PACO BONO SANZ
Ideario: A su vez, al tiempo de crearse Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía, desde otras partes de España surgieron voces que reclamaban un giro similar en la política española, especialmente por dos razones. En primer lugar, por el incierto camino al que conduce un Estado de las autonomías que no sabe encontrar un modelo definitivo y la amenaza que suponen unos nuevos cambios estatutarios orientados por mayorías condicionadas por partidos nacionalistas. En segundo lugar, para superar una agria confrontación entre los dos grandes partidos españoles en la que se da más importancia a la visceralidad que a la razón. Por estos motivos, los problemas de Cataluña y del resto de España, a la postre, tienen muchos puntos de conexión y las soluciones muchos puntos de encuentro.
Crítica: Si se gira demasiado, el resultado puede ser un mareo de narices. Cierto es que el Estado de las autonomías fue una atrocidad. No podéis denunciar el fracaso del Estado de las autonomías sin nombrar al responsable, que no fue otro que el Presidente del Gobierno nombrado a dedo por Juan Carlos antes de que se celebrasen las primeras elecciones partidocráticas. Adolfo Suárez, jefe de la Falange, un franquista, fue el encargado no de traer la democracia, sino de fundar el consenso político y la socialdemocracia, así como de garantizar que el poder del Estado continuara sin control. Respecto al “segundo lugar”, sois unos cínicos, puesto que si el régimen actual se basa en el consenso, que no es otra cosa que pensamiento único en el Estado para el reparto del botín y del poder, esa “agria” confrontación entre los dos grandes partidos es falsa, puro teatro cara a la galería. ¿Visceralidad? ¿Razón? La visceralidad está en la renuncia a los ideales a cambio del poder (consenso), que nos revuelve las vísceras, claro que sí, ya que la única razón que albergan los dos grandes partidos estatales no es otra que la perpetua consumación de su poder en el Estado, sin control ninguno.
Ideario: Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía es un partido que nace con el compromiso de aportar nuevas ideas, impulsar nuevas políticas y restituir el principio de realidad en la política española.
Crítica: Desde luego, sin ideas no hay ideario. Respecto a las “políticas”, de nuevo, insisto en que un partido no puede tener más que una sola política. Sin embargo, sí que puede proponer distintas medidas políticas. Si queréis restituir el principio de realidad, deberéis asumir tres cuestiones de gran trascendencia:
1- La llamada Transición española fue en verdad una Transacción, una reforma política del franquismo. Por lo tanto, la estructura del Estado es franquista, ya que el régimen actual se levanta sobre el Estado fundado por Franco. No hubo ruptura democrática y el poder del Estado sigue sin control efectivo.
2- En España no hay Constitución formal, porque la Constitución de 1978, redactada en secreto, ni separa los poderes del Estado, ni garantiza los derechos de los españoles. Y como dice la Declaración de derechos del hombre y del ciudadano en su artículo dieciséis: “Aquella sociedad donde la separación de poderes no está determinada, ni la garantía de derechos asegurada, no tiene constitución”.
3- En España no hay una democracia formal, porque no existe separación de poderes, porque no hay representación ciudadana, sino de partidos y porque no hay igualdad de todos ante la ley (hay una monarquía con inviolabilidad del Jefe del Estado).
Continuará…