JAVIER TORROX.
El ingreso en prisión del expresidente de Caja Madrid, Miguel Blesa, alienta dos preguntas. ¿Cómo es posible que la sociedad tenga que esperar cinco años para que un delincuente como Blesa ingrese en prisión? ¿Cuándo ingresará en prisión Rodrigo Rato tras haber estafado a miles de preferentistas y pequeños accionistas de Bankia?
La respuesta a la primera es bien sencilla. El corrupto régimen oligárquico juancarlista protege a estos criminales porque el mismo régimen es un atroz crimen político que atenta contra todos los españoles. Nada le importa al Poder Judicial que la ausencia de administración de Justicia sea una losa que aplasta a los ciudadanos, que una y otra vez son obligados a pagar la cuenta que dejan estas bestias que nos parasitan hasta dejarnos exangües. Cuando el Poder Judicial se demora; cuando acata órdenes del monarca para beneficiar a su hija o a un jeque amigote suyo y violador de ciudadanas españolas; cuando su Presidencia se cubre con la podredumbre de la corrupción; cuando todo esto sucede, estos atentados criminales no están dirigidos contra la Justicia ni contra el Estado ni contra sus instituciones, sino contra la Nación: contra todos y cada uno de los españoles.
La respuesta a la segunda también es bien sencilla. Por ahora, no. Esto beneficia al propio Rato y perjudica a más de 47 millones de españoles. Pero el Estado sólo se preocupará de procurar el bien de uno porque el del resto, el de todos los demás, le trae sin cuidado. A la vista está.
Estos son los lodos aluviados por la tan enaltecida Transición. A otros los dictadores se les mueren en la cárcel, que es donde deben ir a parar todos en vida. Aquí se murió en la cama y tras haber tenido tiempo de designar sucesor y hasta de hacerlo rey. Una nación que acepta esta anomalía histórica y política paga así su insensatez, con injusticia y satisfecho sometimiento al poder que la oprime.
