ROBERTO CENTENO.
Así titula el Bank of America (BoA), uno de los mayores bancos mundiales, un amplio análisis sobre los primeros 16 meses de gobierno de Rajoy. El día de la marmota viene a significar que todo vuelve a empezar, estar atrapado en el tiempo y no avanzar en absoluto. “Rajoy no tiene un plan creíble de lucha contra el déficit”, afirma BoA. Nada parece haber cambiado, las recomendaciones de la Comisión Europea son la mismas que en 2012 y también sus augurios: “No creemos que en 2013 se produzca ninguna reducción del déficit”. Pero calificar la situación de “día de la marmota”, o decir “es como 2012, todo vuelve a empezar”, es una visión optimista de la realidad, porque esta es que estamos peor y, como no puede ser de otra manera, vamos a mucho peor.
Y no puede ser de otra manera porque ¿cómo puede un país avanzar con 30 elevaciones de impuestos estatales, 12 nuevas figuras tributarias y 80 impuestos autonómicos, una reducción histórica de la renta disponible de las familias y muy pronto de las pensiones? Y, a pesar de tener la mayor presión fiscal de nuestra historia, la realización presupuestaria a mes de abril ha sido un desastre sin paliativos: se ha ingresado menos, y no más, porque las bases tributarias son un 20% inferiores a las previstas por varias razones, pero la más importante porque la riqueza nacional, el PIB, no es la que dicen que es, sino mucho menor, lo que significa que, por mucho que la ordeñen, la vaca no va a dar más leche y los ingresos presupuestados no se van a alcanzar, ni ahora ni nunca. Sin embargo, el gasto político improductivo, lo único sobre lo que se puede actuar, ha ido a más, no a menos, porque la oligarquía política no está dispuesta a reducirlo. El desfase entre ingresos y gastos en 2013 rondará los 100.000 millones, el 9,5% del PIB oficial.
No puede ser porque ¿cómo va a crecer un país sin crédito a la economía productiva y a las familias, y donde el poco que queda se sigue reduciendo (se deniegan 7 de cada 10 peticiones de crédito) y tiene tipos de interés que -a pesar de las mentiras del BdE, que los sitúa en un 10%- pueden llegar hasta el 17%? No puede ser porque un país que despilfarra anualmente el 10% de su PIB en gasto público improductivo, tiene que dedicar ya otro 4% a pagar intereses de su gigantesca deuda y tiene las energías más caras de Europa es metafísicamente imposible que crezca. No parece que sea el día de la marmota, como afirma el BoA y que estemos de nuevo como en 2012, sino más bien el día del cangrejo porque estamos sustancialmente peor, y empeorando.
BoA: “La mayor preocupación es la sostenibilidad de la deuda”
Para el BoA, la mayor preocupación es la sostenibilidad de la deuda, sobre todo porque el crecimiento va a resultar otra vez seriamente dañado por las nuevas medidas fiscales y de austeridad y las nuevas rondas de recapitalización bancaria, que parecen el cuento de nunca acabar, anunciadas para antes de octubre. Un ajuste que si, como los anteriores, “está mal diseñado, retrasará más aún cualquier posible recuperación”. En consecuencia, y en opinión del BoA, los inversores extranjeros cada vez se mostrarán más reluctantes a invertir en deuda española, algo que se está produciendo con una intensidad creciente en 2013 y que ha tenido que ser compensado con un fuerte incremento de las compras por parte de la banca española. Tiene guasa lo del BBVA y La Caixa previendo crecimientos positivos a fin de año; no sé cómo no les da vergüenza: no han acertado una sola previsión desde 2006.
El BoA subraya cómo España ha incumplido sistemáticamente todos sus objetivos de déficit y dice que “el abuso de las subidas impositivas hará desvanecerse la esperanza de que la economía toque fondo en la segunda mitad de 2013”. En opinión del BoA, “el final de año va a plantear desafíos muy serios”. También parecen ver así las cosas las agencias de rating, en concreto S&P, que califica a España de BBB -el escalón inmediatamente anterior al bono basura- y que acaba de reiterar su perspectiva negativa con la advertencia de que estará muy atenta a lo que ocurra en los próximos meses, porque si las reformas prometidas no se realizan en su totalidad -subidas de impuestos y recorte de pensiones-, si la posición presupuestaria se deteriorase -que es exactamente lo que está ocurriendo-, o las políticas de la Eurozona para mantener la prima de riesgo española flaquearan, la degradación a bono basura sería inevitable. Y ero sería el final del cuento de esta cueva de ladrones en la que la casta política nacida de la Transición nos ha convertido: el país con más políticos, más grandes empresarios y más banqueros corruptos de todo el mundo desarrollado.
Afortunadamente, esta semana se han publicado todos los datos necesarios para conocer tanto el montante de nuestra deuda pública como, lo que es más importante aún, su increíble tasa de crecimiento, así que podemos hacer matemáticas. El BdE acaba de publicar los pasivos en circulación a fin de 2012: 1,179 billones de euros, que es la deuda total, y no sólo parcial como la computable, del conjunto de Administraciones Públicas. Ahora bien, de esta cifra 120.048 millones son préstamos internos entre ellas, por lo que no generan intereses netos a terceros, aunque haya que devolverlos o eso se supone, así que restándola tenemos 1,059 millones de euros como deuda pública total.
Pero arrostramos también el incremento de la deuda computable del primer trimestre de 2013, 40.000 millones, una salvajada que, traducida a incremento de la deuda total, supone un 15% más, o sea 46.000 millones, por lo que la deuda total de las Administraciones Públicas a final de marzo pasado ascendía a 1,105 billones de euros, el 105,3 % del PIB oficial, que es manifiestamente falso: Comparado con el PIB estimado real, 830.000 millones, la relación sería del 133% del PIB, una cifra que ni España ni nadie puede devolver jamás. Señores tenedores de deuda española, sobre todos los bancos nacionales: den las vueltas que les dé la gana, pero la riqueza que crea España anualmente es la segunda cifra, no la primera. Con ella habrá que afrontar la deuda y si no quieren verlo, como no quisieron ver la crisis, nos llevarán, nos llevan en realidad, una vez más al desastre.
Pero si las cifras absolutas son pavorosas, mucho peor son sus ritmos de crecimiento. Los pasivos en circulación crecieron 233.000 millones en 2012, ¡un 24,7%!, el récord histórico de todos los tiempos. Y en el primer trimestre de 2013 la deuda pública computable creció un 19,1%, también récord histórico trimestral. Si vamos a las CCAA, el tema es simplemente alucinante: han incrementado su endeudamiento un 29,5%, 43.000 millones de euros. Y ahora, señoritas y señoritos de Hacienda, del BdE, y de Génova 13, ¿cómo narices casa esta cifra con la afirmación de que todos están cumpliendo sus objetivos de déficit, que son como 15.000 millones para todo el año 2013? Son unos auténticos trileros que nos toman por imbéciles.
Hace unos días, el WSJ publicó documentación confidencial del FMI en la que se acusaba abiertamente a la Comisión Europea de haber ignorado conscientemente el deterioro de la situación y demorado dos años el rescate de Grecia y la consiguiente quita, a sabiendas de que nunca podría devolver su deuda, para favorecer a los bancos alemanes y franceses fuertemente pillados en deuda griega y que aprovecharían el ‘tiempo adicional’ generosamente concedido por los irresponsables y corruptos de Bruselas para liquidar toda la deuda que pudieron y hacer recaer sobre el pueblo griego un ajuste mucho más doloroso y drástico que si hubieran intervenido a tiempo.
Es exactamente lo que está ocurriendo con España. La promesa de Draghi hace casi un año de comprar toda la deuda española que hiciera falta y la barra libre de BCE, para que los bancos españoles tomaran el relevo de los alemanes y franceses en deuda española a largo, redujo la prima de riesgo artificialmente, a pesar de que la economía real está hoy mucho peor que entonces: más paro, más deuda, menos renta disponible y menos crecimiento. Pero aquí han encontrado a un colaborador entusiasta más irresponsable aún que ellos mismos, Mariano Rajoy, cuya política se concentra casi exclusivamente en conseguir nuevos préstamos como sea, y ahora todo lo fía al próximo Consejo Europeo, en el que espera conseguir financiación para las pymes, justo cuando tiene que dilapidar antes de octubre entre 20.000 y 30.000 millones en mantener bancos inviables.
Es un disparate que no tiene nombre. Por un lado, tira decenas de miles de millones por la fregadera y, por otro, nos endeuda hasta las cejas a niveles que ya no podemos devolver. Rajoy está decidido a llevar a la ruina a la nación, empezando por los más débiles y por la clase media ya en vías de extinción. Y todo para mantener lo más intacto posible el gasto político improductivo de más del 10% del PIB, y bancos inviables que deberían ser cerrados. De momento va a subir o crear siete nuevas figuras tributarias que se añaden a la 30 ya creadas pero, sobre todo, va a iniciar un proceso acelerado de recorte de pensiones que, caso de aplicarse las fórmulas de los expertos para garantizar la sostenibilidad del sistema, empezarían con un recorte del 12% en 2014, para llegar a algo más de la mitad en doce o catorce años.
R&R de acuerdo en pedir más dinero, no para reducir gasto
Rajoy y Rubalcaba se han puesto de acuerdo para convertirse en los pedigüeños de Europa en el Consejo Europeo, todo con tal de no recortar el gasto político improductivo de sus cientos de miles de paniaguados que está arruinando España. Van a solicitar ayuda para empleo juvenil, para las pymes y para todo lo que se tercie, un dinero que no es regalado, como ingenuamente piensan algunos, sino que supone más préstamos, más endeudamiento y que, además, a la vista del descontrol que suele estilarse en Bruselas, si se consigue ocurrirá seguro como con los planes E de Zapatero: por cada euro destinado a inversión, otro se destina a ‘gestionar el préstamo’, es decir, a sueldos de los políticos y sus amiguetes o, lo que ya sería la bomba, a los miles de empresas públicas parasitarias.
Pero la pregunta es por qué en vez de ponerse de acuerdo para pedir prestado y endeudar más y más a los españoles, no se ponen de acuerdo para no gastar y para luchar contra la pobreza y contra el hambre de los niños. ¿Por qué no piden la puesta en marcha de un plan de ayuda alimentaria basado en los enormes excedentes agrícolas de la UE? Pues muy sencillo: porque a estos dos sociópatas sociales que los niños o los mayores pasen hambre les trae al pairo; lo que quieren es pasta para repartírsela como Al Capone con las otras bandas de Chicago. No tienen perdón ni de los hombres ni de Dios. Un conocido columnista pedía ayer con toda razón que la UE condicionara la entrega de cualquier dinero a que el Gobierno tome medidas tajantes y definitivas contra la corrupción, frente a la legión de fiscales ciegos y mudos que contemplamos asombrados. Bueno, la realidad es justo la contraria. R&R han aprovechado el acuerdo bilateral para pactar el reducir la presión en los casos de corrupción. “Hoy por ti y mañana por mí”, reza el viejo acuerdo no escrito pactado en la Transición por PP, PSOE y nacionalistas.