Las proposiciones existenciales son descriptivas. Afirman la existencia o la no existencia de una realidad.27 Ningún observador de buena fe puede negar su verdad como si de un juicio de valor se tratara pues sobre ellas se fundamenta la ciencia. Introducir en la definición del concepto nación un juicio de valor impide conocer la realidad que se designa. No se puede definir a la nación como un proyecto sugestivo de vida en común28 (Ortega y Gasset) porque su existencia no depende, en último término, ni de la voluntad humana racional de sus individuos, ni de lo atractivo de su proyecto. No puede ser sugestivo ni repelente lo que siendo involuntario deviene fatal o necesario.29 No podemos describir a la nación como lo que nos gustaría que fuese sino como lo que es. Describir y desear son realidades disímiles, pues en los deseos no puede haber cuestión relativa a verdad o falsedad.30 Para Ortega y Gasset el poder creador de las naciones31 es un saber querer y un saber mandar. Para él, sugestión moral e imposición material van íntimamente fundidas en todo acto de imperar. Las naciones son una mixtura entre ambas cuya potencia verdaderamente substancial que impulsa y nutre el proceso es siempre un dogma nacional, un proyecto sugestivo de vida en común. Los grupos que viven en un Estado no conviven por estar juntos sino que viven para hacer algo juntos. Lo decisivo para que una nación exista, dice, no es el ayer, el pretérito, el haber tradicional sino lo venidero. Las naciones se forman y viven de tener un programa para mañana.32 No es el pasado lo que las conforma sino un proyecto de futuro, concluye. Esto se enlaza con el modo en que, para él, se forman las naciones. Distintas unidades sociales preexistentes se organizan en una nueva estructura. Las naciones no engullen a los pueblos que van sometiendo, ni anulan el carácter de unidades vitales propias que antes tenían.33 Es un dogma nacional que mantiene juntas unidades vitales diferenciadas. Aquí llegamos al escollo de su planteamiento: el factor de la nación es un juicio de valor. 27 Ludwig von Mises, Teoría e Historia, Unión Editorial 2003 pp 71. Las palabras de Mises son las siguientes: “Las proposiciones que afirman la existencia (proposiciones existenciales afirmativas) o la no existencia (proposiciones existenciales negativas) son descriptivas. Afirman algo acerca de la situación del universo en su totalidad o de partes del universo. Respecto de ellas las cuestiones relativas a la verdad o la falsedad son significativas. No deben ser confundidas con los juicios de valor. Los juicios de valor dependen de la voluntad de quién los profiere. Indican preferencias y gustos del individuo. Una discusión sobre estos juicios últimos no es posible pues no es posible demostrar la verdad de un juicio de valor y la falsedad de otro.” 28 Ortega y Gasset, España Invertebrada, 5ª Edición Alianza Editorial 1993, pp 32 y 33 29 Antonio García-Trevijano, Del hecho nacional a la conciencia de España, Temas de Hoy, 1994 pp 28 30 Ludwig von Mises, Op cit, pp 71. 31 Ortega y Gasset utiliza un símil para explicarlo, dice que el poder creador de las naciones es un “ quid divinium, un genio o talento tan peculiar como la poesía, la música o la invención religiosa”. 31 Ortega y Gasset utiliza un símil para explicarlo, dice que el poder creador de las naciones es un “ quid divinium, un genio o talento tan peculiar como la poesía, la música o la invención religiosa”. 32 Ortega y Gasset, Op cit, pp 34. 33 Ortega y Gasset, Op cit