El pensamiento de masa es como una olla en el punto de cocción, no actúa por sí misma; si el cocinero aparta la olla del fuego dejará de burbujear, vendrá la calma; pero si decide ponerla de nuevo en el fuego pasará otra vez a revolverse. El pensamiento de masa es igual, manejable, inicuo… D. Antonio García-Trevijano, formó el MCRC, con la ayuda de sus colaboradores, no solo como muchos dirán, para explicarle a España lo que es la libertad, no; para eso que lean sus libros o reflexionen por sí mismos; ni para luchar en pos de esa libertad, no, no solo surgió por eso. El MCRC pretende encender la llama de la rebeldía filosófica, devolver la individualidad intelectual  que una vez pudiera haber en Europa para que lo que padece España no vuelva a suceder.

El MCRC persigue un ideal posible, revolucionario de verdad, no como esos cuatro fantoches que desaparecerán tarde o temprano y que solo pretenden dar pan y circo al pueblo para que se divierta y respire un poco mientras la indignidad sigue campando a sus anchas por el panorama político (corrupción, impudicia, impotencia). Es increíble cómo la gente no aprendió nada de los años de la dictadura. Hoy Podemos se autoproclama antifascista, entrando en una oligarquía de partidos que se fundó sobre los cimientos del franquismo aún latente y la gente aplaude creyéndose revolucionaria. El PSOE aparenta lo mismo y se proclaman socialistas “progres”…Para resumir: en política hay dignos e indignos; los dignos se ponen frente al poder existente, junto a sus paisanos para reivindicar lo que consideren justo, como los anarquistas o los comunistas; o los liberales y los demócratas y los indignos, que se ponen al lado y no reivindican nada más que su propio poder y cargo, es decir, solo satisfacen las necesidades de su ego como es el caso de los socialistas, socialdemócratas, fascistas, estalinistas…

Aquí en España, todos vendidos, derecha, izquierda y centro, todos socialdemócratas sin personalidad más allá de los intereses del Estado.
Lo que me lleva al núcleo de este escrito: ¿será eso consecuencia de la desaparición del espíritu individual y reflexivo que se fomentó en los años de la dictadura, con el espíritu  nacional, las leyes del movimiento, el servicio militar obligatorio y toda esa pantomima? Yo creo que sí, pues existe un peligro inherente a ese fenómeno, que creo que se está produciendo aquí y ahora: la manipulación retórica, la compartimentación mental (etiquetas, prejuicios, envidias, egos…), y como consecuencia la dignificación inmerecida de hipócritas con buenas palabras. En una sociedad insana intelectualmente es fácil vender alcohol metílico como whisky de once años. Debemos tumbar la deificación de los falsos pensadores del poder españoles y dignificar el pensamiento libre frente al compartimentado que enseñan en las escuelas y fomentan los partidos emergentes.

Recuerden la tristemente famosa frase de “El miedo tiene que cambiar de bando”. ¡No, el miedo se tiene que ir!

Fuentes:

Pasiones de sevidumbre, de D. Antonio García-Trevijano
La pasión por lo imposible (todo lo referido al ego), de Osho

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