- El pensamiento de haber abandonado mi patria me aguijonea cada vez con más frecuencia.
- No he abandonado nada; vine a Rusia por amor y no me he arrepentido ni un solo día.
- Analizo cómo está España y se me romboidean los cuadros de la bufanda.
- Cierto, está mal, va todo fatal; pero aquí estoy, escribiendo artículos en el Diario de la República Constitucional, participando en la acción política para que llegue al fin la libertad política colectiva.
- No es suficiente, siento que esto no basta. Desde aquí es difícil, aunque no imposible.
- Cada día informo a los rusos de la situación española y de por qué no tenemos democracia y de que la corrupción es factor de gobierno.
- Estoy viviendo una situación curiosa. Salí de un país que se había convertido en un infierno para mí para venir a otro que ha sido un auténtico paraíso en todos los sentidos. Los rusos no entienden ni lo bien que estoy aquí ni lo mal que estaba allí. Piensan que soy valiente por haber venido a vivir con hielo, heladas de hasta 30º bajo cero y muchas otras situaciones que consideran duras. La realidad es que me tratan muy bien, con mucho respeto, me hacen la vida muy fácil y me estoy acomodando. Algo en mí reclama más lucha, más acción.
- No es tan fácil la vida aquí.
- No importa lo fácil o lo difícil que sea.
- Hubo un tiempo en que pensé que solo volvería a España por mi familia, sobre todo para besar y abrazar a mis padres y a mi hermana.
- ¿Qué me impide coger un avión solo de ida?
- El respeto, un trabajo que me gusta y que se valora siempre, un pueblo con un corazón enorme que sabe y le gusta pensar.
- Ksenia sería feliz con más sol y con toda la luz y los colores de España, que están esperando que sus pinceles den fe de todo ello.
- No soporto muchas actitudes de los españoles. Me cansa su desidia, su falta de análisis, su rechazo al pensamiento, su amor por la servidumbre, su pánico a la libertad de pensamiento y a la libertad política; me irrita sobremanera su falta de respeto y, como bien escribió Antonio Machado, su eterno desprecio a cuanto ignoran. Me amarga su miedo, no puedo evitarlo.
- Es mi pueblo, son los míos, con independencia de que nos gustaría que fueran de otra forma.
- Quiero ayudarlos a salir de este bucle de corrupción que ha sido creado para expoliar toda la nación hasta su última gota de sangre.
- Pero he ido perdiendo la capacidad de aguantar su indiferencia.
- Excusas, nada más que excusas baratas.
- Es posible que lo sean, pero sé con certeza que no podré vivir feliz fuera de Rusia. Desde el primer día sentí que me parezco más a los rusos, que en España soy rara avis, molesto, protestón y aguafiestas.
- Aun así, mi patria es España y solo puede serlo España.
- Vivo en la dicotomía.
- No es mala compañera para la lucha sin tregua.