ALONSO MARTÍNEZ.

Como si de la gripe invernal se tratara, pero con ganas de quedarse, el sistema proporcional de diputados, que se extiende a todos los países europeos, salvo Reino Unido y Francia con su sistema mayoritario, quiere instalarse también en el país galo.

Hasta ahora Francia había sido inmune a esta “enfermedad”, pero este mes, se ha presentado un informe para la renovación democrática solicitado, por el Presidente de la República, a la comisión de renovación y deontología de la vida pública, coordinada por el antiguo primer ministro Lionel Jospin, y cuyas proposiciones serán debatidas en la Asamblea Nacional a primeros del 2013.

Se analiza la introducción del sistema proporcional haciéndolo compatible e independiente del actual sistema mayoritario, a pesar de señalar en dicho informe la ventaja que significa éste último por establecer un nexo directo entre el diputado y sus electores, así como resaltar las cualidades de simplicidad y claridad del mismo: un diputado por distrito. “Tan solo” seria un 10% de los representantes (58 de los 577 actuales) los elegidos por el nuevo sistema proporcional, sin necesidad de aumentar el número actual, creándose para este último una nueva y única circunscripción nacional, que serían elegidos de una lista que propondrían cada partido (como en España). El objetivo que se persigue es dotar a la Asamblea de una mayor representación de las  diferentes corrientes políticas, sin comprometer la mayoría estable que consiguiera cualquiera de los dos grandes partidos.

Seria una forma torticera de intentar controlar por parte de la cúpula de los partidos a un 10% de sus diputados en la toma de decisiones de éstos en la Asamblea Nacional. Si prosperase esta proposición se rompería el vínculo de la Representación, que existe hasta hoy con sus electores, en dicho porcentaje.

Otra cuestión planteada es la de evitar que los representantes nacionales puedan acumular otros cargos políticos diferentes compatibilizándolos  con otros de entidades locales, como alcaldes. Esta proposición es más difícil que se materialice pues más del 80% de los diputados mantienen dicha compatibilidad actualmente, y siendo ellos los que deben votar las proposiciones, no  lo harán favorablemente contra la supresión de un privilegio que les beneficia directamente, a pesar de lo positivo que seria para electores de su distrito, pues dichos diputados dispondrían de más tiempo para la dedicación de sus funciones.

Por otra parte, y mientras en España, se quiere blindar jurídicamente a la familia del Rey, en Francia se propone poner fin a la inviolabilidad de la que goza el Presidente de la  República en materia civil y penal. Se quiere evitar que acciones que no tienen relación con su actuación como Jefe de Estado no puedan ser juzgadas durante los 5 ó 10 años que dure su mandato como ocurre actualmente. La propia comisión en su informe pone un ejemplo, como es la posible interposición de una demanda de reconocimiento de paternidad, que parece sacado de los últimos acontecimientos  acaecidos en España.

Por último y en relación al privilegio de Jurisdicción que gozan los ministros, al ser juzgados por un tribunal especial, La Corte de la Justicia de La República,  se propone la supresión del mismo, junto con la de dicho tribunal formado por jueces que en su mayoría son nombrados por la Asamblea Nacional y el Senado.

Cuando se tiene un sistema de representación, como el de Francia, en el que eligen a un solo diputado en su distrito, los franceses, aunque lo conozcan, no son conscientes (los políticos sí lo son) de la importancia de ello, pues lo viven como algo normal, siendo lo que deberían tener todos los países, derecho a elegir a sus representantes por circunscripción uninominal.

Nos queda, pues, seguir trabajando para en un futuro cercano “la enfermedad” que padecemos hoy en España llegue el remedio, que nos cure de esta somnolencia, y permita ver a muchos españoles el mal que sufrimos todos, que es la falta de Libertad política colectiva, derecho a elegir a nuestro diputado de distrito, y  a nuestro Presidente directamente, siendo la acción más directa para conseguirla la abstención activa, a fin de deslegitimar a este sistema de partidocracia. Un reto que debemos plantearnos es el conseguir esa Libertad Constituyente para España y dejársela a las futuras generaciones como la mejor herencia posible, teniendo la convicción de conseguirlo pues la causa por la que trabajamos es la más noble de todas ellas: La Libertad.

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