblemente un rescate y no puede ser pequeño”,aseguró a El Mundo en Davos el execonomista jefe del FMI Kenneth Ragof. Y dan igual las mentiras de Rajoy, Guindos y el resto de la cuadrilla. Sin embargo, cuanto más tiempo pasa peor es nuestra situación económica y mayor la deuda, lo que significará más miseria, más paro, recortes drásticos de pensiones, un sufrimiento adicional casi inimaginable para millones de familias. Solo el cambio urgente de la ley electoral que mantiene en el poder a esta casta dirigente incompetente, malversadora y corrupta puede evitar que sea catastrófico el inevitable cambio de este régimen oligárquico en una democracia.

 


(1)  Vía sicavs, unos vehículos jurídico-fiscales implantados por los socialistas a finales de los 80, que permiten eludir la mayoría de impuestos a la parte más rica de la población.

(2)  Los 9 países que constituían en 1975 la entonces CEE, y medido en términos de PIB real per cápita.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí