Paco Bono 1

PACO BONO.

Que la Corona actúa con deslealtad a la Nación desde antes de que se instaurara esta falsa democracia de partidos y sindicatos subvencionados, no hay duda; que dichos partidos y dichos sindicatos han cometido delitos de corrupción y han utilizado el Estado y el sometimiento de la Nación para su interés egoísta, ¿alguien lo discute? Que sus socios los nacionalistas, tercera pata de esta mesa de frustración, engaño y traición, esperpento de Estado destructor, no son ni han querido ser nunca moderados en su acción, sino todo lo contrario, aprovechando sus privilegios en el Estado para adoctrinar al  pueblo y mutilar España, ¿a quién pueden engañar ahora?

Sin embargo, tras la lectura de este desolador primer párrafo, uno se sorprende y siente gran tristeza al observar cómo los todavía patriotas, la gente de bien que quiere vivir en libertad, en un país moderno y rico, esos habitantes de esta España esquilmada por villanos a lo largo de su extendida historia, caen todavía en la trampa de tomar la Constitución de 1978 como la bandera de la unidad de España. La Constitución de los herederos de Franco unidos a sus enemigos, de los traidores, de quienes renunciaron a lo que defendían y a lo que eran para tomar el poder y repartírselo, para enriquecerse a costa de los demás, aquellos que jamás hubieran obtenido por méritos propios el honor de representar a los españoles o a España, ese papel mojado, insulto a la inteligencia, ni constitucional, ni ley de leyes, ambigua farsa de intenciones imposibles, ese texto es el mayor enemigo de cualquier español que no sólo lo sea, sino que lo sienta, y que desee además ser ciudadano.

Estos párrafos podrían provocar escándalo, pero no quisiera yo escribir lo que pienso sin mostrar algunas pruebas. Lean, pues, una tres artículos de esta falacia de Constitución que tantos defienden algunos por desconocimiento; después extraigan ustedes sus propias conclusiones:

Artículos contra la Nación Española

Artículo 2: La Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles, y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre todas ellas. NOTA: Cuando se incluye la palabra nacionalidades, se acepta que hay varias naciones. Porque una nación sólo puede tener una nacionalidad. Este artículo es veneno para la nación española y su unidad.

Artículo 56.1: El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones, asume la más alta representación del Estado Español en las relaciones internacionales, especialmente con las naciones de su comunidad histórica, y ejerce las funciones que le atribuyen expresamente la Constitución y las Leyes. NOTA: ¿Un señor nombrado heredero a título de rey por un dictador convertido en garante de la unidad de qué?, ¿del Estado?, ¿de la nación? La unidad de España debería estar por encima de cualquier constitución y cualquier rey o persona. Más veneno para la nación española.

Artículo 159.1: El Tribunal Constitucional se compone de 12 miembros nombrados por el Rey; de ellos, cuatro a propuesta del Congreso por mayoría de tres quintos de sus miembros; cuatro a propuesta del Senado, con idéntica mayoría; dos a propuesta del Gobierno y dos a propuesta del Consejo General del Poder Judicial. NOTA: Politización del tribunal que garantiza el cumplimiento (imposible, por otro lado) de la falsa constitución. El mayor tercer ingrediente de este veneno mortal.

Tómense un antídoto. La semana que viene, más.

 

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