PEDRO M. GONZÁLEZ
Pablo Iglesias propone a quien fuera vocal del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) José Manuel Gómez Benítez que se integre en la lista de su partido para las próximas generales.
Gómez Benítez, miembro del órgano de gobierno de los jueces a propuesta del PSOE y ubicado en su Comisión Permanente, protagonizó mil batallas políticas por el control político del gallinero judicial español defendiendo a su facción.
Sus méritos se completan con ser el abogado de Garzón (el prevaricador, no el político) y representante del gobierno en las últimas negociaciones con ETA.
Pero quizá la aportación más importante al mundo del Derecho de este Catedrático de Penal sea el concepto de dimisión en grado de tentativa como muestra de berrinche institucional, que luego se aplicaran los “magistrados” del Tribunal Constitucional Eugenio Gay, Elisa Vera y Javier Delgado.
Se trata de un expediente singular. Se dimite poniendo el cargo a disposición de quien proceda, pero para que no se le acepte por el superior. Luego, a seguir en el cargo libre de polvo y paja. Eso sí, continuando en la conducta pecaminosa y en la percepción del peculio y honores correspondientes.
Las elementales normas de urbanidad califican eso de la “dimisión irrevocable” como un pleonasmo. ¿Pero cómo alguien con la mínima consideración de si mismo que haya tomado la decisión de abandonar un cargo puede permitir que se le sujete a la silla? No cabe mayor indignidad, por no hablar de la descalificación automática que supone para seguir en el ejercicio de las funciones atribuidas.
Ni que decir tiene que tras la rabieta con sus compañeros de curia, Gómez Benítez finalizó su mandato sólo tras la composición del nuevo Pleno en Diciembre de 2.013. Ahora, a las listas de partido. Seguro que le va bien.