XIMO AMAT
El otro día visité Castellón por motivos laborales y me detuve a almorzar en un bar (grave error para desgracia de mi digestión). Se me ocurrió echarle un vistazo al Diario Mediterráneo, el más popular en la provincia anteriormente citada. Adelantarles, primero que, cual maravilla de la naturaleza, con Mediterráneo y por un “eurete”, aquí en Castellón le regalan a uno… el ¡ABC! Por un euro, los dos diarios. ¿Qué barato verdad? ¿Quién pagará esta fiesta? La explicación del generoso obsequio del ABC tiene muchas interpretaciones, entre otras, el maquillaje de las cifras de publicación. De golpe y porrazo aumentan las ventas y los lectores (falsos ambos por supuesto) de ABC.
Comprenderán que los lectores del “Mediterráneo”, un diario que va de progre pero que es de lo más rancio y paleto que se puede echar uno a la cara, apartan el ABC de su vista, no lo quieren ni abrir, porque les produce, literalmente, nauseas. Incluso en algunos bares se deja encima de la mesa el Mediterráneo mientras que el ABC se tira directamente a la basura. Los lectores, presos de sus prejuicios, tildan al diario ABC de panfleto para fachas y, en cambio, se disponen a leer devotamente su Mediterráneo, como si hubiera alguna diferencia ideológica entre ambos.
Me encuentro pues abriendo el diario en cuestión: el decano de Castellón. Empiezo a entenderlo todo. Los editoriales, ¿Quiénes los copan? Adivinen:
Un espacio para el alcalde de Villarreal, del PSOE.
Un espacio para la Señora Bonig, de la diputación, por el PP.
Un espacio para el PSOE con otro señor que ni conozco.
PURO CONSENSO
Y como estábamos en Magdalena, las famosas fiestas fundacionales de la capital de la Plana, un especial desde la sede del periódico, convertida en “casal” de fiestas, que incluye las fotografías de todos los políticos de la provincia retratados con la cúpula del diario (con sus sonrisas de hiena). Los políticos han desplazado a los periodistas de los medios de comunicación para largarnos sus monsergas con el beneplácito de unos medios, corruptos y lacayos hasta la médula, que consienten estas tropelías sin ningún problema.
Por cierto. Casualmente, sólo casualmente, dos de los escasos tres anuncios a página entera del diario son, ¿de quién?, se rifa un peluche… ¡De una Generalitat Valenciana en ruina total!, que para comprar voluntades sí que tiene fondos. Ya sabemos quién paga la fiesta. De nuevo los de siempre.