LUIS ÁNGEL CALVO PASCUAL
¿Para qué sirve la abstención? Contestar a esta pregunta es el padre nuestro de cada día de todo repúblico. Se trata de una pregunta tramposa, en el sentido de que su planteamiento supedita la abstención a su utilidad, sin tener en cuenta que la naturaleza del voto es la de ser principio de la representatividad política en un determinado sistema de poder. La pregunta aunque tramposa es audaz y guarda en sus tripas el lógico escepticismo de la pretensión fundamental del MCRC: la única manera pacífica de derribar el podrido régimen oligárquico del 78 es mediante la acción política de un movimiento ciudadano abstencionario.
He calificado anteriormente la pregunta de audaz y al escepticismo de lógico porque cualquier sistema político, en condiciones normales, es estable, es decir, es muy difícil de derribar. Una explicación matemática de este hecho se debe al famoso dilema del prisionero de la teoría de Juegos. (Una referencia interesante para estudiarlo es [1]). Básicamente el dilema nos enseña que las fuerzas políticas opositoras no asumen riesgos en común, sino que de manera cobarde, se doblegan a sus intereses particulares (equilibrio de Nash). Esto es lo que pasó en la Transición: Trevijano proponía una ruptura con el régimen anterior que le diera una lección de dignidad y libertad a toda Europa y sus compañeros de juego le traicionaron, eligiendo Nash, es decir, neo-franquismo, dejándose llevar por su interés y el de potencias internacionales. ( enlace a Wikileaks)
En mi anterior artículo, demostraba que en España se vota por odio. De nuevo, el dilema del prisionero explica cómo siendo la abstención la opción natural frente a tanta corrupción y mediocridad en el poder, al no ser una abstención organizada, da lugar a un juego no cooperativo: cada individuo piensa que su vecino va a votar a una opción odiosa y entonces, vota para contrarrestar aunque sea a un partido que no le convenza y a sabiendas de que le va a decepcionar. Es un círculo vicioso del que sólo se sale enseñando y difundiendo a todos los jugadores la opción óptima (eficiencia de Pareto) que es la abstención.
Hay que distinguir los conceptos de autoridad y legitimidad. Como no hubo ruptura con el franquismo, resulta que la legitimidad de todos los políticos, de la Constitución y del Rey en España es la misma que la que tenía Franco: la victoria en la guerra civil. En la partitocracia, la autoridad de los que están en el poder, se mide mediante el número de votos por escaño, que llamaremos precio. La bajada del precio se consigue mediante una bajada en la demanda de voto. Las distintas formas de bajar esta demanda son: la creación de nuevos partidos, el voto en blanco, el voto nulo y la abstención. En el siguiente artículo, analizaré cada una de estas formas y demostraré que la única alternativa efectiva de cara a conseguir la ruptura con el régimen actual es la abstención.
Caos y desorden son conceptos distintos: el caos es determinista (por ejemplo, el clima sigue unas ecuaciones) mientras que el desorden es azaroso, no determinista. Los hechos particulares tienen naturaleza azarosa, están desordenados pero si se estudian en conjunto se puede observar la aparición de patrones situados entre el orden y el caos. A esto se le llama teoría de la complejidad. (ver referencia [2]). El caos es un estado del sistema en el que una mínima perturbación provoca grandes alteraciones. La economía, el clima y las revoluciones políticas presentan estados usualmente caóticos. Los ejemplos matemáticos más sencillos para entender el caos, son una pelota situada en la cima de una montaña, o el movimiento de un péndulo doble. (Para estudiar el caos una buena referencia es [3]). El paso de un sistema estable a un sistema caótico se mide matemáticamente mediante el exponente de Lyapunov, que indica la no linealidad de los movimientos, es decir, cuando el output de un proceso no es directamente proporcional a su input, sino que crece de manera exponencial. Una forma visual de ver este tránsito al caos es observar la evolución del humo de un cigarrillo.
Bien, ya tenemos todos los elementos que necesitamos para contestar la pregunta inicial sobre la utilidad de la abstención. A día de hoy, la abstención tiene el valor de disminuir el precio, es decir, la autoridad de los políticos. Poco a poco, el MCRC como movimiento abstencionario organizado (con interconexión entre sus miembros) que representa una alternativa seria y decente frente al sistema actual, tendrá con el paso del tiempo y tras una ardua tarea de difusión, la función de convertir a la abstención en una alternativa al régimen, haciendo que el desorden social y político vayan parejos y sean enormes (enseñando cuál es el óptimo de Pareto); también tiene que conseguir que por medio de las redes sociales y los medios de comunicación que se presten, se produzca un movimiento no lineal de crecimiento de la abstención, (el exponente de Lyapunov se hace positivo) que haga que este desorden sea cada vez más grande y la autoridad política cada vez más pequeña y frente a la estabilidad natural del sistema, llevará al estado de partidos a una situación caótica, cuando por ejemplo se alcance un nivel de abstención del 60%, aproximadamente el doble de lo que hay hoy.
Y entonces, nadie mejor que don Antonio (referencia [4]) para explicarnos lo que pasa:
“Algún acontecimiento dramático, venido del azar o de la represión policial, puede transformar, en un instante de fulgor, la sumisa mentalidad de masas en animosidad social de rebelión contra el poder establecido, como ocurrió en la primavera de Praga y en mayo del 68 en Francia. Pero esta vez sabiendo a priori que todos los partidos y todos los sindicatos, instalados en el Estado y subvencionados por los contribuyentes, son sus definitivos adversarios.”
Referencias:
[1] W. Poundstone, El dilema del prisionero: John Von Neumann, la teoría de juegos y la bomba. Alianza Editorial (1995)
[2] Michell Waldrop, Complexity: The Emerging Science al the Edge of Order and Chaos, Simon & Shuster, (1994)
[3] Manuel de León, Las matemáticas y la física del Caos, CSIC. 2010.
[4] A. García-Trevijano, Teoría Pura de la República, el buey mudo (2010)
[5] Bärbel M. R. Stadler, Abstention Causes Bifurcations in Two-Party Voting Dynamics, Santa Fe Institute, USA (1998)
[6] Feddersen, T. J. and W. Pesendorfer, Abstention in Elections with asymmetric information
and diverse preferences, American Political Science Review, vol.93(2), June, pp.381 (1998).