La masa popular que se sublevó el 20 de Junio de 1792, tras desfilar ante los diputados de la Asamblea, derribó una puerta del Manège que comunicaba con el Jardín de las Tullerías, atravesó la Plaza del Carrousel y llegó a las Puertas del Palacio donde residía la familia real.
La deserción de parte de la guarnición que protegía la entrada del Palacio de las Tullerías permitió a las masas acceder a el. En un salón próximo a los aposentos de los reyes recibió a los insurrectos el propio Luis XVI, protegido por unos pocos monárquicos que se interponían entre él y la turbamulta. En el vano de una ventana aguantó durante más de dos horas los insultos y amenazas del pueblo que le exigía que devolviera el gobierno a los ministros girondinos que había destituido y que sancionara los decretos de la Asamblea que tenía vetados.
Luis XVI con una firmeza admirable se negó a admitir las exigencias de los insurrectos, si bien aceptó ponerse el bonete rojo y bebió a la salud del pueblo el vino que aquellos le ofrecieron.
Pethión, el alcalde de París, al que se acusó de complicidad con las masas de los arrabales que promovieron esta jornada de insurrección, llegó al salón donde llevaba arrinconado el rey más de dos horas y pidió a las turbas que se marcharan. Una delegación de la Asamblea fue testigo del estado en el que quedó el Palacio de las Tullerías, lo que produjo la indignación de los diputados constitucionales
Presentado por Adrián Perales Pina
Edita: César Bobadilla
Locuciones: David Cabrera
Dirección técnica: Carlos Ferrándiz
Coordinación de producción: César Bobadilla
Música: Brandenburg Concerto No. 3 – Allegro Moderato – Johann Sebastian Bach.
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