Roberto Centeno

ROBERTO CENTENO

El lunes pasado fue un gran día para Crimea, aunque no para los nazis de Kiev. El referéndum fue unánime, pero absolutamente limpio y democrático. Una aplastante mayoría de ucranianos quieren ser parte de Rusia, a la que han pertenecido desde que los zares acabaron en 1783 con el Kanato de Kiev, vasallo musulmán del Imperio Otomano desde 1441. Y, por otro lado, ¿quién puede tachar el referéndum de inconstitucional, cuando los golpistas de Kiev han derribado por la fuerza a un Gobierno legítimo y han suplantado la Constitución de Ucrania por la fuerza de los hechos consumados?, ¿qué ley internacional se ha violado en Crimea? Claro que, para la escoria de informadores a que estamos acostumbrados en España, que un ruso quiera ser ruso, o un español, español, es puro fascismo.

En agosto de 1936, Miguel de Unamuno denunció en Salamanca que “el Gobierno de Madrid ha caído en manos de unos pistoleros”, lo mismo que hoy en Kiev. ¿Y es con estos delincuentes golpistas con los que Bruselas va a firmar un acuerdo de asociación? Cuando EEUU ha creado estados tapón o instalado gobiernos marioneta para defender sus intereses estratégicos y políticos, más los comerciales de sus corporaciones, a eso se le llama “promover la libertad y la democracia”. Cuando Rusia quiere recuperar la soberanía de lo que siempre ha sido suyo, su territorio histórico, habitado por una mayoría de su propia gente, eso es “una agresión intolerable”.

O sea, que los españoles vamos a aportar 1.094 millones para los forajidos que van a proteger a los golpistasEn sólo una semana en Crimea se han producido estos hechos intolerables: los funcionarios han multiplicado su salario por 2,4 (el nivel ruso), los no funcionarios esperan ver su renta disponible multiplicarse por 3,6 (el PIB per cápita ruso es de 14.100 $ frente a 3.800 $ el de Ucrania), los jóvenes tienen acceso inmediato a cualquier universidad rusa, las becas se han multiplicado por cinco, el gas y la electricidad han bajado a la mitad, etcétera. A uno se cae la cara de vergüenzaviendo a la basura informativa y casi delictiva, en nuestros medios y tertulias, diciendo que se ha votado con las pistolas rusas apuntándoles.

De los más de 18.000 hombres que constituían las tropas ucranianas en Crimea, unos 17.000 han solicitado su integración en el Ejército ruso y 54 de los 67 buques de la flota ucraniana en el mar Negro han izado la bandera rusa. Los que han decidido no integrarse abandonarán Crimea en los próximos días,no serán exterminados como hizo la OTAN con las tropas serbias en Kosovo. Todo ello se ha realizado pacíficamente y sin incidente alguno. En el aeropuerto civil de Simferópol, el mayor de Crimea, la totalidad del personal y los controladores han solicitado la nacionalidad rusa, algo nada sorprendente porque 9 de cada 10 son rusos, y el resto prefiere cobrar todos los meses y no uno sí y otro no, de acuerdo con los salarios de los aeropuertos civiles rusos, que son tres veces mayores.

La preocupación de los servicios de inteligencia y las empresas de EEUU

La pasada semana, un gran amigo mío, muy conectado con el Pentágono a través de la empresa militar privada Blackwater (hoy Academi), de la que es su segundo accionista –y porque, junto con la petrolera tejana Coastal, suministramos 1,6 millones de toneladas de keroseno durante la Guerra del Golfo para el puente aéreo vía Torrejón, las cisternas KC-135 de Zaragoza y los escuadrones de B-52 de Morón, a cuyos despegues ciertamente espectaculares, cargados con 30 toneladas de bombas y cuatro misiles de crucero, para lo que necesitaban la ayuda de cohetes, gustaban de asistir altos cargos de la Junta y miembros del Gobierno del PSOE–,  me presentó en el Hotel Villa Magna de Madrid a un ex alto oficial de inteligencia  de los EEUU, al que le había enviado mi artículo del lunes 10 en esta páginas.

Para mi sorpresa, estaba encantado con el artículo porque, según él, toda la comunidad de inteligencia, desde la CIA a la NSA, está convencida de que las decisiones tomadas por Putin no van dirigidas a reconstruir la antigua Unión Soviética, como han denunciado varios de sus políticos, sino que están intentando crear una zona de seguridad contra la política expansionista de la OTAN, que ha sobrepasado de lejos todas las líneas rojas. “¿Qué hizo Kennedy en el caso de Cuba?, ¿por qué ahora se rasgan las vestiduras si Putin tampoco quiere tolerar, por las mismas razones, al enemigo a las puertas, a una Ucrania dirigida por unos nazis golpistas apoyados por Polonia y la extrema derecha europea y americana?”.

“El interés de los Estados Unidos no está en enfrentarse, sino en aliarse, con Rusia, porque sería desastroso que se vuelque hacia China y hacia el Pacífico, que es donde están nuestros intereses económicos, y deje de colaborar en Oriente Medio, y todo para ayudar a unos nazis golpistas”. Las grandes empresas norteamericanas, desde Exxon a General Electric, desde Boeing a McDonald’s, están muy preocupadas porque Obama se deje arrastrar por Polonia, que ha estado detrás de todo el golpe de Estado y cuya intención es recuperar el tercio de su territorio que le fue arrebatado por la URSS (hoy el oeste de Ucrania) pero sin devolver a Alemania el territorio de Silesia que recibió en compensación”.

​En la misma línea, Bloomberg afirmaba el miércoles: “Después de que la OTAN no haya cesado de expansionarse, después de que EEUU haya apoyado y haya extendido su influencia con varias de las antiguas repúblicas soviéticas, Putin tiene todas la razones del mundo para defenderse”. Pero lo que dijo después el exoficial de inteligencia me dejó pasmado: “Los 15.000 millones de dólares que la UE van a entregar a los nazis de Kiev van a emplearse en su mayor parte en financiar y entrenar una guardia pretoriana del nuevo Gobierno golpista, porque no se fían del Ejército”. O sea, que los españoles vamos a aportar 1.094 millones de dólares para pagar a los forajidos que van a proteger a los golpistas.

En este punto, comenté que algunos medios españoles hablaban de que había gente de Blackwater en Ucrania. Me dijeron que era imposible porque Blackwater, siempre con la bendición del Pentágono, trabaja para Putin y sus aliados, y tienen efectivos equivalentes a una brigada entre Kazajistán, Tayikistán y Kirguistán, aparte de unos 50 drones, luchando contra los islamistas radicales que pretenden resucitar el “Nuevo Califato” con Al Andalus (España) a la cabeza, y a los que están haciendo pedazos, mientras nuestra basura informativa, decidida partidaria de nuestra “rendición preventiva”, los califica de “tristemente célebres mercenarios”.

Las disparatadas contradicciones de EEUU

El exoficial de inteligencia nos hizo después el relato más estremecedor que he escuchado jamás de las disparatadas contradicciones de la política exterior norteamericana, lo que hace que la comunidad de inteligencia de EEUU esté, por decirlo suavemente, hasta el gorro de sus políticos. El resumen es que EEUU traiciona sin pestañear a todos sus amigos. “A Hosni Mubarak, fiel entre los fieles a EEUU, le abandonaron en manos de los integristas enemigos mortales de Occidente”. “A Gadafi, no un amigo de EEUU pero sí un bastión esencial contra la expansión del terrorismo en el Mediterráneo, le destruyeron militarmente para que los islamistas le asesinasen y tomasen el poder”.

“A los tres pakistaníes amigos que conducen al descubrimiento del escondite de Bin Laden, EEUU los abandona a su suerte y hoy se pudren en las prisiones de Pakistán, si es que no están ya muertos. (…) Apoyan a los terroristas e integristas para derrocar al régimen sirio, sólo la intervención de Putin evita el desastre. (…) En Kosovo, provincia de mayoría serbia, la OTAN encabezada por EEUU expulsa a los serbios a sangre y fuego y entrega el país a las mafias albano-kosovares”.  Y, ahora, “¿se van a meter en una guerra de sanciones desastrosa para EEUU para defender a unos nazis golpistas protegidos por Polonia, donde todas la desventajas están del lado occidental, que somos los que más tenemos que perder?”.

Como señalaba USA Today el jueves, “la exposición de EEUU a Rusia está creciendo a gran velocidad, por lo que una escalada de sanciones puede perjudicar más a EEUU que a Rusia. (…) Las inversiones de EEUU en Rusia ascendieron a 14.100 millones de dólares en 2012, y las ventas de empresas norteamericanas a 45.800 millones de dólares”. Lo importante no son las sanciones oficiales, sino lo que ocurra en los mercados. Las acciones de las grandes empresas norteamericanas con alta exposición a Rusia no pararon de subir en toda la pasada semana, lo que significa que el mercado piensa que las “sanciones” son una pura comedia… ¡Esperémoslo!

De momento, estas se han limitado a quitar los visados a una veintena de personas del círculo de Putin y a congelar temporalmente sus activos, lo que le ha venido de cine al presidente ruso, cuya popularidad ha subido a más del 90%. El jueves se reunió con las mayores fortunas de Rusia y les dijo que se registren en el país tanto ellos como sus empresas ya, y que empiecen a pagar impuestos en su patria, porque si EEUU y la UE congelan sus activos no moverá un dedo para ayudarlos.

Putin ha decidido no responder a las “sanciones” y dejar que los alemanes echen las cuentas del gas,donde necesitan doblar sus importaciones de Rusia por el cierre de las nucleares, y de sus exportaciones masivas de todo tipo; los italianos, cuyas ventas de moda y lujo son enormes; Gran Bretaña, donde el dinero ruso es vital para la City; o Francia, que acaba de entregar a Rusia un portahelicópteros ultramoderno para aparatos de ataque más, en breve, un contrato de 1.400 millones de euros.

Y aquí hay un tema que entra en lo paranormal. EEUU le ha dicho a Ucrania y al resto de Europa que no se preocupen por el gas porque a partir de noviembre pueden suministrar gas líquido, pero, eso sí, ¡tres veces más caro que el procedente de Rusia! De chiste.

De líderes patriotas y de corruptos traidores

La historia ayuda a comprender bien la desconfianza de Putin y del pueblo ruso. Durante siglos, Rusia ha tenido que contener a los mongoles, a las incursiones de los vikingos, al Imperio Otomano, a Napoleón, que destruiría Moscú, o a los nazis, que mataron a 27 millones de rusos. Rusia ha tenido que combatir sin pausa por sobrevivir en un mundo hostil. Y esto, para los rusos en general y para Putin en particular, es algo muy personal. Su hermano mayor murió de hambre en el sitio de Leningrado junto con un millón de personas más; su familia quedó diezmada, como la mayoría de familias rusas. La historia es un arma política para Putin: “Rusia es más que una nación y más que un pueblo, es una cultura y una civilización”.

España tiene enormes paralelismos con Rusia. Durante 800 años nuestros antepasados “mantuvieron una enconada lucha de liberación contra un enemigo implacable que sometió a la mayor parte de la población dominada a una ciudadanía de segunda clase, a la esclavitud o al exilio” (1) hasta recuperar nuestro territorio, lo que dio lugar a la gran gesta hispánica (1492-1592), que nos convertiría en un imperio, que hoy es una cultura y una civilización.

Pero desde la infausta Transición, en la que unos políticos ignorantes, ambiciosos y traidores, se repartieron el poder, se ha destruido todo vestigio de patriotismo. “España es algo discutido y discutible”, en palabras del felón Zapatero. “Todo en Crimea habla de nuestra historia compartida y nuestro orgullo nacional”, dice Putin. ¿Sabe usted que es eso, Majestad? ¿Lo saben acaso los apátridas de Rajoy o Rubalcaba, dispuestos a la negociar la ruptura de España porque hablando de entiende la gente? Y aquí es imposible ignorar las palabras del inculto y el descerebrado ministro Margallo: “Los casos de Crimea y Cataluña son idénticos”, dijo. ¿Pero cómo que son idénticos? Es casi imposible encontrar dos realidades más opuestas, y además, dónde están los somatenes catalanes dispuestos a dar su vida por la separación de Cataluña.

Adicionalmente, Putin ha advertido a los nazis de Kiev que no va tolerar las discriminaciones a la población prorrusa en Ucrania. Lo contrario que Rajoy o al Rey, que han dejado a los españoles no nacionalistas en Cataluña a merced de una minoría nacionalista que los discrimina y los priva de sus derechos. Rajoy no sólo no defiende a los no nacionalistas, sino que permite a los nacionalistas ignorar el Código Penal, la Constitución y los derechos humanos esenciales, y además les suministra la financiación para que lo hagan. No sólo son unos cobardes, son también unos traidores. Van Rompuy, presidente de la Comisión Europea, expresó así su radical oposición a los nacionalismos: “El mayor enemigo de Europa hoy es el egoísmo, el egoísmo lleva al nacionalismo y el nacionalismo lleva a la guerra”.

(1) España contra el islam, César Vidal.

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