PACO CORRALIZA
Continuamos tratando de desentrañar «vínculos» entre las patas de apoyo de eso que venimos llamando “el trono del trípode «razón-ley-justicia»”. Ese mayúsculo y mayestático «Trono» en que, como venimos diciendo, “con recurrente insistencia, crónica en la Historia europea”, ha querido sentarse, una y otra vez, «el hombre» (repetimos: esa “abstracción exangüe «hombre»”(1) de Nietzsche -1881-). Pero… ¿sólo «el hombre» europeo? Ciertamente, no; no solamente; aunque sí especialmente desde el despersonalizado «filósofo-rey» del primer gran «psico-ideólogo» de nuestra supuesta (e impuesta) «civilización» impostada: el supuestamente idealista y, a la vez, “Humano, demasiado humano” (2), Platón; primero en «apostar», por escrito, por «la Razón» y, por lógica -«auto-lógica»- derivación, por «la Ley» y «la Justicia» de aquélla derivadas; por tanto, primer gran docto y doctrinario «doctor» de «la Ley» escrita según racional «prescripción» (“la razón que busca convertirse en ley” (3) –Platón; s. IV a. de C.-). Primer, aunque fuera sin querer, idólatra de nuestra inocente y a la par «humana, demasiado humana», «Psique»; primer «prescriptivo» practicante de la «Psiquelatría», aunque fuese, si se quiere, ingenuamente. Pero de la confianza ingenua de Platón al monstruo “Leviatán” (4) de Hobbes (es decir, a “nuestro hombre artificial” (4) -como certeramente llamó Thomas Hobbes al «autógamo» «Estado-Poder» –pues“[el Poder…] es la esencia del Estado” (4)-) hay un solo paso en el cabalgante tiempo multisecular.
En el artículo anterior, a la pregunta “¿qué pueblo sobre la faz de la Tierra lleva las palabras «Ley» («Torah») y «Justicia» incrustadas en las mismas entrañas de su sabia, inteligente y portentosa tradición oral y escrita?” dimos, como mejor respuesta, ésta: “el pueblo judío”. Pues bien, veamos hoy lo escrito, en el desdichado siglo XX, por dos personas de ese pueblo, mundialmente conocidas por sus aportaciones, especialmente, en los campos de la Física y de la Psicología (o sea, de «la Materia» y las formas o aspectos de su organización, comportamiento y estabilización), respectivamente, Albert Einstein y Erich Fromm:
– Albert Einstein (en “¿Por qué se odia a los judíos?” – “¿Qué es un judío?”; 1938):”el nexo que ha unido a los judíos a lo largo de miles de años; y que hoy los sigue uniendo, por encima de todo, es el ideal democrático de la justicia social, conjugado con el ideal de ayuda mutua y de tolerancia entre los hombres. […] Personalidades como Moisés, Spinoza y Karl Marx, por distintas que sean entre sí, se han sacrificado en aras del ideal de justicia social” (5)
– Erich Fromm (en “Y seréis como dioses”; 1960): “Mirado desde el punto de vista de la filosofía bíblica, el proceso de la Historia es el proceso en el cual el hombre desarrolla sus poderes de razón y de amor, el proceso en el cual se hace plenamente humano, el proceso en el cual regresa a sí mismo. […] Es la armonía de un hombre que tiene completa conciencia de sí, capaz de conocer el bien y el mal; lo justo y lo injusto.” (6)
Creo que ambos textos caen, muy comprensiblemente, en el reduccionismo, la tergiversación, la contradicción, la parcialidad, la exageración, la «auto-complacencia» y la «hetero-complacencia», la gratuita asociación,…; e interpolan nombres sustantivos y aspectos adjetivos que son cosecha «psico-ideológica» de la época y de los autores que los escribieron: o sea, son textos, como éste que el lector está leyendo, «humanos, demasiado humanos». Y sobre todo ocultan, tras la aparente profundidad grandilocuente, su superficialidad; su banalidad; su intrínseca equivocidad. Respecto al texto de Fromm, sobre el que quizá volvamos en otros artículos, baste por lo pronto con lo expresado en el artículo anterior (en concreto, lo escrito sobre la astuta serpiente del Génesis, animal metafórico que, “en su movimiento reptil, parece perseguirse a sí misma“); así como en los artículos enlazados con él.
Respecto al texto de Einstein, centrémonos en el primer y último de los Nombres propios que cita: Moisés y Karl Marx, entre cuyas vidas se extiende, para empezar, un océano de más de 3.000 años. Pasemos nosotros a citarlos directamente:
Moisés (entre 1.000 y 1.500 a. de C.; subcapítulo “Institución de los jueces” del «Libro del Éxodo»): “Al día siguiente, se sentó Moisés para juzgar al pueblo, y el pueblo estuvo ante Moisés desde la mañana hasta la noche.[…] «¿Cómo haces eso con el pueblo? ¿Por qué te sientas tú solo haciendo que todo el pueblo tenga que permanecer delante de ti desde la mañana hasta la noche?» Contestó Moisés a su suegro [Jetró, sacerdote de Madián]: «es que el pueblo viene a mí para consultar a Dios. Cuando tienen un pleito vienen a mí; yo dicto sentencia entre unos y otros; y les doy a conocer los preceptos de Dios y sus leyes».
Entonces, el suegro de Moisés le dijo: «No está bien lo que estás haciendo. Acabarás agotándote, tú y este pueblo que está contigo […] Así que escúchame, te voy a dar un consejo:, y Dios estará siempre contigo. Sé tú el representante del pueblo delante de Dios y lleva ante Dios sus asuntos. Enséñales los preceptos y las leyes, dales a conocer el camino que deben seguir y las obras que han de practicar. Pero elige de entre el pueblo hombres capaces, temerosos de Dios, hombres fieles e incorruptibles, y ponlos al frente del pueblo como jefes de mil, jefes de ciento, jefes de cincuenta y jefes de diez. Ellos estarán a todas horas a disposición del pueblo; te presentarán a ti los asuntos más graves pero, en los asuntos de menor importancia, que decidan ellos.[…] Si haces esto. Dios te comunicará sus órdenes, tú podrás resistir, y todo este pueblo, por su parte, podrá volver en paz a su lugar.»
Escuchó Moisés la voz de su suegro e hizo todo lo que le había dicho. Eligió, pues, hombres capaces de entre todo Israel, y los puso al frente del pueblo…” (7)
[[Sin dificultad puede apreciarse, en el sencillo y conciso texto anterior, la ideación y justificación de la génesis y organización elemental, para el pueblo judío, de un «Estado de Derecho» en forma embrionaria, por decirlo así. En ese «proto-Estado» tanto «Ley» como «Justicia» procederían, según la narración, de Dios, por quien son transmitidas al «representante del pueblo», Moisés. Éste, al «dictar sentencia entre unos y otros» resolvía desencuentros entre personas que «tenían un pleito», es decir, entre quienes reclamaban Justicia por, entendemos, existir entre ellos algún «conflicto de intereses» (sin que sepamos el grado de «materialidad» de los mismos); es decir, un «conflicto de razones». Recordamos aquí el objeto de «la Ley» según el alemán Rudolf von Ihering (1818-1892), uno de los juristas más renombrados de todos los tiempos en la Europa continental: “la ley resuelve siempre un conflicto de intereses” (8).]]
– Karl Marx (1875; en “Crítica al Programa de Gotha”): “Pese a todo su cascabeleo democrático, el Programa está todo él infestado hasta el tuétano de la fe servil de la secta lasalleana en el Estado; o -lo que no es mejor, ni mucho menos-, de la superstición democrática; o es, más bien, un compromiso entre esas dos supersticiones, ninguna de las cuales tiene nada que ver con el socialismo.” (9)
[[Aclaramos: el “Programa de Gotha” fue el Programa del Partido cuyo Congreso fundacional se celebró en 1875 en Gotha -Alemania-, dicho Partido fue el inmediato precursor del Partido Socialdemócrata Alemán (SPD). En dicho Congreso y Programa triunfaron las tesis de los seguidores de Ferdinand Lasalle (1825-1864; de ahí el apelativo “secta lasalleana”(9) de Marx). Lasalle fue fundador e ideólogo de la “La Asociación General de Trabajadores Alemanes”. Pero sobre esto nos extenderemos en la siguiente parte del presente artículo.]]
Que el lector considere, por sí mismo y en primer lugar, las asociaciones que permiten relacionar los textos y referencias de los célebres autores mencionados en los últimos artículos (Platón, Aristóteles, Thommas Hobbes, Immanuel Kant y W.G. Hegel –inmediato precursor de Marx*-) con el sencillo, inocente y preñado de significación texto del «Libro del Éxodo». Sugiero que, en ese texto, se sustituya la palabra «Dios» por «Razón» (Platón, Aristóteles –“la ley es razón sin deseo”(10)– y Kant); o por «Razón de Estado-Poder» (Hobbes –quien denominó al Estado “dios mortal”(4)–); o directamente por «Estado-Poder» como “razón en la Tierra” (11) y “determinación de la esencia divina misma” (11) (Hegel). Sin olvidar las esperpénticas liturgias de culto a la «diosa Razón-Filosofía» y al «Ser Supremo» (Robespierre), que fueron escenificadas durante la época del Terror en la fracasada «Revolución-Reacción» francesa.
Concluimos recordando lo que nos decía Dalmacio Negro que fue proclama de Ferdinand Lasalle: “¡El Estado es Dios!” (12). Así como la frase de don Dalmacio en “Historia de las formas del Estado. Una introducción” (2010): “la historia del Estado desde el siglo XX [el siglo del totalitarismo], es ininteligible sin el marxismo.” (12) Y afirmando que, si tuviéramos que reducir a una sola palabra toda la «psico-ideología» que construye Marx respecto a la Historia humana, esa palabra sería ésta: «Interés» (tanto o más que la ideología político-económica liberal, de la que, en el fondo, trae su causa). Y ciertamente, no le faltaron «razones» -relaciones- en su pretensión de hilvanar o coser toda la Historia con ese negro hilo materialista: el hilo del «Poder» y del «Din€ro»):
Karl Marx (1844; en el tercero de los “Manuscritos de economía y filosofía” ): “la Economía, pese a su mundana y placentera apariencia, es una verdadera ciencia moral, la más moral de las ciencias. […] Lo que el dinero es para mí, lo que puedo pagar, es decir, lo que el dinero puede comprar, eso «soy yo», el poseedor del dinero mismo.[…] Si el dinero es el vínculo que me liga a la vida «humana», que liga a la sociedad, que me liga con la Naturaleza y con el hombre, ¿no es el dinero el vínculo de todos los vínculos?” (13) (*)
Hannah Arendt (1951; en “De Hegel a Marx”): “lo que reemplaza en Marx a la «astucia de la razón» [de Hegel] es, como sabemos, el interés, en el sentido de interés de clase […]. Lo que hace a la Historia comprensible es el conflicto de intereses; lo que le da sentido es la asunción de que el interés de la clase trabajadora es idéntico al interés de la Humanidad; y para Marx esto quiere decir que es idéntico al interés, no de la mayoría de los hombres, sino de la humanidad esencial de la especie humana.” (14)
Dalmacio Negro (2010; en obra citada): “la política del Estado socialdemócrata, basada en el dinero, aboca a una visión cuantitativa masificadora, puramente financiera.” (12)
(*). En el pasaje sobre el dinero, Karl Marx se expresa en primera persona, pero como poniéndose en el lugar de cualquiera. El texto anterior de Marx se corresponde con una “explicación del siguiente pasaje goethiano” (13) (previamente reproducido en el manuscrito):
“¡Qué diablo! ¡Claro que manos y pies,
y cabeza y trasero son tuyos!
Pero todo esto que yo tranquilamente gozo
¿es por eso menos mío?
Si puedo pagar seis potros,
¿no son sus fuerzas las mías?
Los conduzco y soy todo un señor,
como si tuviese veinticuatro patas.”
(Mefistófeles en 1ª Parte de “Fausto” de J.W. Goethe –ed. orig. 1808-).
(1) NIETZSCHE, Friedrich. “Aurora. (Reflexiones sobre los prejuicios morales)” . Alba Editorial, SL. [edic. orig. 1881].
(2) NIETZSCHE, Friedrich. “Humano, demasiado humano”. Jorge A. Mestas; Edic. Escolares, S.L. 2002. [Ed. orig. 1878].
(3) PLATÓN. “Las Leyes”. Alianza Editorial, S.A.. 2014. [escrito s. IV a de C.].
(4) HOBBES, Thomas. “Leviatán [o “La materia, forma y poder de un Estado eclesiástico y civil”]. Alianza Editorial, S.A. 2011. [Ed. orig.: 1651].
(5) EINSTEIN, Albert. “Mis ideas y opiniones”. Antoni Bosch, editor, S.A. 2011. [Ed. orig.: 1651]. Del artículo publicado en “Collier’s Magazine” el 26-XI-1938: “¿Por qué se odia a los judíos? Epígrafe: “¿Qué es un judío?”
(6) FROMM, Erich. “Y seréis como dioses”. Espasa Libros, S.L.U. 2012. [Ed. orig.: 1960].
(7) Libro del ÉXODO. En “Biblia de Jerusalén”. Editorial Española Desclée de Brouwer, S.A. 1967.
(8) Cita aproximada de VON IHERING, Rudolf, tomada en conversación personal con D. Antonio García-Trevijano.
(9) MARX, Karl. “Crítica del Programa de Gotha” o “Glosas marginales al Programa del Partido Obrero Alemán” [escritas en 1875], en “Escritos sobre materialismo histórico”. Alianza Editorial, S.A.. 2012.
(10) ARISTÓTELES. “Política”. [s. IV a. de C.] Editorial Gredos, S.A. 2000.
(11) HEGEL, Georg Wilhelm Friedrich. “Introducción general y especial a las «Lecciones sobre la filosofía de la historia universal»”. Alianza Editorial, 2013. [escritas década 1820].
(12) NEGRO, Dalmacio. “Historia de las formas del Estado. Una introducción”. El Buey Mudo, 2010.
(13) MARX, Karl. “Manuscritos de economía y filosofía”. Alianza Editorial, S.A.. 2010. [escritos en 1844].
(14) ARENDT, Hannah. “La promesa de la política”. Texto “De Hegel a Marx”, extraído de su “Diario Filosófico” (cuadernos en que Hannah Arendt escribía a mano muchos de sus pensamientos). Ediciones Paidós Ibérica, S.A. 2008.