ROBERTO CENTENO
Ni el PP, ni el PSOE, ni los nacionalistas están legitimados para gobernarnos. Ni España ni ningún país pueden ser gobernados por unos corruptos y traidores que nos han llevado a la degradación moral y a la ruina económica. Una persona que el 9-N estuvo literalmente paralizada de miedo, que tiene el cinismo de afirmar que su línea es actuar con “prudencia y con mesura”, y para ello es capaz de romper la unidad constitucional ignorando la Constitución y la Ley que ha jurado cumplir y hacer cumplir, y de someter a los españoles a una humillación sin precedentes no puede ser el presidente. ¿Qué Gobierno legítimo podría incumplir por táctica política la Constitución y la Ley?Sería destituido y procesado por el resto de poderes del Estado, algo imposible en nuestra Monarquía oligárquica porque no hay tal separación y todos están a las órdenes del Ejecutivo.
Para acabar con el separatismo solo se necesitan dos cosas: el BOE, restaurando el imperio de la Ley, y los Presupuestos Generales del Estado, algo que ni el felón de Rajoy ni el indocumentado de Pedro Sánchez están dispuestos a utilizar, dejando indefensos al Estado de derecho y al pueblo español. Dos traidores así para los que la táctica política está por encima de la Ley no pueden gobernar España. Y no solo es la traición, también es la economía que va cuesta abajo desde julio. Medido el crecimiento con el PIB a precios de mercado, que es el que determina la riqueza realmente creada –si un coche se ha vendido por 10.000 euros su aportación al PIB son 10.000 euros y no ninguna otra cifra–, este ha pasado de 512.353 millones de euros 1S2013 a 514.062 millones 1S2014, un escuálido crecimiento del 0,3 %, la cuarta parte del PIB publicado que están, a precios constantes, inflados en el deflactor.
Pero el tercer trimestre ha sido peor que el segundo: un +0,5%, real, que, con un deflactor que puede acercarse al -1%, daría un crecimiento del PIBpm del -0,5%. Del cuarto mejor no hablar: el consumo de electricidad ha caído un -1% en octubre y los indicadores de confianza industrial y del consumidor también del mismo mes se han desplomado al -6 y al -10%respectivamente. Y eso que aún no se conocían las recomendaciones de los grandes bancos de inversión de no comprar deuda española, ni que Fitch está estudiando rebajarnos el rating, porque en España ya no rige la Ley. Y para acabar de arreglarlo, según los últimos datos de la Comisión Europea, el crecimiento potencial de España es ya negativo, del -0,4% en 2014 y del -0,3% en 2015, una caída espectacular desde el +3% en 2008.
La economía a peor y la política nos asoman al abismo
La desastrosa pasividad y cobardía de Rajoy, que, a pesar de haber obtenido una mayoría aplastante que le habría permitido regenerar de arriba abajo –desde someter a referéndum un modelo territorial económicamente inviable y políticamente letal a un sistema electoral representativo que consiga la independencia de los poderes legislativo y judicial, fuente de toda corrupción y nepotismo–, ha optado por no hacer absolutamente nada hasta el punto de conseguir lo que parecía imposible: una gestión mucho peor aún que la de Zapatero, endeudando a la nación en dos años y medio más que el indigente mental en cuatro, reduciendo la renta disponible de las familias en porcentajes que no se recordaban desde la guerra civil, y favoreciendo a las élites financieras y monopolistas como jamás había ocurrido antes.
Una de las formas más claras e indiscutibles de cuantificar el desastre del Gobierno del PP es la evolución de la deuda total, que ha hipotecado la vida de varias generaciones de españoles. Según los últimos datos del BdE y con la nueva metodología SEC 2010, la deuda total de las AAPP o pasivos en circulación al final del segundo trimestre de 2014 ascendía a 1.493.413 millones de euros, es decir, el 142% del PIB, algo ya imposible de devolver. Pero lo que es mucho más grave: su crecimiento se está acelerando. Así, en los seis primeros meses de 2014, la deuda se incrementó en 136.570 millones frente a 108.754 millones en igual periodo de 2013, ¡un incremento del 25,6%!, lo que significa que el gasto de las AAPP está fuera de control. Rajoy ha incrementado la deuda pública en 539.231 millones en dos años y medio, la cifra más alta de nuestra historia en relación al PIB, y que compara con 446.998 millones de Zapatero en cuatro años, 2008/2011. Y es que este desastre llamado Rajoy ha destinado la mitad de este incremento de deuda a “financiar a terceros” (1) generando una deuda ilegítima que ni podemos ni debemos devolver.
La otra forma de cuantificar el desastre del PP es la brutal degradación del nivel de vida de los españoles. Una reducida minoría se ha enriquecido como nunca antes a costa de empobrecer al 80% de la población. En un reciente estudio presentado por FOESSA y Cáritas, se dan cifras pavorosas de pobreza, la segunda peor situación de Europa. Por otra parte, el endeudamiento brutal, casi un 50% de los hogares españoles, “se encuentra afectado simultáneamente por problemas de privación material y de pobreza”. Un 25%, 11,7 millones de personas, está ya en situación de exclusión social, de las cuales “un 77,1% con exclusión del trabajo, un 66,1% con exclusión de la vivienda y un 46% con exclusión de la salud”, y de ellos tres millones en situación de pobreza severa, particularmente niños. Rajoy y su pandilla ni tienen ni merecen perdón.
Y esto era a fin de junio. Desde entonces la situación ha ido a peor. Mayor presión fiscal, más despilfarro público, incertidumbres políticas inasumibles, inseguridad jurídica, deflación, pérdida de riqueza de las familias –la vivienda ha caído casi un 40%–, sustitución masiva de empleo digno por empleo indigno, y la economía mundial, particularmente en la Eurozona, en su peor momento en los últimos dos años, con un BCE que “hace demasiado poco y demasiado tarde”, aunque sí lo suficiente para mantener la primas de riesgo bajas, y ello a pesar de la funesta gestión de este Gobierno de corruptos y traidores. Afortunadamente, el tiempo juega contra ellos, y si sus expectativas de voto se han desplomado, de aquí a mayo, cuando hasta para los ignorantes se haga evidente que ni hay recuperación ni nada que se le parezca, el desplome podría ser similar al de la UCD. Amén.
El problema es que el electorado peor informado y más indolente de Occidente va a seguir creyendo por un tiempo a estos felones. Son el “mal menor” ante la alternativa a una dictadura populista bolivariana. Es lo que hoy están propugnando las élites financieras y monopolistas, que controlan la mayoría de los medios, con una irresponsabilidad suicida. Suicida porque no pueden ni descartar ni controlar la otra posibilidad, la alternativa del diablo, un nuevo e infausto Frente Popular similar al que llevo a España a la anarquía y a la guerra civil en 1936, y que si, como ocurrió entonces, media España no se resigna a morir, conduciría de nuevo a un conflicto de proporciones potencialmente catastróficas.
JP Morgan aconsejó la pasada semana a los inversores no comprar deuda española, e indirectamente no invertir en España, donde la única inversión que se mantiene, aparte de la de mantenimiento de lo ya realizado, es la puramente especulativa, que está comprando los mejores activos del país a precio de saldo. Una semana antes, Bank of America/Merrill Lynch decía exactamente lo mismo, Barclays igual, etc. Para estos bancos la situación política y la inseguridad jurídica son letales para la economía. Los dos escenarios que contemplan son una coalición PP/PSOE, que nos llevaría a la quiebra. Y una coalición de socialistas y comunistas si al PSOE le parece mejor pactar con los izquierdistas totalitarios de Podemos, y convertirnos en la Venezuela de Europa. Para la agencia de calificación Fitch, la corrupción masiva de la clase política y la crisis constitucional abierta por el tema catalán “podrían provocar una rebaja en el rating soberano de España”.
La complicidad Rajoy/ monopolistas nacionalistas
El laissez faire, laissez passer de Rajoy en los temas políticos, y en el caso del 9-N colaborando con la sedición incumpliendo la Constitución y la Ley, en los temas económicos es un puro dislate. Todo el mundo sabe que el precio del petróleo se ha desplomado, un 30% desde junio en concreto, algo que ha llevado a una fuerte caída de precios al público en los carburantes, el gas y la electricidad en todo el mundo menos en España. Esta caída de precios está incrementando la renta neta disponible de las familias y, en consecuencia, mejorando el consumo.
Hace dos semanas Alibaba, el gigante chino del comercio electrónico, vendió en un solo día tanto como El Corte Inglés en un año, y en EEUU el mercado espera con expectación los resultados de los grandes del retail Home Depot, Target y Best Buy, que publicarán resultados esta semana, pues una subida de ventas abriría grandes expectativas cara al día de Acción de Gracias y la Navidad y en consecuencia de mejora del PIB y del empleo. Nada de esto, que sería crucial para nuestra economía, está sucediendo en la España de Rajoy. La electricidad y el gas siguen o subiendo o invariables desde máximos de todos los tiempos, y los carburantes han bajado la tercera parte de lo que deberían haberlo hecho.
Rajoy, con su cobardía, que en este caso, al igual que con los secesionistas su colaboración con los monopolistas nacionalistas, tan compresivos con las tesis secesionistas –“hay que llegar a un acuerdo (con los traidores)”– está permitiendo otro robo a gran escala a los españoles. En 2013, España consumió 53 millones de toneladas de petróleo y 26 millones de toneladas de petróleo equivalente de gas, un total de 79 millones. El precio de la tonelada ha bajado 204 euros, por lo que de mantenerse la situación actual el ahorro anual ascendería a 16.100 millones de euros. ¿Y cuál es la rebaja que ha sido trasladada al público? Calculada para las gasolinas –y extrapolando a todo el conjunto, una simplificación pero que sirve para estimar órdenes de magnitud– hay que deducir del precio al público el Impuesto Especial, que asciende a 0,401 euros/litro, y luego el IVA. El resto es el precio sin impuestos, que es lo que se compara.
Frente a una rebaja del crudo de 16.100 millones de euros, solo se han repercutido 6.400 millones, o dicho de otra manera: el Gobierno del PP ha permitido a los monopolistas nacionalistas “quedarse” con 9.700 millones que en términos de precio al público hay que sumarle el IVA sobre esa cantidad, 2.000 millones más. En total, unos 11.700 millones al año que tendrían que ir a los consumidores y no es así. La colaboración Rajoy/monopolistas está restando de la renta disponible neta de las familias unos 1.000 millones de euros al mes. ¿Sabe acaso lo que supondría en bienestar para las familias y en mejora del consumo, del PIB y del empleo, que los españoles dispusieran de 1.000 millones de euros mensuales más? Pues claro que lo sabe, pero se fuma un puro. No es políticamente “prudente” enfrentarse con los nacionalistas catalanes monopolistas, que se jodan los españoles.
Repito lo dicho: Rajoy y su Gobierno tienen que irse, primero porque son unos traidores, segundo porque están llevando España a la ruina moral y económica y tercero porque su increíble tolerancia con la corrupción hace esta nación irrespirable. “No podemos hacer más de lo que hacemos”, dijo con un cinismo inaudito María Dolores de las Mentiras. ¿Y por qué esta señora no mira a su alrededor?, ¿por qué hace caso omiso de las denuncias de corrupción que recibe, como de algunos concejales del PP en Madrid sin ir más lejos, que ya han sido denunciados por la oposición y no solo lo ignora, sino que los protege? Para que España sobreviva PP y PSOE deben ser destruidos.
(1) Juan Laborda