Roberto Centeno

ROBERTO CENTENO.

Los resultados económicos del primer año de gobierno de Rajoy han sido sencillamente catastróficos, con la mayor pérdida de renta y riqueza para los ciudadanos desde la Guerra Civil. Y lo que es peor, todos los problemas esenciales siguen sin resolverse: un modelo de Estado inviable e intrínsecamente corrupto, un sector financiero insolvente cuyos balances siguen sin ofrecer credibilidad alguna, y un déficit fuera de control. Solo la actuación del BCE, del que dependemos total y absolutamente, y que nos ha prestado la increíble cifra de 242.000 millones en un año, ha evitado la suspensión de pagos. Pero no para resolver nada, sino solo para ganar tiempo electoral, a coste de una brutal acumulación de deuda –que ha crecido el 15% mientras la economía caía un 1,6%- ya imposible de devolver.

Esta es la situación con la que entramos en este nuevo año del Señor de 2013 y sexto de la crisis, donde las únicas certezas son que el 90% de las familias seguirá perdiendo renta y riqueza; que el sistema de pensiones, con menos de dos trabajadores por pensionista, es insostenible, lo que significa nuevos y mayores recortes; y que solo la familia acogiendo de nuevo a hijos y nietos ha evitado hasta ahora una revuelta social. Rajoy colocaría sus intereses electorales por encima de los de España, endeudando a varias generaciones al increíble ritmo de 6.800 millones a la semana (4.000 el Tesoro y 2.800 la banca del BCE) para sus propias necesidades –excluyendo compras al Tesoro-, un dinero entregado irresponsablemente sin condicionalidad alguna, y del que ni un solo euro ha ido destinado a la economía real, solo a financiar gasto corriente y bancos inviables.

No es solo que el sector público se haya apoderado de toda la financiación disponible. Es peor. El crédito a la economía productiva se ha reducido en casi 100.000 millones, y acelera su caída hasta el 7,2% a fin de año. Y sin financiación, como saben hasta los niños de primaria, no hay recuperación posible. ¿Cuáles son los hechos en los que se basa Rajoy para asegurar que en el segundo trimestre se iniciará la recuperación? Absolutamente en ninguno, porque no los hay. Solo hay mentiras, improvisación y cobardía patológica. ¿A qué rayos espera Rajoy para suspender la autonomía a Cataluña, como hizo Blair con el Ulster?

Y las previsiones para 2013 son de más paro, más recesión y más destrucción de la economía productiva. Por ello, la cuestión no es esperar a que escampe, como predican estos tramposos para no hacer nada, sino actuar de verdad sobre el despilfarro y el gasto, porque la dinámica de los recortes tomados –todo lo contrario a lo que había que hacer- que se verán  aumentados este año, lleva automáticamente amenos consumo, menos inversión, más paro y vuelta a empezar, es decir, a una espiral deflacionista diabólica. ¿Hasta cuándo el BCE va a seguir facilitando liquidez a la banca española, tres veces más endeudada de lo que corresponde por el tamaño del PIB, para que siga comprando deuda soberana financiando así más de 250.000 millones de vencimientos y despilfarro en 2013?

El hundimiento del poder adquisitivo de las familias

Más allá de las cifras macroeconómicas, los efectos del primer año mariano sobre los hogares han sido sencillamente devastadores. El hundimiento del poder adquisitivo a consecuencia de las alzas de impuestos y servicios esenciales y la pérdida de salarios reales en casi 2,5 puntos de media ha sido el mayor de Europa. Vayamos por partes:

1. El 90% de las familias ha experimentado una reducción media de su renta anual de unos 2.800 euros (unos 1.800 por las subidas de impuestos y tasas, hasta 30 de ellas elevadas o inventadas, y otros 1.000 de diferencial entre las subidas salariales y la inflación) frente a una bajada de prácticamente cero en la media de la UE, excepto Grecia y Portugal.

2. Para los empleados públicos, la reducción media de renta asciende a esos 2.800 más otros 1.500 euros, como consecuencia de la supresión de la paga extra de Navidad: 4.300 euros menos al año.

3. Si la reducción de la renta disponible ha sido brutal, peor ha sido la pérdida de riqueza. El 90% de las familias vio reducido el valor de sus activos en un 21%, la cifra más alta conocida jamás en tiempo de paz.

4. Adicionalmente, el 100% de los hogares ha tenido un incremento medio de las tarifas de gas, electricidad, carburantes y servicios bancarios de 300 euros al año, sin justificación alguna, frente a una subida cero de media europea, sin excepciones.

5. Los 47 millones de españoles experimentaron un incremento de deuda pública sobre sus cabezas de 3.145 euros, mientras el gasto corriente de las regiones ha seguido subiendo un 15% y el del Estado un 4%.

6. Los 9 millones de pensionistas experimentaron una pérdida de poder de compra del 10%, sumando revalorizaciones parciales de enero y noviembre y subidas del IRPF, IVA e IBI fundamentalmente. Este último con un ascenso brutal: un 10% de media, aunque en Marbella la alcaldesa del PP lo subiría ¡un 232%!

¿Cómo puede Rajoy tener el cinismo y la desvergüenza de pedir comprensión a los ciudadanos cuando permite el mantenimiento de un despilfarro sin control, mientras expolia a los ciudadanos sin piedad y dice que no había otra opción?, Rajoy cerró solo cuatro empresas públicas en 2012, cuando había afirmado que sobraban más de 1.500. ¿Cómo es posible que el irresponsable De Guindos, interpelado por UPyD sobre cuánto nos ha costado en 2012 el sistema financiero, ni siquiera sepa cuál es la cifra?, ¿Acaso este insensato conoce que la morosidad está creciendo desde 2007 en forma de serie de Fibonacci -que predice bastante bien la evolución de algunos fenómenos económicos- y cada año alcanza la suma aproximada de los dos anteriores con excepción de 2010, cuando las trampas de Mafo fueron récord, y que, si sigue dos años, una mayoría de bancos se hundirá y, en consecuencia, habrá tirado por la fregadera decenas de miles de millones por pura incompetencia? ¿Pero en manos de quiénes estamos?

En 2013 la pérdida de poder adquisitivo de las familias podría ser igual o mayor. Por el lado de los ingresos, asalariados, jubilados y parados perderán poder de compra porque en el mejor de los casos la inflación no será compensada y entre 500.000 y 700.000 personas perderán su trabajo; pero en el caso más probable tendremos que ser rescatados y entonces los ajustes serán mucho mayores de lo que nadie pueda imaginar: el número de personas viviendo por debajo del umbral de la pobreza pasará del 25 al 35% como mínimo. Del lado fiscal se ponen en marcha nuevos impuestos y tasas y, del lado de los monopolios, luz, gas, gasolinas y servicios bancarios subirán lo que les dé la gana, como en 2012. Solo las primas al lobby de las renovables, completamente innecesarias, superarán los 9.000 millones de euros, un tercio del recibo de la luz. Y en cuanto a pérdida de riqueza, los pisos bajarán en torno al 30%. Un conjunto letal que empobrecerá a la mayoría de las familias y que, aparte del drama inimaginable para varios millones de hogares, hundirá aún más el crecimiento y el empleo.

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