La mentira del Estado de partidos, tras la muerte de Franco, nos hace vivir en la «locura normal» de que esto es democracia y de que existe libertad política. Esta pasión que describimos hoy es la contraria a esta tendencia. Anima a desenmascarar la ilusión, la mentira moral de vivir sin libertad. Todo por el afán de disfrutar uno mismo de dicha libertad. Sin embargo, la ilusión política tiene unos apoyos reconfortantes para quien hace uso de ella y tenemos que analizarlos para poder combatirlos.

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