ROBERTO CENTENO
Mariano Rajoy no ha dicho una sola verdad desde su primera comunión. Sus mantras preferidos son que ha hecho todas las “reformas necesarias” y que ya hemos salido de la crisis. ¿Y a qué se refiere este farsante? ¿Acaso a que el gasto político improductivo está fuera de control y se ha incrementado un 6,9% a noviembre? ¿Acaso a que la deuda del Estado se ha incrementado en 2013 en 128.000 millones de euros, un 40 % más que el año anterior y la cifra más alta en porcentaje de PIB en 200 años? ¿Acaso a que los precios del gas, la electricidad y el petróleo, en manos de monopolios privados sean los más altos de Europa? ¿Acaso a que el crédito al sector privado haya caído en otros 70.000 millones? Y, como nos recuerda Oli Rhen, “no hay ejemplos de recuperación sin aumento del crédito”.
¿Cuáles son entonces las “reformas necesarias”? Sin duda, en su cínico lenguaje, se está refiriendo a ser campeón mundial de las subidas de impuestos, de la reducción salarial y de las prestaciones sociales. Y campeón europeo de la desigualdad. Y lo que entra ya en el terreno de la degeneración y la perversidad, la pobreza grave –personas que viven con menos de 307 euros al mes– se ha duplicado, y afecta ya a más de tres millones de personas. La pobreza infantil se ha disparado en más de un 30%, hasta el punto de que la Comisión Europea afirma estar “seriamente preocupada por el aumento de la pobreza infantil en España”. Y lo más inaudito y casi delictivo, “en España tener empleo no garantiza salir de la pobreza”.
Pero a Rajoy no le preocupa lo más mínimo. Ha dedicado casi 300.000 millones de euros a rescatar un sistema financiero incompetente y corrupto, sin analizar lo más mínimo qué entidades eran viables y cuáles no. De ese dinero, más de 100.000 millones –o el 10% del PIB– no serán recuperados jamás, algo que no ha sucedido en ningún otro rescate mundial. El ministro Guindos afirmaba hace unos meses que el rescate bancario no costaría un euro a los contribuyentes, con la misma desvergüenza que como presidente de Lehman en España vendía basura a los incautos como si fuera oro. Además, mantienen íntegro el despilfarro público más escandaloso de Occidente con dos millones de enchufados, miles de empresas públicas inútiles, duplicidades, coches, etc. Un 10 % del PIB tirado a la basura, pero “eso no se toca”, diría Mariano. No tienen perdón de Dios. Veamos ahora las grandes mentiras de Rajoy de cara al 2014.
1. “Ya hemos salido de la crisis, ahora empieza la recuperación”
Se trata de la falsedad central, incluso confirmada por instituciones extranjeras, tomados como la Biblia por la mayoría de analistas, cuya amnesia parece ser permanente. Primero, el FMI, que jamás ha dado una en la estimación del crecimiento para nadie y menos para España. Es como si las previsiones las hicieran los conserjes. Para 2008 era del +3,4; la realidad fue del +0,9%. Para 2009, su previsión fue +1,7%, la realidad -3,6%. En abril de 2011, pronosticó que nuestro déficit público sería ese año del 6,2%, pero la realidad fue del 9,6%, y, así, sucesivamente. ¿Y qué decir de la Comisión Europea? Un mono tirando flechas a una tabla de números habría acertado muchas más veces.
Entre 2007 y 2012 el PIB de Irlanda, según estos artistas, tendría que haber crecido un 15% y el de Grecia un 12%. La realidad fue el -9% y el -15%, respectivamente. En España, el PIB sería hoy un 10% mayor y, sin embargo, es un 4% menor, y eso el oficial, porque si habláramos del real el tema se saldría del dibujo. ¿Y qué decir de los servicios de estudio patrios? En 2008 todos negaban que en España hubiera una crisis o juraban y perjuraban que en el inmobiliario sólo había una suave desaceleración del crecimiento de los precios, pero que los pisos “nunca pueden bajar de precio”. El tema es una auténtica canallada porque han hecho tomar decisiones ruinosas de compra o de inversión a cientos de miles de familias, que han perdido hasta la camisa. Y hoy sucede lo mismo con la falsa recuperación.
La única manera de abordar el problema es analizar la realidad de las cifras oficiales, las fortalezas o debilidades de nuestra economía, y tratar de extrapolar una situación basada en hechos y no en fantasías. Desde final de 2007, la manipulación de las cifras de Contabilidad Nacional ha sido una constante por parte del Gobierno de turno. La más sonada –ya que permitiría a Zapatero ganar las elecciones por segunda vez– fue la del cuarto trimestre 2007, publicada dos semanas antes de las elecciones generales de 2008. En ellas, según el Banco de España y el INE, la economía había crecido un 0,6%, comparada con un 0,4% en el trimestre anterior, lo que permitió a Zapatero afirmar que, al contrario del resto de economías mundiales, la española no sólo no estaba cayendo, sino que estaba subiendo. Seis meses después, el INE corrigió la cifra al 0,2 %, pero ya era tarde.
El Gobierno de Rajoy, al igual que el de Zapatero, está manipulando masivamente las cifras, creando falsas expectativas que acabaremos pagando muy caras. Empecemos por el crecimiento del 0,1% del tercer trimestre. Esta cifra se deriva de un supuesto crecimiento del consumo privado en un 0,4%, que representa los dos tercios del PIB. Es un supuesto porque no coincide para nada con los indicadores cuantitativos del consumo. Así, las ventas interiores de las grandes empresas, según la Agencia Tributaria, cayeron un 2,5% en el trimestre, mientras que las de comercio al por menor lo hicieron en un 2,0%.
La formación bruta de capital fijo, que supone del orden del 20% del PIB, cayó en un -6,6% (un -10,3% la construcción y un +0,2% los bienes de equipo). El consumo de energía eléctrica, corregido de estacionalidad, cayó un 2,4%. Y en cuanto a la aportación del comercio exterior, según el Banco de España, “se hizo negativa en una magnitud de una décima, las exportaciones mostraron un comportamiento claramente menos expansivo”. Sólo el consumo público subiría según esta entidad en un 0,1%. En resumen, los indicadores cuantitativos del 86% del PIB cayeron en el tercer trimestre un 3,2% y la aportación del comercio exterior fue negativa. La manipulación de las cifras de Contabilidad Nacional es escandalosa. Con estas caídas de los componentes del PIB, cómo rayos va a crecer el PIB un 0,1%. Nos toman por imbéciles y nadie se molesta en comprobar nada.
Pero si el crecimiento del 0,1% en el tercer trimestre no se tiene en pie, lo del 0,3% en el cuarto sigue la misma senda. Según el Boletín Económico del Banco de España de diciembre, “la actividad industrial apunta a una ralentización durante el cuarto trimestre. El PMI manufacturero se situó en noviembre por debajo de 50, el umbral teórico de expansión, y por encima del cual se había mantenido durante los meses previos”. “El índice de producción industrial retrocedió en octubre un 0,8%, en contraste con el crecimiento del 0,2% del mes anterior”. “Los afiliados a la industria disminuyeron en noviembre un 2,6%”. “El indicador de actividad del sector servicios descendió en octubre un -0,5%”. Por lo que se refiere al sector exterior, el empeoramiento observado en el tercer trimestre se ha agudizado, con las exportaciones cayendo en noviembre a un ritmo desconocido del 1,17%. El resumen es de Oli Rehn, Comisario de Asuntos Económicos de la UE: “Llevará más de diez años arreglar la crisis en España”.
2. “El paro baja en 69.000 personas a finales de 2013”
Hasta el propio presidente de la Xunta de Galicia, Núñez Feijóo, ha criticado abiertamente la ‘propaganda’ de Rajoy sobre el empleo y el fin de la crisis, y es que el tema no es para menos. La EPA del cuarto trimestre aporta una serie de datos que muestran que la situación del empleo dista mucho de estar mejorando, y lo que es peor, esta ha empeorado en el último trimestre respecto a los anteriores. Precarización y destrucción de empleo siguen dominando la situación. Sin embargo, lo único que destaca el Gobierno es que el paro baja en 69.000 personas y se olvida decir que esto es sólo por la caída de la población activa, que se ha reducido en 268.000 personas en 2013. El empleo, que es la clave, se ha reducido en 198.900 personas en el año, de las cuales 65.000 en el trimestre, lo que significa que la destrucción de empleo se está acelerando, no reduciendo.
En línea con ello, la tasa de paro o número de parados dividida por la población activa ascendió al 26,03% frente al 25,98% del trimestre anterior, y por encima también del cierre 2012. Asimismo, la supuesta reducción del paro juvenil es falsa, ya que el descenso fue debido a que 72.400 jóvenes abandonaron España, no a que encontraran empleo. Dicha tasa sigue por encima del 55%, una cifra absolutamente tercermundista. Otras cifras reveladoras muestran cómo falsean las estadísticas precarizando el trabajo: hay ya 2,8 millones de contratos por horas, lo que significa que uno de cada cuatro trabajadores del sector privado trabaja a tiempo parcial. El plan de emprendedores es, como era de esperar, un puro camelo; han desaparecido 51.500 trabajadores por cuenta propia. El empleo a tiempo completo ha bajado este trimestre en 218.100 personas, mientras que el número de los empleados a tiempo parcial ha aumentado en 153.100.
3. “Mejora de la consolidación fiscal y de la deuda”
¡Como lo oyen! Esto fue lo que dijo Rajoy a Obama en Washington, que como es un chico de Harvard muy bien educado, hizo como que se lo creía. Para esto hace falta ser mucho más que un mentiroso, algo así como el campeón mundial del cinismo. Si algo va mal en la economía española, y va casi todo, es el déficit de las Administraciones Públicas, que está fuera de control, y la deuda, que está creciendo exponencialmente. Ni hay consolidación fiscal ni nada que se le parezca, y en cuanto a la deuda, lo único de lo que Rajoy puede presumir es de haber batido todos los récords históricos de crecimiento de la misma. En los once primeros meses de 2013, el déficit de caja del Estado fue 9.971 millones mayor que en el mismo periodo 2012, el déficit de la Seguridad Social se ha duplicado y el de las comunidades autónomas sólo Dios lo sabe, pero es mayor.
En cuanto al déficit público, ya he explicado, sólo del Estado ha crecido exponencialmente con Rajoy en 245.000 millones de euros, ¡el 24 % del PIB! ¡Pero qué hacen estos insensatos con tal río de dinero! Es una salvajada casi imposible de imaginar. Pero es que esto es sólo una parte: si consideramos toda la deuda, los pasivos en circulación, estamos hablando de ¡418.000 millones entre el tercer trimestre de 2011 y mismo periodo de 2013, una deuda total de 1,3 billones de euros! Los intereses superan con mucho el crecimiento anual previsible en los próximos cien años y, además, seguimos endeudándonos: 65.000 millones netos previstos para 2014, que al final será casi el doble. Esto no sólo ya imposible de pagar, es que garantiza la ruina de varias generaciones de españoles. Es algo que trasciende la economía y entra en el campo del delito de lesa Patria.
El efecto útil de las reformas de Rajoy ha sido, en una situación de darwinismo social, con muy pocos ganadores y muchos perdedores, el empobrecimiento generalizado de la población, donde la desigualdad social es ya la mayor de Europa con diferencia, y con una asignación tan disparatada de recursos que, habiendo endeudado en el 40% del PIB en dos años, el crecimiento ha sido negativo y la destrucción de empleo ha seguido a toda marcha. La consolidación fiscal se está haciendo exclusivamente sobre la economía productiva y el consumo de las familias, no en la economía improductiva, y esa es la clave.
En 2014 las únicas certezas, más allá de las mentiras y las fantasías del primer mentiroso de Europa son la reforma fiscal, con subidas de la mayoría de impuestos; recortes sociales, particularmente desempleo y pensiones. La vicepresidenta Sáenz de Santamaría anunció en septiembre ante un grupo de inversores internacionales que las pensiones bajarían un 18% en los próximos tres años y, se ha producido un crecimiento imparable de la deuda para financiar el despilfarro y la corrupción del sistema político. En concreto, alrededor de un 70% de las familias españolas perderá renta real en 2014, un 20% se mantendrá y un 10% se enriquecerá y, de ellos, menos de un 1% se enriquecerá escandalosamente. Esas son las únicas certezas para este año,¡y, ay de aquellos que inviertan pensando en una inminente recuperación!Les pasará como a los que compraron viviendas en 2007, 2008 y siguientes, porque “los pisos nunca pueden bajar de precio”.