Destruyendo la capciosa trinidad travestida de consenso; invitamos a la Démocratie formelle -afirma el repúblico posmarxista, mientras analiza la fisionomía de este texto- a penetrar en la intelectualidad española envenenada, por la frivolidad orteguiana, o condenada por la soga del exilio en tierras contrarias al libre pensar. El alma democrática-libre colectiva (lectora de Trevijano y compañera de vagón de cualquier repúblico) no puede afirmar: «esta sociedad es libre y convive en un contexto democrático», si no existe el eje visceral: la ruptura armoniosa-alrededor de las protestas pacíficas, las enciclopedias maternales y el grito sanador -entre los tres poderes. Estos deben ser el imperativo categórico-aquí, menciono a Kant como filósofo; no como jurista como algunas coletas parlantes se empeñan en peinar. Las coletas (como entes independientes) se posan sobre la respiración del filósofo; condenan al humano a La demagogia perpetua de la melena (¡gaviotas de esperanza!) travestida de rosa marchita: roja: casta púrpura.
Las coletas son intelectos estáticos: cubiertos de gomina socialdemócrata y laca oligarca y una caspa leprosa: poema enfermo al oportunismo político, a la estética pseudo-bolchevique del cuadro blanco sobre el alma corrupta- y deben ser como imperativo categórico y deben ser el imperativo categórico a la voluntad política; son desde la supremacía política: el motor primero a la libertad colectiva. La libertad colectiva para decidir entre el 7 o el 16 de la cábala. En el motor universal, entablan amistad y matrimonio civil: La separación de poderes (como mènage à trois del Nietzsche amante, los amantes respetan sus parcelas personales: el político azul no somete al juez verde, y Moisés no oprime al Anticristo) y la democracia representativa cuestiona y elige al representante de todos (y no “todas”, por no caer en el amoniaco gramatical de la socialdemocracia, ya que “todos” implica a la universalidad del electorado). Esta democracia formal defendida por la palabra de Jorge (mientras la razón continúa pura: The Life of Reason), desde el amor universal: motor al corazón democrático.