IGNACIO ALCARAZ CÁNOVAS.
El siglo XIX fue fecundo para España en himnos de distinta procedencia, que pretendían subrayar el amor a la Patria, aunque al principio más bien tendían a destacar hechos concretos del momento histórico o político, bien fuera a las víctimas del 2 de mayo de 1808, el restablecimiento de la Constitución, la guerra de Cuba (Marcha de Cádiz), o la popular «Trágala» o con la que los liberales vejaban a los absolutistas:
«Trágala, trágala,
vil servilón.
Trágala, trágala,
la constitución.»
Durante el trienio liberal (1820-1823), el Himno de Riego fue el himno nacional. Se trataba de una marcha militar con letra del comandante Evaristo San Miguel Valledor. La música se ha atribuido al compositor valenciano José Melchor Gomis Colomer, autor de óperas y músico mayor del regimiento de Barcelona que terminó exiliado por «afrancesado». También se han considerado como autores al profesor Manuel Varó, miembro de la Banda de la Caballería que llevaba Riego en su columna, y al compositor militar José María de Reart y Copons, que perdió una pierna en la guerra de la Independencia.
La letra del Himno de Riego, mantenido a través de los años y en todas las circunstancias es la siguiente:
Serenos y alegres,
Valientes y osados,
cantemos soldados,
el himno a la lid.
De nuestros acentos,
el orbe se admire,
y en nosotros mire,
a los hijos del Cid.
Soldados la patria,
nos llama a la lid,
juremos por ella,
vencer o morir.
El mundo vio nunca,
más noble osadía,
ni vio nunca un día,
más grande el valor,
que aquel que, inflamado,
nos vimos del fuego,
excitar a Riego,
de Patria el amor.
Soldados la patria.
nos llama a la lid,
juremos por ella.
vencer o morir.
La trompa guerrera,
Sus ecos da al viento,
horror al sediento,
ya ruge el cañón.
A Marte, sañudo,
la audacia provoca,
y el ingenio invoca,
de nuestra nación.
Soldados la patria,
nos llama a la lid,
juremos por ella,
vencer o morir.
El Himno se cantó por las tropas liberales durante la primera guerra carlista, si bien fue prohibido en la Década ominosa, (1823-1833) y en parte del reinado de Isabel II.
En 1870 el general Prim promovió un concurso de himnos nacionales, al no admitir la Marcha de Granaderos. Se conoce la correspondencia que mantuvo con Francisco Asenjo Barbieri sobre esta cuestión. Concurrieron 476 obras que se conservan en el Archivo Militar de Segovia. El jurado, compuesto por Eslava, Arrieta y Barbieri, declaró desierto el concurso y Barbieri propuso a Prim aceptar la Marcha de Granaderos.