Roberto Centeno

ROBERTO CENTENO

Cuando un organismo internacional ha tenido como presidentes a personajes de la catadura moral e intelectual de Rato y Strauss-Kahn, es obvio que algo muy muy grave ocurre en su estructura interna. No es de extrañar que no dé una a derechas en sus previsiones macro, que sea incapaz de adelantarse a los acontecimientos como la crisis financiera de 2008, que simplemente ni la olió, lo que no les impide seguir pontificando sobre lo que hay o no hay que hacer para salir de una crisis sobre la que han demostrado desconocerlo todo. Cuando hace recomendaciones a países, a España en concreto, no tienen ni la menor idea de nuestros verdaderos problemas, algo inaceptable en un organismo internacional con legiones de economistas y analistas, y les importa una higa el drama social y el sufrimiento inimaginable que sus medidas suponen.

Para empezar, esta banda de ineptos e irresponsables de lujo, los Ratos y los Strauss-Kahn actuales, se deshace en elogios sobre el crecimiento de España, algo que de inmediato Rajoy y su banda se han apresurado a difundir y a magnificar. Unos elogios que ignoran de plano la realidad global de la economía española para fijarse en un solo aspecto, que además está mal medido porque hace abstracción del efecto de la caída de precios sobre la creación de riqueza real, algo que no es de recibo en una institución como el FMI. Pero sobre todo supone un diagnóstico totalmente erróneo sobre hacia dónde se dirige la nación española, que no es hacia la recuperación, sino hacia la quiebra.

Porque cuando un país, por cada euro de riqueza creada, necesita endeudarse en siete (considerando solo la parte de deuda según el Protocolo de Déficit Excesivo), o en dieciocho considerando la deuda total (pasivos en circulación), es evidente que ese país va directo al abismo. Si a eso se le suma que los intereses pagados en las nuevas emisiones de deuda se han doblado, e irán a más conforme pasen los meses por el doble efecto de la creciente aversión al riesgo en los mercados de bonos y la subida de tipos en EEUU, y que losresultados electorales han llevado al frenazo brusco de la inversión, el panorama descrito por el FMI es justo el opuesto a la realidad.

El FMI ignora el despilfarro y pide más impuestos

Pero donde el análisis del FMI adquiere el carácter de esperpento es en sus recomendaciones para “consolidar la recuperación”. Más impuestos, menos prestaciones por desempleo, copago en sanidad y educación, menores pensiones y mayor facilidad para despedir a la gente. Uno se queda mudo de asombro ante tanta ignorancia y tanto desprecio por el sufrimiento de los españoles. El FMI, como Rajoy y su banda, carecen de piedad.

¿Cómo es que una institución con unos medios de análisis que están entre los mejores del mundo puede pasar por alto que el gasto político improductivo y la corrupción suponen un despilfarro equivalente al 10% del PIB anualmente? ¿Cómo pueden ignorar que las duplicidades entre AAPP suponen un gasto inútil de 34.000 millones de euros anuales? ¿Cómo pueden ignorar que hay 3.500 empresas públicas perfectamente inútiles creadas exclusivamente para enchufar a más de 400.000 parientes amigos y correligionarios sin tener que dar cuentas a nadie, y para ocultar deuda? Y este gigantesco disparate, que supone un derroche inútil 7 veces mayor que los recortes sociales que proponen, ni siquiera lo mencionan.

¿Cómo puede el FMI desconocer que la falta de competencia en los bienes y servicios comprados por las AAPP lleva a pagar 48.000 millones de euros anuales de más a los oligarcas del Ibex? ¿Cómo osan pedir nuevos recortes de salarios para así mejorar la competitividad, mientras que ni siquiera mencionan que, como consecuencia del abuso de posición dominante por las empresas monopolistas que controlan los sectores esenciales de la economía, tenemos los costos energéticos, financieros o de telecomunicaciones más elevados de Europa, que juntos y sumados tienen un mayor efector sobre la competitividad que los costes laborales?

¿Cómo tienen la desvergüenza y el cinismo de pedir más subidas de impuestos cuando España es el país con mayores cargas fiscales sobre las familias y sobre las pymes de toda la OCDE? ¿O qué decir de su canallesca petición de reducir las prestaciones por desempleo o las pensiones, lo que llevaría no ya a la miseria, sino al hambre a millones, mientras ni mencionan los 20.000 asesores que no asesoran con sueldos de lujo, ni que España tenga más coches oficiales que los EEUU, o los dos millones de empleados públicos inútiles nombrados a dedo con salarios medios que doblan los del sector privado?

Pero ¿a qué se dedican las misiones del FMI que vienen a España?, ¿con quién hablan? ¿Cómo se informan? ¿Con un BdE al servicio más abyecto de un gobierno de ineptos y corruptos, que dice exactamente lo mismo que ellos, con el agravante que ellos están en España y conocen perfectamente qué hay que hacer y de dónde hay que recortar, y en consecuencia mienten conscientemente? ¿Con el equipo económico de Moncloa, para quien el paro en España es consecuencia de que las prestaciones por desempleo son demasiado altas, y en consecuencia la gente prefiere cobrar el paro en lugar de trabajar?

¿O acaso del ministro de Economía, Luis de Guindos, el hombre de Lehman Brothers en España que arruinó a miles de inversores vendiéndoles basura estructurada y empaquetada como si fuera oro molido, que ha endeudado salvajemente a varias generaciones de españoles para devolver hasta el último euro a las cajas alemanas que con absoluta insensatez se los prestaron a los políticos corruptos que dirigían las cajas españolas, algo que no ha sucedido en ningún lugar del planeta donde los acreedores han experimentado sin excepción pérdidas a juego con su insensatez?

No se han molestado en comprobar nada, no se han molestado en analizar las causas de nada. Han ignorado el insultante proceso de concentración de riqueza, las sangrantes diferencias en la distribución de la renta, la peor de toda Europa. Han hecho caso omiso de la destrucción de la clase media, un tercio de la cual ha sido aniquilada desde que comenzó la crisis; se han limitado a las recetas neoclásicas que ni funcionaron el pasado ni van a funcionar ahora, y si ello supone hambre y miseria a ellos les trae completamente sin cuidado, todas sus políticas no llevan a la salida de la crisis, sino a una mayor concentración aún de la renta y la riqueza en manos de las élites financieras y monopolistas.

De la gigantesca burbuja de deuda ni siquiera hablan. De preguntarse que esa deuda haya crecido en 590.000 millones de euros en tres años –o el 56% del PIB–, la mayor de la historia de España y de Europa, ya ni siquiera se asombran ni se escandalizan, y ni siquiera se molestan en analizar dónde narices ha ido esa gigantesca suma de dinero. Que seguir hinchándola con el QE del BCE que se está despilfarrando sin control alguno es el camino seguro al desastre ni lo mencionan, porque lo importante es recortar en sanidad y en educación, no el despilfarro en gasto político y en rescatar a los oligarcas del Ibex, el único índice bursátil del mundo donde todas las empresas menos una (Inditex) dependen en sus resultados del BOE, no de su competitividad ni de su gestión empresarial.

Todas las recomendaciones del FMI, toda su política, ha ido dirigida en un único sentido: conseguir que los culpables de la crisis salgan no solo indemnes, sino mucho más ricos de lo que eran, y que los inocentes hayan pagado por ellos. Una política que coincide punto por punto con la de Zapatero y la de Rajoy. Este ha sido el verdadero efecto útil de las políticas del Fondo. Y lo que es peor, siguen insistiendo sin inmutarse en las mismas políticas que nos han llevado al desastre, haciéndonos pasar de la burbuja inmobiliaria a la burbuja de deuda, a una crisis sistémica en el sector bancario y a un empobrecimiento generalizado de la clase media y de la clase trabajadora. El FMI jamás ha reconocido haberse equivocado de medio a medio ni ha explicado la razón de la sinrazón de tamaños despropósitos. Antes al contrario, han seguido pontificando y dando las mismas recetas fracasadas como si no hubiera pasado nada.

El ministro de Economía y Competitividad español, Luis de Guindos. (EFE)
El ministro de Economía y Competitividad español, Luis de Guindos. (EFE)

Linde se sube el sueldo y pide moderación salarial

El BdE, que suscribe punto por punto todos los disparates y sinsentidos que propone el FMI, ha perdido el 70% de sus funciones y en consecuencia debería haber reducido su personal y su sueldo en un 70% de acuerdo con sus modestas y reducidas funciones, siendo así que el personal del BdE es el mejor pagado de todo el sector público con diferencia. Pues nada parecido. El gobernador Linde y el subgobernador, en un alarde de desvergüenza y miseria moral sin precedentes, se suben el sueldo un 5,8% (en torno a los 200.000 euros anuales) mientras afirman sin sonrojarse que las “subidas salariales en torno al 0%, son manifiestamente excesivas, porque frenarán las ganancias de competitividad de la economía española en los últimos años”. No solo es suinsensibilidad moral la que se pone de manifiesto, sino su ofensivo cinismo equivalente al menosprecio público y a lo público.

Y estos inmorales, siempre al servicio del gobierno de turno y de la élites económicas y financieras, son los “guardianes” de la ortodoxia económica, que al igual que el FMI pasa por mantener íntegro el despilfarro público, mientras exigen subidas del IVA, de los impuestos especiales, de los medioambientales, un camelo para elevar más aún los impuestos indirectos que gravan desproporcionadamente a las rentas más bajas; exigen reducciones de la cobertura del paro, el copago en sanidad y educación, pero no exigen cerrar los miles de empresas públicas inútiles; no exigen acabar con las duplicidades entre AAPP; no exigen recortar los miles de asesores ni los cientos de miles de enchufados ni acabar con los monopolios, y así terminar de raíz con los escandalosos sobreprecios que cargan a los ciudadanos y a las AAPP que también pagamos los ciudadanos.

Al igual que MAFO –quien no solo ignoró el informe de los inspectores sobre el desastre que se avecinaba sobre el descontrol y la irresponsabilidad absolutas en la concesión de créditos, algo que era 100% de su responsabilidad, y mintió sin rubor a los españoles negando la existencia de una burbuja inmobiliaria animándoles a endeudarse porque los pisos nunca podían bajar de precios, y ocultó la crisis durante años permitiendo a bancos y cajas mentir sistemáticamente sobre la realidad de sus balances, algo por lo debería haber sido procesado, Linde está ocultando la realidad de la deuda, la realidad de que es inasumible, la realidad de que no vamos a la recuperación sino a la quiebra, la realidad de que el sistema pensiones no se sostiene y que deberán ser recortadas drásticamente en cuanto se agote la caja de las mismas.Espero que algún día se audite el proceder de los gestores del BdE y respondan por todo el daño que por acción u omisión están haciendo a la nación española.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí